La Iglesia, y el cristiano, “apaga el Espíritu y desprecia las profecías” cuando se apega a costumbres, leyes, rutinas, “lo que usted diga”, “siempre se ha hecho así”..., marginando la libertad evangélica Jesús nos trae una luz, un espíritu, nuevos (Domingo 3º Adviento2ª lect. 17.12.2023)

“No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías, examinadlo todo; quedaos con lo bueno” 

Comentario: “En todo estad agradecidos: esta es la voluntad de Dios” (1Tes 5,16-24)

Texto primero de Pablo y del Nuevo Testamento,escrito en Corinto, unos treinta años después de la muerte de Jesús (hacia el año 50-51). Por el contenido, suele dividirse en dos partes: a) acciones de gracias y noticias mutuas, reflejo de buena armonía entre la comunidad y sus servidores (c. 1-3); b) enseñanzas y exhortaciones sobre santidad de vida, esperanza tras la muerte, vida común... (c. 4-5).

El fragmento que leemos tiene una primera parte (vv. 16-22) sobre exigencias de la vida común responsable. En los versículos anteriores les ha rogado que “aprecien el esfuerzo de los que trabajan cuidando de ellos por el Señor, mantengan la paz, se amonesten, animen, sostengan, sean pacientes, no  devuelvan mal por mal, hagan el bien a todos” (5,12-15). Hoy leemos un conjunto de actitudes, propias que los que viven anclados en el Amor de Dios, manifestado en Cristo:

- “Estad siempre alegres” (v. 16). La alegría interior es don del Resucitado.

- “Sed constantes en orar” (v. 17). Orar es dialogar con quien sabemos que nos ama.

- “Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros” (v. 18). Porque “en Dios vivimos, nos movemos y existimos” (He 17,28). Vivir agradecidos como Jesús (Mt 11,25ss; Lc 10,21ss).

- “No apaguéis el espíritu,no despreciéis las profecías, examinadlo todo; quedaos con lo bueno” (vv. 19-21). Va en la misma línea de la carta a los Efesios: “No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con que él os ha sellados para el día de la liberación final” (Ef 4,30). Esta actitud debía ser prioritaria en los dirigentes eclesiales. El Vaticano II insiste en que hay que “procurar discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos... los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios” (GS 11); hay que “auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina” (GS 44). La Iglesia, y el cristiano, “apaga el Espíritu y desprecia las profecías” cuando se apega a costumbres, leyes, rutinas, “lo que usted diga”, “siempre se ha hecho así”..., marginando la libertad evangélica. Hay situaciones clamorosas, como el abandono del ministerio por miles de sacerdotes y algunos obispos. Se reconoce que “es un error subordinar la celebración de la Eucaristía al celibato de los sacerdotes”, pero no hay valor, “espíritu”, para cambiar la ley. “Voces de nuestro tiempo” son comunidades sin sacerdotes y sacerdote casados que piden ejercer el ministerio. El Espíritu no limita ni disminuye ni prohíbe ni anula potencialidades humanas, sino al revés, las sostiene y potencia. “Apaga el Espíritu” quien no quiere oír estas “voces de nuestro tiempo”, ni “auscultarlas, discernirlas e interpretarlas, con la ayuda del Espíritu Santo”.

- “Guardaos de toda clase de mal -`eidos´: forma visible- (v. 22). Incluso de la apariencia de mal. Por desgracia, suele ser al revés: preocupa más la apariencia que la realidad, y se oculta el abuso.

La segunda parte del texto es el final de la exhortación: Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os llama es fiel, y él lo realizará” (vv. 23-24). Expresa el deseo de que “el mismo Dios de la paz” nos haga buenos como él. Eso significa “santificar”: entrar y vivir en la esfera de lo divino, de la bondad plena, del amor gratuito... Subraya además  la “totalidad” humana. Aquí aparece la concepción platónica tripartita: “espíritu, alma y cuerpo” (alma superior -nous, pneuma-, inferior -psijé- y cuerpo). Pablo se sirve aquí de la cultura griega, pero piensa en la unidad humana, propia de la cultura judía. De hecho antecede al tripartito humano el adjetivo: “holocleron”: compuesto de holos: todo, y cleros: parte, suerte, patrimonio, heredad, realidad. Toda la estructura personal es afectada por la “santidad-bondad”, propia de Dios. Eso es lo que les desea a los cristianos: que conserven íntegramente, en todo su ser, la bondad del Espíritu divino, el amor que abarca toda su realidad persona, “sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Termina afirmando la fe-confianza en que se realizará: “El que os llama es fiel, y él lo realizará”.

Oración: En todo estad agradecidos: esta es la voluntad de Dios” (1Tes 5, 16-24)

Jesús, lleno del Espíritu de Dios:

nuestra cultura, nuestra familia, nuestra historia...,

nos ha ofrecido sentido, creencias, normas de conducta;

no siempre nos han ilusionado los “dioses” transmitidos:

fatalistas, tapa-agujeros, castigadores, todopoderosos;

que hacen pobres a unos y ricos a otros;

que se aplacan y se vuelven benevolentes con ritos y ofrendas;

que se enfurecen si no le hacemos caso...

Pero, siempre nos ha fascinado tu vida, Jesús de Nazaret:

tu espiritualidad radica en el Padre del cielo:

que nos ama sin medida a todos;

que nos ha hecho libres y creativos;

que sólo desea nuestro bien;

que quiere la realización plena de todos;

que invita a vivir en amor gratuito, universal, comprometido;

que al final nos abrazará en su cielo de libertad y amor pleno.

Tú sentías que el Espíritu del Padre estaba contigo:

te dolía el sufrimiento y la humillación;

tu pretensión era realizar el reino de Dios:

luchar contra la enfermedad y sus secuelas;

buscar alimento y bienestar para todos;

respetar la dignidad de toda persona;

vivir en comunión libre y fraternal...

Las instituciones, religiosa y civil, no aceptaron tu vida:

los dirigentes religiosos se creían representantes de Dios:

que decía lo que ellos decían;

que imponía leyes redactadas por ellos;

su templo era la casa administrada por ellos;

vivir en libertad y amor era blasfemia;

los dirigentes civiles querían su paz, su orden:

poderosos y ricos habían diseñado su mundo;

los disidentes son enemigos a eliminar.

En los márgenes sociales, inicias una vida nueva:

te sientes invadido por el Espíritu del Padre;

crees que te ama como Hijo de sus entrañas;

anuncias un reino de vida para todos;

llamas a otras personas para realizar lo mismo;

enseñas a orar y sienten tu misma alegría;

curas, comes con todos, invitas a la reconciliación;

denuncias el sistema religioso y te enfrentas a sus responsables;

realizas la profecía del amor del Padre hasta la muerte.

A esta espiritualidad nos invita hoy Pablo:

Estad siempre alegres”.

Sed constantes en orar”.

Dad gracias en toda ocasión:

esta es la voluntad de Dios en Cristo...”. 

No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías,

examinadlo todo; quedaos con lo bueno”.

Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente,

y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo,

se mantenga sin reproche hasta la venida

de nuestro Señor Jesucristo.

El que os llama es fiel, y él lo realizará

Gracias, Jesús, por habernos abierto tu camino de vida,

por haberte encontrado y poder vivir con tu mismo Espíritu.

Preces de los Fieles (D. 3º Adviento (17.12.2023)

Ser cristiano es vivir animado por el Espíritu de Jesús.  Los cristianos vivimos “agradecidos” al Amor que nos sostiene en honradez, en verdad, en libertad, en amor a los débiles... como Jesús. Pidamos vivir así diciendo: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor” (1Tes 5, 23).

Por la Iglesia:

- que no viva para sí misma, sino para dar vida a los que no la tienen;

- que ofrezca desinteresadamente el Evangelio de Jesús.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por las intenciones del Papa (diciembre 2023):

- que “las personas con discapacidad sean el centro de atención social”;

- que “las instituciones promuevan programas de inclusión y participación activa”.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por nuestra sociedad:

- que solucione su los conflictos en diálogo y razón;

- que sea solidaria, y defienda los derechos de los más débiles.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por los políticos:

- que sean vocacionados, se preparen adecuadamente, sean decentes;

- que tengan grandeza de alma, sean generosos, busquen el bien de todos.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por las víctimas de la violencia, de la injusticia, de la miseria...:

- que salgamos a su encuentro, les acompañemos y defendamos;

- que se respete su dignidad, y se les ayude desinteresadamente.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por nuestra parroquia (pueblo, ciudad, diócesis...):

- que “estemos siempre alegres” y “seamos constantes en orar”; 

- que “no apaguemos el espíritu, no despreciemos las profecías...”.

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

Por esta celebración:

- que nos ayude a “Dar gracias en toda ocasión”;

- que sintamos que “esta es la voluntad de Dios en Cristo...”. 

Roguemos al Señor: “que todo nuestro ser se mantenga en tu Amor”.

“Dios de la paz, santifícanos plenamente; que todo nuestro ser se conserve en tu amor mientras llegas. Creemos que tu amor fiel, tu Espíritu, que nos llamó, lo hará. Nos ponemos en tus manos, para que nos acompañes siempre, Tú, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

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