Las tentaciones son ofertas, modos de vida, fuentes de inspiración... Pueden envenenar... o hacer crecer en el bien Domingo 1º Cuaresma (21.02.2021): Jesús resistió la tentación y no se dejó pervertir

“No nos dejes caer en la tentación”

Comentario: “El Espíritu lo empujó al desierto” (Mc 1,12-15).

Suena a impulso o apremio casi violento. Jesús sintió la necesidad de vivir la vida en toda su crudeza real. De Jesús puede decir la Carta a los Hebreos: “Por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados” (Hebr 2,18). Y “ha sido probado en todo como nosotros, menos en el pecado” (Hebr 4, 15). Resistió la tentación y no se dejó pervertir. La tentación, fruto de la libertad, es inherente a la vida, “al desierto”, a la realidad. Así descubrimos las fuerzas que hacen bien y las que envician. El desierto es signo del mundo sediento de verdad y de vida. Las tentaciones son ofertas, modos de vida, fuentes de inspiración... Pueden envenenar... o hacer crecer en el bien. 

“Se quedó en el desierto cuarenta días”.Número simbólico bíblico: período de penas y desafíos. Como la duración del diluvio (Gn 7,12), estancia de Moisés en el Sinaí (Ex 34, 28), etapa de Israel en el desierto (Núm 14,34; Sal 95,10), camino de Elías hacia el Horeb (1Re 19,8). “Desierto” es la vida pública de Jesús: opuesta al sistema religioso judío. Ha sido “el pájaro sin pareja” del que habla Juan de la Cruz: “se pone en lo más alto, tiene vuelto el pico de afecto hacia el espíritu de amor, está en soledad de todas las cosas, canta muy suavemente, no es de algún determinado color porque es abismo de noticia de Dios” (Cántico Espiritual. Canción XV, comentario 24).

Siendo tentado por Satanás”. Jesús, “hecho semejante a los hombres, reconocido como hombre por su presencia” (Flp 2,7), es tentado por “Satanás”, imagen del odio o desamor. La extraña indicación, exclusiva de Marcos, de que “vivía con las fieras y los ángeles lo servían” (v. 13), puede aludir al Salmo:a sus ángelesha dado órdenespara que te guarden en tus caminos. Te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones” (Sal 91,11-13). También tiene sentido relacionarlo con el texto de Isaías (11, 6-9) sobre la armonía de la creación. Jesús restaura la armonía al vivir con fieras, sintiendo protección, simbolizada en los ángeles. Me parece más real mirar la dureza de su vida. “Las fieras” representan a grupos y a personas que pretendieron destruirlo, enemigos mortales del Reino de Dios. “Los ángeles” son los colaboradores del Reino, los que se dejaron llevar del Espíritu de bien: María, el Bautista, discípulos... Vivimos entre fuerzas negativas y positivas. Jesús resiste a las fuerzas del mal gracias al Espíritu. El que nos ha sido dado en el bautismo, habita en nosotros, nos da conciencia de ser hijos de Dios, nos guía con su luz y fuerza.

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios... La detención del Bautista es signo del Espíritu para Jesús. “Galilea” es en Marcos espacio pastoral y de encuentro con el Resucitado (Mc 16,7). “Se ha cumplido el plazo”: ha llegado la ocasión, el tiempo señalado por Dios. “Cuando se cumplió el tiempo envió Dios a su Hijo, nacido de mujer...” (Gal 4,4; Ef 1,10). Su reino está al alcance de la mano. Mirad hacia él y creed su Buena Noticia.

Oración: “El Espíritu lo empujó al desierto” (Mc 1,12-15)

Jesús, movido por el Amor:

Hoy el evangelio nos dice que

el Espíritute empujó al desierto...,

siendo tentado por Satanás.

vivías con lasfieras y los ángeles te servían”.

A nosotros, Señor Jesús, también

el Espíritu nos empuja al desierto” de nuestra vida.

Con la sabiduría antigua, creemos que el Misterio de Dios:

nos llenó de ciencia y entendimiento,

y nos enseñó el bien y el mal;

puso su mirada en nuestros corazones,

para mostrarnos la grandeza de sus obras” (Ecclo 17,7-8).

A todo persona, Cristo Jesús, “la incitas incesantemente por tu Espíritu

para que no sea del todo indiferente al problema religioso” (GS 41).

“Cree la Iglesia que Tú, Cristo, muerto y resucitado por todos,

ofreces al ser humano luz y fuerzas por medio de tu Espíritu

para que pueda responder a su máxima vocación” (GS 10).

Somos “la única criatura terrestre que Dios ha amado por sí misma” (GS 24).

“Llegamos a conocer y a realizar nuestro ser sólo por obra del Espíritu Santo”

(J. Pablo II: encícl. “Dominum et vivificantem”, 59).

“Tú, Jesús hermano, moriste por todos...;

por tanto, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos

la posibilidad de asociarnos a tu misterio pascual,

en la forma de sólo Dios conocida” (GS 22).

“Hecho Señor por la resurrección,

actúas por tu Espíritu en los corazones de las personas, 

suscitando el deseo del siglo futuro,

animando, purificando y robusteciendo los deseos de humanizar la vida

y someter toda la tierra a este fin humanitario” (GS 38).

El anhelo mayor nuestro es servir a las personas de hoy:

sabemos que por este servicio seremos juzgados;

entramos en el reino de los cielos quienes hacemos la voluntad del Padre;

quiere el Padre que te reconozcamos a ti, Cristo Hermano, en todos;

que te amemos eficazmente, de palabra y de obra, en todas las personas;

que comuniquemos con los demás el misterio de amor del Padre.

Por este camino en todo el mundo

las personas serán despertadas a una esperanza viva,

que es un don del Espíritu Santo,

para que por fin seamos recibidos en la paz y felicidad suma,

en la patria que brillará con la gloria del Señor” (GS 93).

A pesar de la presencia del Espíritu Santo,

vivimos tentados de mil modos, como Tú, Jesús de nuestra vida.

Seguimos pensando en “ser dioses”, no aceptando tu Amor primero.

Nuestras metas soñadas siguen siendo el poder, la gloria, la riqueza...;

no nos reconocemos hermanos, hijos del mismo Amor primero;

necesitamos buscar quien nos adore, nos exalte, se haga esclavo nuestro;

buscamos acumular como sea, para vivir seguros entre alimañas.

En ti “se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador

y su Amor al ser humano(Tit 3,4):

el Espíritu te dio a conocer la voluntad del Amor primero (Jn 4,34);

es Amor despertó “ángeles”: María, Juan Bautista, discípulos, amigos...;

“las fieras”, aunque rompieron tu vida, no te apartaron del Amor.

Que el mismo Espíritu nos fortalezca para seguir tu camino:

que seamos ángeles, colaboradores tuyos, siempre en amor;

que nada ni nadie nos aparte del Amor primero, de tu Espíritu.

Preces de los Fieles (D. 1º Cuaresma B 21.02.2021)

Vemos hoy en el evangelio a Jesús tentado por el afán egoísta de tener, mandar, brillar... Incitado a la avaricia, al despotismo, a la soberbia... Actitudes que nos han traído hambre, esclavitud, humillación, sufrimiento...Pidamos convertirnos de nuevo al Evangelio del Amor, diciendo: no nos dejes caer en la tentación”

Por la Iglesia:

- que sea escuela de desprendimiento, de diálogo, de humildad;

- que reconozca su pecado de lujo, de tesoros mundanos, de poder absoluto...

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Por las intenciones del Papa (febrero 2021):

- que “las mujeres víctimas de la violencia sean protegidas por la sociedad”;

- que “su sufrimiento sea considerado y escuchado” por todos.

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Por quienes presiden las comunidades cristianas:

- que amen el Evangelio más que el Código de Derecho canónico;

- que reconozcan los derechos humanos y los respeten.

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Por nuestros pueblos:

- que seamos ciudadanos conscientes, críticos y responsables;

- que nos capacitemos para elegir a los mejores en saber y bondad...

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Por nuestros sacerdotes:

- que sean verdaderos animadores de la comunidad;

- que valoremos su trabajo y les acompañemos fraternalmente.

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Por esta celebración:

- que nos haga humildes y conscientes de nuestras limitaciones;

- que nos dé fuerza para acogernos y sostenernos en el amor de Jesús.

Roguemos al Señor: no nos dejes caer en la tentación”.

Queremos, Jesús hermano, sanar las heridas de todos, valorar la dignidad humana,

reconocerte a ti, presente en los hambrientos, sedientos, desnudos, encarcelados, enfermos de cuerpo o espíritu. Queremos vivir contigo por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés (Madrid), 21 de febrero de 2021

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