El goteo diario de noticias que tiene que ver con la sexualidad, y que se relacionan con personas consagradas en la Iglesia, a los creyentes nos resulta particularmente doloroso. Los comportamientos de ayer y todavía de hoy de muchos religiosos en el área de  "sexto y nono" es insultante para una Iglesia que aspira a la mayor transparencia posible en su tarea evangelizadora. Por supuesto no podemos ignorar que todo eso empaña el testimonio de muchos cristianos y enfría su relación con la Iglesia Institucional. Y para los de fuera, ni hablemos…

Tampoco podemos dejar de lado, los intereses manifiestos y ocultos de algunos medios, que siempre ponen en primer plano las noticias de esta índole. No es solamente cuestión de "morbo". Esto sería muy inocente, pero no una excusa para justificar nada. Por supuesto que algunos insisten en que se trata de casos particulares. ¡Vaya hombre! Sin duda, pero estos individuos crecieron en el seno de una Institución, que tenía el deber de velar por la sanidad sexual de sus más cercanos. Los obispos y sacerdotes son los elegidos para servir a las comunidades. Y esto es una responsabilidad enorme. Por eso, la teología moral, dígase pecado, no es una coartada para la depravación sexual. En muchos casos fallaron los filtros o, probablemente la ceguera ante la falta de vocaciones en otros, llevó a decisiones equivocadas. Así lo ha demostrado el tiempo. Y así, lo han reconocido, mentes lúcidas en la Iglesia...

Sin duda al Papa Francisco este tema le preocupa enormemente. Sus palabras al respecto en la rueda de prensa habitual en el avión de regreso a Roma desde Panamá son muy significativas. En este caso se refería a los abusos por parte de sacerdotes y obispos en relación con las religiosas. ¡Tremendamente lamentable!. Estas han sido, carne de cañón, por muchas razones, para estos depravados. ¡Manada pura y dura! Este terrorismo sexual hiere profundamente a la Iglesia. 

Unos datos recientes hablan: "el 40% de las religiosas han sufrido abuso sexual, el 10% antes de unirse a la vida religiosa y el 30% después”. Como publica Jesús Bastante: “En conversación con RD, Doris lamenta que el reconocimiento de los abusos por parte de Francisco "haya llegado muy tarde”. Sin embargo, cree que a partir de este momento "muchas más religiosas que han sufrido abusos sexuales se den cuenta de que no están solas y se atrevan a hablar", y confía en que, después de reconocer el problema, "el Papa también tome las medidas apropiadas" para un escándalo de proporciones brutales”. Muchas confesiones y direcciones espirituales, han terminado en el catre"...

La cumbre sobre la “pederastia”, que se celebrará en breve en Roma, ha sido una apuesta del Papa, que sin duda quiere empeñarse en “tolerancia cero” a este comportamiento.  Ya que no podemos olvidar que la pederastia no es una tema del pasado. Continúa hoy…, con más precauciones y sutilezas, ya que siempre se ha movido en las sombras y en la manipulación. Ese es su ámbito natural. Por eso es tan difícil combatirla. Los pederastas tienen la inteligencia del demonio, por eso es muy complicado cazarlos. 

¿Qué podemos esperar de esta cumbre monográfica sobre el tema? En primer lugar, que la Iglesia, de nuevo pida perdón de manera clara e inequívoca a las víctimas de esos miembros de la Iglesia y de la sociedad. En segundo lugar, que diga claramente qué va hacer en cada diócesis, incluidas las órdenes religiosas, para aflorar todos los casos y establecer filtros más contundentes en los seminarios para al menos garantizar que las vocaciones futuras tengan la calidad suficiente para asumir la tensión celibataria. Esto es muy complicado, y, en parte utópico. Y, en tercer lugar, encomendar al Señor de la historia todo esto… para que al menos las cosas puedan mejorar. 

En Francia acaba de salir una película sobre esta cuestión. En breve llegará a nuestras pantallas. Habrá que prepararse…Esto no es por casualidad, pero nos pilla con el pie cambiado. Y no podemos simplemente decir que  los pederastas de la Iglesia son sólo un 3% o justificarlo con “malos momentos”. Si queremos sacar pecho ante este tema será necesario que la cumbre de Roma hable claro y determine más claro todavía…A partir de ahí todo lo demás. 

La pederastia en cualquier ámbito es letal, pero cuando se practica por cualquier miembro eclesial es todavía más execrable, porque no se espera que un hombre o mujer que se ha entregado a Dios, la practique…Y el abuso a religiosas por parte de obispos o sacerdotes es comparable a las prácticas de la “manada” y, por lo tanto,  la “chirona” es su lugar. Sin duda.