Domingo de la Santísima Trinidad
Día de oración por los contemplativos
Domingo de la Santísima Trinidad
Texto evangélico
“Jesús les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 18-19)
Comentario
Al comienzo de la Biblia se narra: “Al principio creó Diosel cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cerníasobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió” (Gén 1, 1-3). En este texto se descubre la revelación de Dios Trinidad: El Creador, el Santificador y la Palabra.
La Iglesia inicia sus oraciones con la señal de la Cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Y concluye sus plegarias: “Por nuestro Señor Jesucristo que vive reina con el Padre y el Espíritu Santo”.
En la Liturgia de las Horas, al rezar el Oficio Divino, al terminar cada salmo, se concluye: “Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
El sacramento del bautismo cristiano se administra en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; sería inválido si se invocara otro nombre.
El Misterio de la Santísima Trinidad abarca las dimensiones esenciales de la persona, la dimensión vertical, al relacionarse con Dios Padre; la dimensión horizontal, al tratar con Jesucristo, Hermano; y la dimensión interior, al saberse habitado por el Espíritu Santo en el más profundo centro del ser.
La Liturgia Oriental inicia la oración con la invocación trinitaria, entonando el Trisagio: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros”.
La bendición se imparte “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Los cristianos creemos en Dios Trinidad, entrañable, fraterno, amigo. Creemos en Dios comunidad, relación íntima de amor. “En Él vivimos, nos movemos y existimos”. “Con todos los santos, logréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios” (Ef 3, 18-19).
Propuesta
Hoy encomendamos a los contemplativos