"Algunos, a lo único que se limitan es a poner verde al Papa, al obispo, al cura…" Toño Casado: "¿Tú qué eres, vampiro o manantial?"
"Hay personas que se aprovechan por su cargo y al final solo buscan su interés, su dinero, un buen cargo, o un buen banco en la Iglesia en la que son consumidores pasivos. Entran, rezan y se van, pensado que su parroquia o institución se sostiene con el sueldo de los ángeles, o sea, nada"
"Y luego están los manantiales: los que acuden al templo y ayudan en lo que pueden: con su sonrisa, con su persona, como catequistas, voluntarios, lectores, músicos, limpiadores, como religiosas o curas, como viejecitas que te saludan a la entrada, como jóvenes apasionados que se comprometen con los chavales o la gente de la calle.… "
"Siéntete orgulloso de esta Iglesia que mantiene en el mundo el Mensaje del Nazareno, un mensaje que se hace consuelo y vida de manera práctica en tantos cristianos que a pesar de su pobreza y sus defectos intentan dar lo mejor de sí mismos a los demás"
"Siéntete orgulloso de esta Iglesia que mantiene en el mundo el Mensaje del Nazareno, un mensaje que se hace consuelo y vida de manera práctica en tantos cristianos que a pesar de su pobreza y sus defectos intentan dar lo mejor de sí mismos a los demás"
Ten cuidado cuando vayas andando por la vida no sea que te sorprendan distraído. Aparentan nobleza con sus ropas elegantes y sus modales de colegio de pago pero en verdad son unos chupasangres despiadados. Te succionan el bolsillo, el corazón y las ganas de vivir. Su sangre es venenosa aunque la rocíen con agua bendita. Sus largos rezos están vacíos.
Te exprimen el alma, la voluntad, el bolsillo, la energía. Son estrategas en no pagar en el bar, estrategas en quedarse con lo ajeno, evadir impuestos, aprovecharse de los obreros, firmar obras de arte que no son suyas, comerse todos los pasteles de la bandeja en un abrir y cerrar de ojos. Te quitan la voluntad pues ellos saben la voluntad de Dios sobre ti y sobre todos; y esa voluntad es que tú les des todos lo que tienes y lo que eres, sin límite alguno. Los vampiros existen, amigos. Cuidadín.
Y gracias a Dios existen las están “las personas manantial”. Cuando te las encuentras siempre te sientes mejor porque te ofrecen lo que tienen: su sonrisa, su bollo recién hecho, un chiste contado con más o menos gracia, un mensaje de wasap con corazoncitos, un consejo, una cena, un ayuda verdadera cuando te hundes, y se quedan al lado de tu cama de enfermo todas las noches que haga falta.
Su generosidad es pura. Abren las puertas de su casa y te ofrecen lo que tienen, poco o mucho, sintiéndote en su hogar como si fuera tuyo. Hay muchas viudas generosas que a pesar de perder el amor de su vida y tener una pensión muy justita ayudan en todo lo que pueden a su Iglesia, a su barrio, a sus vecinos. Son verdaderos manantiales de ternura y de fuerza, milagros en medio de este desierto de violencia y egoísmos en el que muchas veces nos movemos.
El #EvangelioDeHoy por Toño Casado pic.twitter.com/xaUTTB1CZm
— Religión Digital (@ReligionDigit) November 7, 2021
Pues tú eres como uno de los dos: vampiro o manantial.
Y si perteneces a la Iglesia también, claro. Hay personas que se aprovechan por su cargo y al final solo buscan su interés, su dinero, un buen cargo, o un buen banco en la Iglesia en la que son consumidores pasivos. Entran, rezan y se van, pensado que su parroquia o institución se sostiene con el sueldo de los ángeles, o sea, nada. Echan si acaso unos centimillos en el cesto y jamás se prestan a nada, vampiros críticos de las ceremonias o de la misma Iglesia; a lo único que se limitan es a poner verde al Papa, al obispo, al cura… Esa es su contribución mientras succionan el cuello de la Iglesia: el veneno de la crítica y las discordia.
Y luego están los manantiales: los que acuden al templo y ayudan en lo que pueden: con su sonrisa, con su persona, como catequistas, voluntarios, lectores, músicos, limpiadores, como religiosas o curas, como viejecitas que te saludan a la entrada, como jóvenes apasionados que se comprometen con los chavales o la gente de la calle.… formando parte de su parroquia de una manera activa y comprometida con lo que son. Puede que su caudal sea pequeño, pero dan lo que tienen y lo que son a todos. Benditos manantiales.
Es cierto que la Iglesia somos defectuosos; pero somos una gran familia que hace mucho bien a muchos millones de personas. Siéntete orgulloso de esta Iglesia que mantiene en el mundo el Mensaje del Nazareno, un mensaje que se hace consuelo y vida de manera práctica en tantos cristianos que a pesar de su pobreza y sus defectos intentan dar lo mejor de sí mismos a los demás. Se saben responsables de su casa. Porque nuestra Iglesia nace de la fuerza y la generosidad de los débiles, los limitados, los pecadores, los de corazón roto. Aunque seas débil no te canses de ser manantial. Y tu oscuridad se volverá mediodía.
Eres un manantial. Compártete.
Notillas:
El próximo 20 de noviembre a las 18 doy un concierto en Valladolid junto a Nico Montero y Unai Quirós. Anímate si andas por Castilla!!
Este mes pinté un gran mural en la fachada del Colegio Santa Susana, en Madrid. Un poco de color y visibilidad para la Escuela Concertada.
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