La torre del oro

¡Feliz martes! Todos los que hemos disfrutado alguna vez de Sevilla nos hemos quedado fascinados con sus monumentos. Y siempre destaca ese faro que tiene a las orillas del Guadalquivir como ese esa increíble torre, con toda su arquitectura y toda su historia, leyenda y metáforas. Y lo vamos a hacer con uno de nuestros géneros más castizos.

Nos visita hoy Gerónimo Giménez y Bellido (1852-1923), compositor español nacido en Sevilla. También era un gran compositor de orquesta. Su padre le dio las primeras lecciones y se trasladó primero a Cádiz para estudiar. El violín era un instrumento que se le dio muy bien y el Teatro Principal de Cádiz lo contrató. Posteriormente una vez le permitió trasladarse a París para ampliar sus estudios; se cuenta que llegó incluso a ganar a Debussy en algunos exámenes. Volvió a España y comenzó a estrenar sus obras sinfónicas. Dirigió la Sinfónica de Madrid tras dejarla Bretón y los éxitos con ella fueron numerosos. Sus zarzuelas cosecharon un grandísimo éxito, basta con pensar, por ejemplo, en La boda de Luis Alonso. Algunas de sus más famosas composiciones fueron compuestas junto con Amadeo Vives.
Una de sus famosas zarzuelas es La torre del oro, estrenada en Madrid en 1902, y solo en un acto. Hoy escucharemos su preludio, que es lo que ha sobrevivido al paso del tiempo de esta obra. En realidad, «La torre del oro» es el apodo de Rosalía, que era esbelta y delgada. Su novio, Paco, la abandona por Soledad pero no lo tiene claro. Ambas casi llegan a las manos y parece ser que Paco se termina decantando por Rosalía. Escuchamos en esta pieza música solemne mezclada con malagueñas, fandangos y zapateados, en una obra que es una verdadera delicia.
La interpretación es de la Banda Sinfónica de la Unión Musical Santa Cecilia de Onda dirigida por Daniel Gómez Asensio.