La “Jornada de la Vida Consagrada” pertenece a todos los cristianos

Todos estamos “consagrados” por el Espíritu de Jesús, recibido en el bautismo.
Cristo nos ha hecho “reino y sacerdotes para Dios, su Padre” (cf. Apoc 1,6; 5,9-10).
Todos, pues, hemos sido “presentados” y bendecidos por el Amor del Padre.
Pidamos vivir esta consagración cada día, diciendo: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Por la Iglesia, pueblo de Dios:
Que tengamos conciencia clara de que “los bautizados somos consagrados
por la regeneración y la unción del Espíritu Santo
como casa espiritual y sacerdocio santo” (LG 10).
Roguemos al Señor: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Por todos y cada uno de los cristianos:
Que “perseverando en la oración y alabando juntos a Dios,
nos ofrezcamos a nosotros mismos como hostia viva, santa y agradable a Dios;
demos testimonio de Cristo en todo lugar y razón de nuestra esperanza” (LG 10).
Roguemos al Señor: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Por nuestras comunidades:
Que consideremos el bautismo más importante que cualquier ordenación ministerial;
pues por el bautismo se nos ha confiado el sacerdocio de Jesucristo,
sacerdocio de servicio, de proclamación de su amor y de ofrenda agradable a Dios.
Roguemos al Señor: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Por los más débiles:
que sean el centro de nuestro sacerdocio cristiano:
dedicándoles tiempo, inteligencia, ayuda...
Roguemos al Señor: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Por esta celebración:
que nuestra “presentación” ante Dios sea tan limpia antes los hermanos;
que sintamos hoy el gozo que alegraba a Jesús, a María y José;
que agradezcamos al Espíritu su presencia y acción en nuestra vida.
Roguemos al Señor: Aviva en todos el fuego de tu Espíritu.

Renueva, Señor, tu Iglesia con la fuerza del Espíritu Santo,
que ilumine a todos y nos ayude a revisar
y promover los cambios evangélicos que necesitamos.
Te lo pedimos a Ti, Jesús, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González