Con la invitación a ponerse en un camino eclesial que lleve a una verdadera renovación en la Iglesia, el cardenal jesuita Pedro Barreto, arzobispo emérito de Huancayo (Perú), presidió la eucaristía del segundo día de trabajos del encuentro de las madres y padres sinodales, que por estos días se adelanta en la capital colombiana.
Durante su homilía, el prelado hizo énfasis a una las lecturas del día, donde el profeta Ezequiel es el llamado por Dios a guiar al pueblo de Israel, rebelde, que no escucha y que se cree el centro de todos los problemas y de todas las soluciones. Llevándolo al contexto de la sinodalidad, advirtió es la tarea fundamental que se le les ha otorgado a las madres y padres sinodales, de hacer vivir una experiencia sinodal.
“Porque la palabra de Dios tiene que ser para nosotros no solo el centro de nuestras vidas, sino también un impulso para caminar juntos en la presencia del Señor”.
El sínodo es un Kairós
Igualmente, les planteó la pregunta que Jesús hace a sus discípulos ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?, a este respecto observó que esta pregunta se la deben plantear a Jesús, más aún, en el proceso sinodal que se está viviendo, reiterando que es un Kairós y un tiempo propicio para la renovación de la Iglesia”.
Del mismo modo, añadió que a esta pregunta Jesús respondió «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque ellos son parte del reino de Dios» y esto aseguró, es un llamado para que todos también pongan en el centro de sus vidas a aquellas personas que no cuentan en la sociedad, los alejados y los sufrientes.
La corresponsabilidad de hacer Iglesia sinodal
Por otra parte, al referirse al Evangelio de Mateo que habla de la oveja perdida, invitó para que se ubique en el contexto actual de aquellos que se han ido alejando o se han perdido del ámbito de la Iglesia. A esto dijo, “es una actitud que nos exhorta a salir a buscar a aquellos que están en los límites o que no creen en Dios”.
En este sentido, declaró que es un privilegio que Dios los haya puesto como gracia a ser actores de este momento especial que vive la Iglesia en la sinodalidad, advirtiendo que esto los obliga a ser corresponsables de la tarea de llevar a ser una iglesia que camina junto a su pueblo, en medio de las dificultades y angustias.
El cardenal peruano, concluyó su homilía pidiendo de Dios la gracia de ser humildes y sencillos, de ser tierra buena para que la semilla de la sinodal, que es un camino hacia Dios, un camino de renovación, sea cada vez más real en la vida de cada cristiano.
El encuentro latinoamericano y caribeño de padres y madres sinodales se desarrolla en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), inició el 12 y se extenderá hasta este miércoles 14 de agosto. Participan 42 personas en representación del continente. Así: 19 obispos, 5 sacerdotes, 7 religiosas y 11 laicos.