¡Asombro! 24 IV Martes de Adviento
Nochebuena
24.- IV Martes de Adviento - Nochebuena
Texto bíblico
“Cuando el rey se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda». Natán dijo al rey: «Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo». (2Sam 7, 1-3)
Comentario
El salmista invita este día a cantar: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades” (Sal 88, 2)
Es día de disponer la casa para que acontezca en el propio interior el nacimiento de Jesús, el hijo de María, el Hijo de Dios, el Príncipe de la Paz.
¡ASOMBRO!
Detente hombre en tu camino:
¡Ha sucedido profecía!
El sol detiene su andadura.
El huracán se torna brisa.
Presentimiento consumado.
Temblor se instala en las entrañas,
que es cierto el acontecimiento.
Ya no es posible la nostalgia,
Se ha parado el tiempo en éxtasis.
Ya no hay razón para el temor,
ni anden los días tan revueltos.
Siempre es ahora, siempre es hoy.
Canta el cielo: ¡Paz en la tierra!
Brota el prado, corre el fontal.
El frío no impide la alegría,
ni el adelanto del rosal.
Llora el niño recién nacido,
se hace hombre y llora Dios.
Hogar repleto de ternura.
¡Cesa Cierzo, hazte calor!
¡El mundo nuevo, estremecido,
vibra la carne en el rumor:
Nada es lógico en mente humana.
Se admira el cielo y el pastor.
Y balbuceo la noticia:
¡Es verdad el amor divino!
En embeleso quedo absorto.
¡Nunca imaginé tanto mimo!
Quiero serenar mi andadura
Y detenerme ante el portal,
Contemplar al recién nacido.
Porque esta noche es Navidad.