"Me pregunto y grito: ¿Por qué ellas no entran en el Cónclave?" Cónclave: 'Fuera las mujeres/Extra Mulieres'

Cónclave: 'Fuera las mujeres/Extra Mulieres'
Cónclave: 'Fuera las mujeres/Extra Mulieres'

"Las mujeres no cuentan. Se ignoran. Ni siquiera les afecta esa fórmula. No entran en el concepto “omnes”. Es evidente que ellas constituyen más de la mitad del Catolicismo. Unos 700 millones son nominalmente católicas. Para ellas rige, en sordina, el “extra mulieres” que, reconozcámoslo, trae raíces de la prehistoria"

"Francisco abrió la puerta encomendando roles de gestión y dirección a varias mujeres. No fue más allá por no contradecir la inconcebible postura de su antecesor y por la fuerte oposición de algunos cardenales y sectores retrógrados"

Cuando el arzobispo Ravelli, maestro de ceremonias en el Vaticano, pronuncie el “extra omnes” en la mismísima puerta de la Capilla Sixtina, quedarán encerrados 134 cardenales con un solo cometido: elegir al cabeza de la Iglesia Católica. Será ineludiblemente un varón.  

Son jerarcas procedentes de diversas partes del mundo. En su mayoría, septuagenarios, con supuestas prudencia y experiencia. Todos ellos son varones, solteros, sin hijos y nietos conocidos. Incluso dentro de la varonía, sería deseable una mayor ampliación del cuerpo electoral a personas más jóvenes y que, en general, pudiera ostentar un tinte mínimamente democrático.

Especial Papa Francisco y Cónclave

En realidad, el “extra omnes” del ritual mira exclusivamente a la mitad de los miembros de la Iglesia, a los varones. Porque las mujeres no cuentan. Se ignoran. Ni siquiera les afecta esa fórmula. No entran en el concepto “omnes”. Es evidente que ellas constituyen más de la mitad del Catolicismo. Unos 700 millones son nominalmente católicas. Para ellas rige, en sordina, el “extra mulieres” que, reconozcámoslo, trae raíces de la prehistoria. 

Francisco y las mujeres
Francisco y las mujeres

La misoginia no es exclusiva de la Iglesia Católica. También otras religiones y otras instituciones la sufren. Incluso la exhiben o la desarrollan. Dejemos de lado a las sociedades musulmanas. Limitándonos a España, sólo a final del siglo XIX, alguna mujer pudo acceder a estudios universitarios. Concepción Arenal lo hizo en 1841 disfrazada de hombre.  Y, a cara descubierta, Elena Maseras fue la primera mujer española matriculada en una universidad en 1872. Muchos recordamos los tiempos en que, en pleno siglo XX, las mujeres españolas tenían vetados o restringidos elementales derechos civiles como votar, estudiar, disponer de patrimonio, etc. La segunda República o la actual democracia dieron un salto positivo en este aspecto.

En Roma los años son siglos. Los siglos son milenios. La fe ciega y el dogma paralizan toda evolución y progreso. Unos libros de la Edad de Hierro son la “Biblia”, la palabra indiscutible de Dios. Son fundamento de la misoginia, de la discriminación. Por eso, el Papa deberá ser varón, los electores han de ser varones, los obispos son varones, los clérigos en los diversos grados son varones.

Los paleoantropólogos convienen en que, a lo largo de todo el Paleolítico, los seres humanos atribuían a la mujer un papel muy superior al del varón. La mujer era la fuente de la vida en cuanto engendraba a seres humanos semejantes, sin conocido consecuente concurso del varón. La mujer era la cabeza de la familia y de la tribu, asegurando su custodia y pervivencia mientras el varón cazaba y recolectaba. Todos los humanos adoraban a una diosa con atributos semejantes, si bien sublimados, de la mujer. Era la Diosa Tierra o la Diosa Madre. Del Paleolítico se han descubierto miles de estatuillas femeninas, la mayor parte de ellas en actitud sexual que los ignorantes califican de procacidad. 

La Sixtina se prepara para el Cónclave
La Sixtina se prepara para el Cónclave Vatican Media

Sabemos que, en el Mesolítico, y más concretamente en el Neolítico (8000 -  4000 a.C. aproximadamente), se operó un giro importante en cuanto al rol de los sexos en la tribu. Paulatinamente, el varón, sedentario, agricultor y recolector, se hizo con las riendas de la familia y de la tribu en detrimento de las mujeres.

Fue en la Edad de los Metales, a partir del 4000 a.C. cuando la Diosa Madre cedió ante los dioses machos, con cualidades varoniles sublimadas, y que devinieron en dioses de los ejércitos. Ello coincidió con la invención de la escritura. Del segundo milenio a.C. datan el Código de Hammurabi y los más antiguos libros del pueblo hebreo.

Las creencias y sensibilidades mágicas de esa época fueron plasmadas en piedras, papiros o códices. Algunos de esos escritos llegaron a nosotros como sagrados. Eso sucedió con el Pentateuco, salmos y pocos más. Otros escritos, como el citado Código de Hammurabi, no tuvieron la suerte de ser sacralizados.

Jesús el Nazareno citaba el Pentateuco y los salmos. Jesús era judío heterodoxo. Intentó superar las Escrituras. En vida, le saló mal. Ya muerto, sus discípulos, en su memoria, formaron un pusillus grex que, a lo largo del tiempo llegó a ser el Cristianismo y nuestro  Catolicismo. Esa comunidad jesuánica recibió y adoptó como sagrados los libros hebreos y añadió otros que, con tintes greco-egipcios, y con idéntico machismo, constituyen el llamado Nuevo Testamento.

Como he apuntado más arriba, el dogma ha sido el secular freno a la revisión de las concepciones misóginas vertidas en los libros antiguos. Las comunidades civiles, en los últimos siglos, han ido corrigiendo esas concepciones y prácticas siguiendo parámetros de razón y no de fe. Desde Roma, algunos papas, siempre a remolque, dieron pasitos en el sentido de disimular o atenuar la terrible discriminación de la mujer.

Revuelta de Mujeres en la Iglesia. 2025.
Revuelta de Mujeres en la Iglesia. 2025.

Francisco abrió la puerta encomendando roles de gestión y dirección a varias mujeres. No fue más allá por no contradecir la inconcebible postura de su antecesor y por la fuerte oposición de algunos cardenales y sectores retrógrados. 

La mentalidad feminista de Francisco se resume en esta su frase: “Sólo con ellas se puede ser realmente Iglesia”.  Veladamente, este pensamiento está plasmado en su encíclica “Praedicate Evangelium” de 2022. Y aunque no lo diga expresamente, no hace falta ser un lince para interpretar que él atribuía a las mujeres iguales roles que a los hombres. 

Me pregunto y grito ¿Por qué ellas no entran en el Cónclave?

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