IV Domingo del Tiempo Ordinario, “B” 

Texto bíblico 

“Entran en Cafarnaúm y, al sábado siguiente, entra en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!». El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea” (Mc 1, 21-28). 

Comentario 

Durante este año, en los domingos del Tiempo Ordinario, se proclama el evangelio de San Marcos. La tradición ha identificado a este Marcos con Juan Marcos, sobrino de Bernabé, que acompañó a Pablo en sus viajes apostólicos (Act 15,37-39). Este Evangelio presenta a Jesucristo como Hijo de Dios, título que nos remite desde el comienzo al misterio de Dios como Padre de Jesucristo. 

Jesús practica el judaísmo, celebra el sabbat, va a la sinagoga, valora la oración pública y la lectura de los Libros Santos. Enseña con autoridad, y provoca la admiración de sus contemporáneos, porque no es como otros maestros que predican y no viven lo que dicen. El Nazareno, no solo conoce y anuncia las profecías mesiánicas, sino que realiza signos por los que se extiende su fama por todo el entorno de Cafarnaúm. 

Al curar en sábado a un poseído por el Malo, demuestra que el hombre está por encima del sábado, y que la ley suprema es el amor, hacer el bien. “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado” (Mc 2, 27-28). 

Propuesta 

¿A qué das preferencia en tu vida, a la autojustificación, o a la relación solidaria?