"Existe la posibilidad de la esperanza de un mundo abierto" Arzobispo de Lima: "Francisco denuncia que un sistema de vida basado en el apuro, el lucro, la finanza, ha roto los sueños de unidad que existían en la humanidad"
"La capacidad de amar se considera, inclusive en las religiones, como algo común y patrimonio de toda la humanidad"
"Para Monseñor Carlos Castillo, lo más importante es cómo comienza la Encíclica, es decir, de un reconocimiento de los problemas de la humanidad actual, y luego recurre a la Palabra de Dios para dejarse interpelar, en este caso con la parábola del Buen Samaritano, y en seguida abre algunas pistas sobre cómo ensanchar el corazón"
(Vatican News).- “La Encíclica Fratelli tutti del Santo Padre Francisco, nos pone directamente ante el problema más álgido de la humanidad de hoy, existe una fraternidad, pero es cerrada y excluyente. Y él enfrenta ese problema urgente, diciéndonos que estamos en búsqueda y es posible realizar una fraternidad abierta que nos envuelva a todos en un proceso amplio de ir más allá de las barreras, que el amor puede realmente superarlas”, lo afirma Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado de la Iglesia en el Perú comentando la nueva Encíclica del Papa Francisco: Fratelli tutti, que fue publicada este 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís.
Apertura al amor infinito que existe en el ser humano
En sus declaraciones concedidas a Vatican News, el Arzobispo de Lima señala que el Papa ante todo quisiera abrirnos a una dimensión fundamental, que es la renuncia a hacer guerras dialécticas, a imponer doctrinas. “Más bien lo que desea es compartir sentimientos de apertura al amor infinito que existe en el ser humano, la capacidad de amar que Dios nos ha dado. Y que inclusive en las religiones – precisa Monseñor Castillo – se considera como algo común y patrimonio de toda la humanidad. A pesar de que el Papa parte de su condición cristiana, que es un valor fundamental, él lo hace de tal manera que puede entrar en comunicación con los que no sienten piensan directamente como cristianos sino como seres humanos o como miembros de otras religiones”.
“Esta fraternidad abierta, más allá del lugar en donde alguien habita, más allá de sus colores, sabores, culturas, que implican el reconocimiento de su dignidad y de sus culturas, sabores y olores, de su vida, de su dinámica, de su grandeza, es lo que llamamos la grandeza del amor abierto que mostró San Francisco de Asís cuando fue a visitar al sultán y que ahora, Francisco también gracias a su encuentro con el gran Imán, así él ha podido abrirse también para encontrar nuevos caminos para la humanidad el día de hoy”.
Los sueños rotos por la ambición y el individualismo
Para Monseñor Carlos Castillo, lo más importante es cómo comienza la Encíclica, es decir, de un reconocimiento de los problemas de la humanidad actual, y luego recurre a la Palabra de Dios para dejarse interpelar, en este caso con la parábola del Buen Samaritano, y en seguida abre algunas pistas sobre cómo ensanchar el corazón, cómo abrir un mundo que es fraterno pero cerrado y autorreferencial. “En el primer capítulo – precisa el Arzobispo de Lima – el Papa analiza las sombras que vienen a consecuencia de un mundo cerrado. El Santo Padre comienza reconociendo que en los últimos años, un sistema de vida basado en el apuro, el lucro, la finanza, ha roto los sueños de unidad que existían en la humanidad hasta hace poco, hasta hace unos treinta años. El sueño, en el caso de Europa la Unión Europea, el sueño de las Naciones Unidas, el sueño de la integración de América Latina, el sueño del desarrollo unitario de los pueblos de Asia y África”. “Todo eso se ha roto porque ha ido creciendo la ambición, la concepción de la vida individualista, la satisfacción y el considerar como verdad aquello que es mi interés y el abandono de una consciencia histórica que reconoce el valor de la humanidad más allá de esta enorme comunicación que existe”.