El prefecto abre la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe Cardenal Ouellet: "La pandemia no ha podido frenar el dinamismo eclesial y social del continente de la esperanza"

Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe
Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe

Misión y sinodalidad fueron las claves del discurso del Prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina al abrir, este lunes, la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

Una asamblea bajo el signo de Aparecida: "No hay misión verdadera sin comunión eclesial profunda, ni comunión eclesial madura sin auténtico ímpetu misionero"

El cardenal manifestó su satisfacción porque el documento de discernimiento presentado para la Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe ha recuperado una de las "más breves y potentes intuiciones de Aparecida"

"Escuchando a Dios y a nuestros hermanos viviremos una experiencia de sorpresa y de ampliación de horizontes", aseguró

(Vatican News).-“La Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe es una de las variadas formas cómo la Iglesia reaprende a escuchar y a discernir”. Lo afirmó el cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en su discurso de apertura del importante evento eclesial que vive la Iglesia de América Latina, desde hoy y hasta el próximo 28 de noviembre, en México. Un retomar y actualizar un compromiso pastoral asumido en la Conferencia de Aparecida, de 2007, con la misión continental, pero ahora, en el contexto de la sinodalidad que el Papa Francisco quiere de la Iglesia universal.

No hay misión verdadera sin comunión eclesial profunda, ni comunión eclesial madura sin auténtico ímpetu misionero. Por esto, la sinodalidad, que es como la dimensión dinámica de la comunión, debe orientarnos más ad extra, a compartir la “buena noticia”, y no tanto ad intra, es decir, a las estructuras intraeclesiales y los puestos de poder”, subrayó el purpurado.

En particular, el cardenal Ouellet manifestó su satisfacción porque el documento de discernimiento comunitario presentado para la Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe ha recuperado una de las “más breves y potentes intuiciones de Aparecida” es decir “la fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión”, pero además señala que “la comunión es misionera y la misión es para la comunión”. En este contexto, el purpurado agregó que “la sinodalidad debe comprenderse siempre en un dinamismo, en salida”.

La Iglesia que escucha

El cardenal Ouellet reflexionó también sobre las palabras del Papa Francisco que al abrir el camino sinodal invitó a los obispos a “frenar” las ansias pastorales y detenerse a escuchar al “Espíritu en la adoración y la oración”. Al respecto, el purpurado subrayó que lo que se pide es “primero y antes que nada” escuchar al Espíritu en la adoración y la oración.  

“Muchas veces - explicó - nuestras propias ideas llenan nuestra mente y nuestro corazón. Aún al arrodillarnos, nuestra vida interior se llena muchas veces de nuestros propios planes y de nuestros alambicados juicios previos, es decir, de nuestros prejuicios. Por ello, recordó que solo después de haber “orado y adorado” se podrá escuchar al hermano “con apertura sincera de corazón”.

“Escuchando a Dios y a nuestros hermanos viviremos una experiencia de sorpresa y de ampliación de horizontes”, aseguró el prefecto de la Congregación para los obispos al recordar que el Santo Padre invitó precisamente a ser una “Iglesia de la escucha”.

Reactivar el espíritu misionero

“Que el Espíritu del Señor presente en medio de nosotros nos ayude a discernir juntos cómo reactivar el espíritu misionero que el Papa Francisco nos transmite con su ejemplo y su magisterio”, con esta invitación del también presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, abrió su discurso, en el que agradeció la presencia de tantos delegados en México y a los que de forma virtual, la mayoría, se preparan a actualizar un compromiso de Aparecida de desplegar la misión continental.

 “La pandemia que nos sigue limitando no ha podido frenar el dinamismo eclesial y social del continente de la esperanza”, exclamó el cardenal al calificar a esta asamblea continental como un reto de la sinodalidad y un compromiso misionero creativo en el espíritu de la Evangelii Gaudium.

 “Agradezco al Señor de la Historia – concluyó el cardenal Ouellet - la oportunidad de caminar junto con todos ustedes en esta aventura eclesial. Nada escapa de sus manos. Él nos conduce siempre hacia puerto seguro. ¡Escuchemos su voz ahí dónde se encuentre y pidamos que el Espíritu siempre nos ilumine a todos para hacer el mejor discernimiento en comunión profunda, unidos de verdad en una misma fe, cum Petro et sub Petro!”.

Asamblea Eclesial para América Latina
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