Monseñor Torres Campos: "El Gobierno apenas ayuda. Pero hay personas buenas que se empeñan en atenderlos" El obispo de Ciudad Juárez pide regulaciones adecuadas para los migrantes: "Cada día seiscientos, mil, doscientos, por ahí van llegando"
"Estados Unidos está cerrado, prácticamente ha cerrado sus fronteras", asegura monseñor José Guadalupe Torres Campos quien describe en entrevista a Vatican News la realidad de la fronteriza en México, y el trabajo pastoral que desarrollan
Monseñor Torres, migrantes, maquilas y el trabajo de buenas personas que se empeñan en atenderlos
| Johan Pacheco
(Vatican News).-La frontera en entre México y los Estados Unidos siguen siendo una travesía crítica para los migrantes que buscan el “sueño americano”, asegura el Obispo de Ciudad Juárez (México), monseñor José Guadalupe Torres Campos, quien liderajunto a sus sacerdotes y laicos una pastoral para migrantes, defendiendo sus derechos y ofreciéndoles asistencia humanitaria.
“Cada día seiscientos, mil, doscientos, por ahí van llegando migrantes, retornados, repatriados, más aparte de los que llegan de Venezuela, Centroamérica, de Brasil, de todo el mundo, de muchas partes van llegando migrantes con el objetivo del ‘sueño americano’,no es quedarse en Juárez, sino pasar a los Estados Unidos. Pero es difícil, Estados Unidos está cerrado, prácticamente ha cerrado sus fronteras, de tal manera que permanecen en Juárez y eso ocasiona dificultades, retos pastorales”, dice a Vatican News – Radio Vaticana el obispo Torres.
El cese del Título 42 de las leyes migratorias de los Estados Unidos, que restringía de forma estricta el ingreso a los migrantes durante la pandemia, podría generar una mayor presencia en los próximos días. Sin embargo, las autoridades continúan con aplicando de graves medidas con quienes intentan pasar de forma ilegal.
"De muchas partes van llegando migrantes con el objetivo del ‘sueño americano’, no de quedarse en Juárez. Pero es difícil, Estados Unidos prácticamente ha cerrado sus fronteras, de tal manera que permanecen en Juárez y eso ocasiona dificultades, retos pastorales"
La Diócesis de Ciudad Juárez tiene en funcionamiento una Casa del Migrante que atiende a 600 personas, y dos parroquias que ofrecen alimento a las 1000 personas cada día. Una comunidad religiosa ofrece cobijo a las mujeres con hijos, y otra parroquia asesorías legales.
“Estamos con el Papa Francisco en unión con él, los cuatro verbos importantes acoger, promover, proteger e integrar a los migrantes y refugiados. Estamos trabajando en ese sentido, yo le pediría a la ciudadanía verlos como personas, no son números, no son delincuentes, son personas son hijos de Dios”, expresa el Obispo.
"Yo le pediría a la ciudadanía verlos como personas, no son números, no son delincuentes"
Monseñor Torres lamenta la tragedia que hace una semana sucedió en Ciudad Juárez, en una Estación Migratoria administrada por las autoridades fallecieron 39 migrantes, causado por un incendio: “Fue una tragedia, fue un crimen porque pudiéndolos liberar no dieron la orden”, aseveró.
Como responsable de la Dimensión de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de México, monseñor Torres, indica que los migrantes en su país son atendidos en 56 Casa de Migrantes ubicadas en las fronteras, pero los problemas que enfrentan los migrantes son extremos: “el clima, la pobreza, la injusticia, al robo, la extorsión a los grupos criminales y también se van enfrentando a las policías”.
También el Obispo pide “a los Gobiernos que hagan una regularización adecuada, justa siempre respetando la dignidad de la persona en el migrante”.
-¿Cómo anuncia la Iglesia el evangelio en esta situación particular?
-La denuncia, los talleres de escucha, los conversatorios de paz. Como diócesis tenemos el esquema de comisiones y dimensiones; tenemos una comisión de justicia y paz, de pastoral social que trata de buscar construir la paz, construir una comunidad de paz, con conversatorios, con diálogos, consolando al que sufre, atendiendo al necesitado, y es una tarea muy compleja. Hay un gran equipo de sacerdotes, religiosos y laicos que están empeñados en trabajar por la construcción de la paz, ser artesanos. El trabajo de sí, es una ciudad de trabajo, maquila, pero mal pagado, entonces también ahí queremos incidir sobre las cuestiones laborales que mejoren, asesorando a los hermanos.
-¿Cuáles son las principales necesidades del pueblo, pero también de la Iglesia para atender la migración?
-Bueno, una necesidad que, siempre, no es la más importante, pero la necesidad económica. No nos alcanza, del gobierno lamentablemente no recibimos mucha ayuda. La gente, los bienhechores son los que aportan. Los encargados de las casas del migrante o parroquias buscan bienhechores y la gente es muy generosa, pero no recibimos gran ayuda de los gobiernos en el nivel local, nivel estatal, o sea, muy poco.
"No nos alcanza, del gobierno lamentablemente no recibimos mucha ayuda. La gente, los bienhechores son los que aportan"
-En esta etapa de escucha de Sínodo, ¿se ha tenido este resonar sobre el tema de la migración, que se ha dicho en México y en Latinoamérica?
-Sí, siempre a nivel Latinoamérica, a nivel México, hemos alzado la voz como Iglesia, hemos reclamado, hemos salido a la defensa de los migrantes y se hace eco en los gobiernos y sienten el llamado, luego nos llaman, platicamos, pero se queda ahí. A veces de parte de ellos en escucharnos, pero no hay ningún compromiso, es la Iglesia y otros grupos, hay que decirlo también a otros grupos de iglesias, de la sociedad civil que también se empeñan en atenderlos, en cuidarlos, en darles asesoría jurídica, psicológica médica, alimentación, vestido, consuelo, parte espiritual, es una gran labor.
-Recientemente se encontró con el Papa Francisco, ¿dijo algo al respecto sobre este tema de la migración?
-Sí, tuvimos como Visita Ad limina el encuentro con el Papa y tocamos este tema, él nos anima, dice que es un problema complejo, difícil, que no es de pronta solución, va a seguir la migración del desplazamiento forzado, nos anima a continuar, nos anima a seguir con caridad, con misericordia porque es parte del Evangelio. Así es de que atendemos el llamado del Papa en el caso de los migrantes a atenderlos y ayudarles.
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