24 de abril, Jueves de la Octava de Pascua
Texto bíblico
“«Paz a vosotros». Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo». «¿Tenéis ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Vosotros sois testigos de esto.” (Lc 24, 36-48)
Comentario
Jesús saluda a los discípulos, les muestra sus heridas, les hace anfitriones de su nueva presencia, los convierte en testigos, por lo que oyen, ven y palpan, para que no lucubren con figuraciones extrañas.
Jesús resucita y argumenta su muerte y resurrección anunciadas desde antiguo en las Escrituras, para que comprendan que los acontecimientos pascuales son un la consumación de lo anunciado desde antiguo.
Si Jesús se deja tocar las huellas de su Pasión para que sus discípulos crean en que Él está realmente vivo, todos los que muestren compasión con los heridos de este mundo, se convierten en testigos de la resurrección del Señor.
Propuesta
No te espantes y acércate a los heridos de la sociedad.