"El Sodalicio no ha tenido “conmiseración espiritual” con las víctimas" La reparación espiritual de las víctimas del Sodalicio a la luz de la misa de Monseñor Jordi Bertomeu en Camacho

Bertomeu en la parroquia del Sodalicio
Bertomeu en la parroquia del Sodalicio

"He visto que el proceso de reparación estuvo centrado en el abuso físico, psicológico, y sexual. Y definitivamente son los elementos más llamativos. Pero considero que el SCV al ser o supuestamente ser 'Iglesia', debió centrar su reparación en la parte espiritual de cada persona, sin dejar de lado los demás aspectos"

"También percibes que la reparación nunca será completa, pues es impagable el mal cometido. Te han robado los mejores años de tu vida, la felicidad, la ilusión, el sentido de tu vida y quizás lo más preciado, la fe"

"Sería una blasfemia pensar en la Iglesia una reparación solo económica por las injusticias y ofensas cometidas a mi persona o a las de cualquier abusado"

"El Sodalicio pretende ahora empezar de nuevo, pero no lo puede hacer sobre los “cadáveres espirituales” de muchas personas que han renegado de Dios, de su fe, de la iglesia, de sí mismos, por culpa de ellos"

Luego de enterarme de la disolución del sodalicio y siendo consciente de las repercusiones que esta decisión vaticana está tomando, necesito publicar unas reflexiones personales que se suscitaron en mi a partir de lo ocurrido el pasado domingo en la parroquia sodálite Nuestra Señorade la Reconciliación en Camacho.

Estas reflexiones están basadas en mi propia experiencia personal y también en los hechos de los cuales he sido testigo, no solo por los medios de comunicación sino de forma directa.

He visto que el proceso de reparación estuvo centrado en el abuso físico, psicológico, y sexual. Y definitivamente son los elementos más llamativos. Pero considero que el SCV al ser o supuestamente ser “Iglesia”, debió centrar su reparación en la parte espiritual de cada persona, sin dejar de lado los demás aspectos.

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El Papa y Bertomeu
El Papa y Bertomeu



Ser víctima

En el caso del Sodalicio, las personas que contaron “su experiencia” al principio no se reconocían “a sí mismos” como víctimas. Al contrario, consideraban que fueron ellos los que habían fallado al Sodalicio y, claro, a la misma Iglesia. Cuando estabas en el Sodalicio y manifestabas una duda o crisis vocacional, y dejabas de ser parte de ellos, eras considerado un traidor, un fracasado, un paria.

Solamente luego de contar a otros lo que habíamos vivido, fuesen investigadores o interlocutores, todos te confirmaban que efectivamente eras víctima. Como consecuencia, emergía otra convicción: habías sufrido una injusticia que debía ser reparada.

Este deseo de justicia no puede expresarse con palabras, pero se manifiesta de forma violenta en el interior del alma. También percibes que la reparación nunca será completa, pues es impagable el mal cometido. Te han robado los mejores años de tu vida, la felicidad, la ilusión, el sentido de tu vida y quizás lo más preciado, la fe.

La reparación del Sodalicio

Una víctima no suele pedir en primer lugar plata, como muchos imaginan. Espera algún día tener la fuerza suficiente para confrontar cara a cara a su abusador y que este le pida perdón, por más “nivel” o “jerarquía" que tenga incluso en una organización tan poderosa como el Sodalicio.

Sodalicio
Sodalicio

Esto, lamentablemente, en la mayor parte de casos no se ha dado. Las víctimas hemos sido escondidas tras un andamiaje jurídico o comunicativo, sin que nunca hayan salido a nuestro encuentro para mirarnos a los ojos y pedirnos perdón personalmente.

La reparación integral que espero

Una víctima también espera que una ‘comisión investigadora’, sea civil o eclesial, mejor las dos, sepa del comportamiento de estos sodálites y que se les investigue y sancione adecuadamente. Una víctima quiere sobre todo evitar futuros abusos.

Por todo ello, la reparación auténtica y verdadera es integral, no solo económica. Una reparación solo económica lo podría hacer una sociedad mercantil con criterios empresariales y sería suficiente.

Pero no es suficiente en la Iglesia. Es necesario que la reparación también sea espiritual y psicológica. Sería una blasfemia pensar en la Iglesia una reparación solo económica por las injusticias y ofensas cometidas a mi persona o a las de cualquier abusado.

Una secta aparentemente católica

De manera personal he sido testigo de cómo el deseo de justicia, y también el deseo de venganza, a pesar de los años, aumentaba en lugar de disminuir.

Figari
Figari

Aparecían y aparecerán nuevos testimonios y nuevas personas saldrán a la luz y darán testimonio del horror vivido en la familia sodálite, en toda ella sin excepción: Sodalicio, Fraternas, Siervas del Plan De Dios y Movimiento de Vida Cristiana (MVC).  

Es importante entender, cómo se narran en varios libros y testimonios, que Figari concibió y puso en marcha una secta de apariencia católica en la que el control de la persona, sus pensamientos, emociones y comportamiento era monitorizado al detalle y con este método de formación podían lograr una obediencia ciega y, cuando lo querían, el quiebre personal. Solo se puede negar esto viviendo en la realidad paralela del Sodalicio.

Los ‘cadáveres espirituales’ del Sodalicio

Creo que el problema de fondo, pero no el único, es espiritual. Por más dinero o comunicados que ‘nos regalaba’ la familia sodálite, nunca se restablecía la paz pues no se iniciaba un proceso de reconciliación real a las víctimas.

El primer síntoma no atendido era la falta de confianza en uno mismo, en la institución eclesial, en Dios. Ya muchos habían perdido la fe.

El Sodalicio pretende ahora empezar de nuevo, pero no lo puede hacer sobre los “cadáveres espirituales” de muchas personas que han renegado de Dios, de su fe, de la iglesia, de sí mismos, por culpa de ellos.

Como nos enseñaban en la Iglesia, si uno se aleja de Dios como fuente de bien, busca los sucedáneos y es lamentable para mí ver que muchos de los ex sodálites, aunque no todos, de dejaron llevar por el desenfreno luego de salir del sodalicio.

Bertomeu en la parroquia del Sodalicio
Bertomeu en la parroquia del Sodalicio



Unas preguntas suscitadas en la parroquia de Ntra Sra de la Reconciliación

Seguí con asombro la misa celebrada por Mons. Jordi Bertomeu en la Parroquia de Camacho, el 2 de febrero de 2025. Valiente y claro. Memorable. Allá vi claro que el Sodalicio no ha tenido “conmiseración espiritual” con las víctimas.

Me pregunté, a punto de firmarse su definitiva desaparición:

* ¿Cuántos, de los que fueron víctimas reconocidas por el sodalicio, volvieron a ser parte de su familia espiritual?
* ¿Qué herramientas o instancias “espirituales”, fuera de los sacerdotes y laicos consagradas del sodalicio a los cuales las víctimas no querían ver, pusieron a disposición de éstas para que pudiesen entender lo ocurrido y reconciliarse con Ustedes, con Dios y con la Iglesia?
* Ustedes se preguntaban todos los días: ¿Qué más podemos hacer por las víctimas? ¿O ya lo veían como un tema pasado?

La verdad de la ‘espiritualidad sodálite’

Había en la Misa muchos jóvenes y adultos que son parte de su familia espiritual, el Movimiento de Vida Cristiana. Sin conocer nada o muy poco de lo que estaba pasando, quedaban sorprendidos y hasta escandalizados por las ultimas disposiciones del Santo Padre anunciadas por Mons Bertomeu.

Bertomeu dio en el clavo. Fue cariñoso y generoso con ellos, pero asertivo. Las expulsiones y la disolución han sido un golpe muy fuerte para el Sodalicio. Pero si no abandonan su mentalidad ‘elitista que exige una falsa obediencia’, nunca las podrán digerir.

Un reciente testimonio personal

Con respecto a este tema deseo narrar un testimonio personal de un hecho reciente. Luego de muchos años de mi salida del Sodalicio y haciendo un gran esfuerzo personal de reconciliación, empecé a participar en dos grupos del MVC.

Jordi Bertomeu, durante la misa
Jordi Bertomeu, durante la misa

El sábado 1 de febrero de 2025, cuando ya se sabía de la supresión del Sodalicio, le comenté a un miembro del MVC mi apreciación crítica sobre el sodalicio.

A partir de ese momento, esta persona pensó que la estaba atacando y juzgando y que renegaba de toda la familia sodálite: yo solo estaba dando mi apreciación crítica del Sodalicio de modo formal y cordial.

Luego de ello procedió a eliminarme de uno de los grupos del MVC en que participaba. Y al día siguiente me llamó la coordinación del otro grupo del MVC en que estaba y también me eliminó.

Por ser crítico con el Sodalicio, se me consideró una amenaza y una mala influencia para los nuevos miembros del MVC y me sacaron de ambos grupos. Claro, me dijeron que seguíamos siendo amigos y que podría visitarlos.

Yo consideraba que los miembros actuales del MVC habrían madurado o cambiado, pero aún mantienen ese espíritu de cuerpo del Sodalicio en el que toda opinión diversa, así sea respetuosa, tiene que ser expulsada de raíz.

Por otro lado, también me llamó mucho la atención que se impusiera una casulla con la espada flamígera a Mons.Bertomeu durante la misa que presidió y que se le hiciera cantar un himno a la Virgen que luego supe que fue compuesto por Alejandro Bermúdez. Incluso mi hermano que vive fuera del Perú y que vio la misa por Facebook me escribió sorprendido por ello. Aquello era no entender nada.

En mi opinión todas las obras fundadas por Figari tenían que ser suprimidas. No había otro camino. Y se que Dios sacará muchas cosas buenas de todo este proceso y del agua sucia que ahora le ofrecemos, sacará un ‘vino incomparablemente mejor’ para el final, como nos dijo Mons. Bertomeu. Esta es mi esperanza.

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