Aún resuenan los ecos de las pasadas elecciones autonómicas y municipales, y de nuevo, los españoles nos vemos abocados a unas nuevas elecciones generales anticipadas. La impresión es que la vorágine del 23 de Julio se ha llevado por delante las autocríticas, los análisis a fondo y las decisiones ponderadas de cara a los pactos…ahora, todo parece precipitarse. Cuando la partida de las anteriores elecciones no ha terminado del todo, lo que cuenta en estos momentos es no meter la pata demasiado para que el jaque mate en julio sea efectivo. Una doble partida se va a jugar, con muchas zancadillas, malos modos, en la que brillarán los tahúres y carroñeros.

Muchos analistas sesudos han intentado averiguar qué tiene en la cabeza el presidente del gobierno para convocar rápidamente nuevas elecciones. Es tan sencillo y tan complicado, que sus consejeros áulicos le han convencido, de que en estas circunstancias puede ganarlas…. Pero no olvidemos que son los mismos consejeros que le han llevado a una cierta hecatombe en las autonómicas y municipales. Los mensajes iniciales apuntan maneras…

Municipales con aroma a generales

Sin embargo lo más preocupante es que las pasadas elecciones que teóricamente iban de gestión autonómica y municipal - ideológica por supuesto-, se convirtieron por mor de los grandes líderes de los partidos, en una discusión sobre temas de política nacional. El supermercado de propuestas era tan variopinto que las personas serias se preguntaban…y todo esto porque no se ha hecho o empezado a hacerse hasta ahora. y las réplicas estaban a una altura bastante simétrica de lo propuesto. Es decir, lo que no hacen en el Parlamento respondiendose a las preguntas concretas para no caer en el seguidismo se hace en la época electoral en lo mítines. El “ y tú más…o y tú menos” es la consigna. Una campaña increíblemente anodina, y en la que han primado los argumentarios de los partidos. Diariamente las ofensas a la inteligencia de los ciudadanos era palmaria. Por eso los triunfadores probablemente son los que han tenido el coraje de salirse del guión.

Me gustaría una rebelión de muchos ediles y munícipes, que han dado la cara por su partido y que los ciudadanos les han mandado al paro por incompetencia de los “gurús”, y por confiarse  bajo la sombra de un árbol cayéndose. Este es un caldo de cultivo explosivo, que habrá creado un resentimiento, y puede desembocar en cainismo. Y ojo con los damnificados de las listas. Aviso para navegantes.

Línea inmadura e infantil

Los primeros mensajes para el 23 de julio son de libro, y si siguen por esa línea tan inmadura e infantil, puede que provoquen el hastío de muchos ciudadanos, que sin embargo acudirán al votar, a pesar de estas primeras sandeces y tonterías. Uno puede entender los nervios y el cabreo, pero alguna cabeza fría y sensata tendrán a su alrededor para que los planteamientos en campaña sean más sosegados. Trasladar a la sociedad la crispación del Parlamento no es una buena noticia. Esperemos que la gente a pesar del calor y de las vacaciones acuda a votar, y luego exija sentido común y una buena gestión de su voto. Tenemos medios...

España necesita salir del “cortoplacismo” electoral para recuperar la vía del diálogo, y del necesario consenso en muchos temas vitales para el país. Necesitamos políticos que estén a la altura de las complicadas circunstancias de muchas personas que no llegan a final de mes. Los informes de las grandes organizaciones sociales y comunitarias nos lo repiten anualmente en sus informes. En España existe la pobreza severa y una pobreza que aumenta, y una juventud que no tiene oportunidades para incorporarse al mundo del trabajo, ni puede organizarse su vida de forma autónoma e independiente.

Ningún plan serio de Vivienda saldrá adelante sin el consenso de la mayoría de las fuerzas políticas y sociales, una posible reforma de la Ley de Enseñanza más de lo mismo…y así sucesivamente…Dinamitar los puentes del dialogo en política es suicida, y al final es un atentado contra la democracia. Dialogar no está reñido con la discrepancia y el disenso, pero tampoco el ceder muchas veces de manera razonable cuando lo que está en juego son las cosas de comer…entre otras el presente y el futuro de nuestros hijos.

Me gustaría que la Iglesia Española se pronunciara de manera clara en esta línea de pedir un consenso serio, y no táctico, en los temas vitales para el país; y no que insiste en los temas recalentados de siempre que ya nos los sabemos de memoría, y que en muchos de ellos la partida está perdida…

Esperemos que nos permitan votar en traje de baño, y no se vea como una falta de decoro. No es por imitar a algunos diputados, no tanto en el vestir cuanto en el hablar.

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