“No os amoldéis a este mundo”, dominado por el egoísmo que acapara, domina, vive para los más fuertes, miente, empobrece, esclaviza, humilla, impide la realización de todos... Señor, danos coraje para vivir tu Amor (Domingo 22º TO 03.09.2023)
“Que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios”
| Rufo González
Comentario: “Os exhorto por la misericordia de Dios” (Rm 12,1-2)
Leemos los dos primeros versículos del capítulo 12, inicio de la parte exhortativa de la carta a los Romanos (12,1-15,13). En esta parte, Pablo incluye una serie de invitaciones o llamadas a la unidad y trabazón, dignas de los que viven en Cristo. Amor, dedicación en bien de los demás y del anuncio evangélico, y renuncia a veces a derechos propios por el bien comunitario, son las claves básicas para sustentar la vida comunitaria cristiana.
La palabra inicial “Os exhorto” (`parakalô hìmâs´) expresa el servicio principal del apóstol a la comunidad: ser “paráclito” en acción (eso significa “paracaleo”: llamar junto a; “advocatus”, asistir, animar, alentar, consolar, invitar, reunir, mandar llamar...).
Indica también el origen del servicio: por qué exhorta, llama, asiste, acompaña... Nace de las entrañas del Apóstol: “por las misericordias de Dios” (lit.: genitivo plural, con la preposición `diá´). En su corazón habitan las “misericordias de Dios” (miseri-cor-dare: dar el corazón al miserable). Es principio y fundamento de la vida cristiana. Más preciso en quien preside, cuida y representa a la comunidad. Es el Amor, manifestado en la vida de Jesús: benevolencia gratuita, universal en personas, lugar y tiempo. Servicios, aptitud, cualidades, circunstancias, etc., demandarán exigencias más concretas del Amor.
La respuesta a la obra de amor de Dios –la vida es su primer don- es “que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual”. “Presentar (de `parístemi´: mostrar, ofrecer, dar, dedicar...) vuestros cuerpos” (personas concretas, existencias históricas, activas, vitales) es vivir la vida real como don y ofrenda. Los bautizados son sumergidos, empapados, en el Espíritu de Jesús. “Por medio de Jesús (en su Espíritu), ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre. No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios” (Hebr 13,15-16). Así nuestra vida es “sacrificio vivo(real), santo(bueno como Dios), agradable a Dios”, unificada por “el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta” (Col 3,14). Así no puede separarse vida personal, social, laboral, religiosa, etc..
“Este es vuestro culto espiritual”. Literalmente: “vuestro culto lógico” (`logikè latreía´). Culto “lógico” quiere decir consecuente, verdadero, comprometido. El vocabulario del culto del templo (ofrecer, víctima santa y agradable, culto) se aplica aquí a la vida diaria, normal, como ámbito del lógico culto al Dios vivo, respuesta a su Amor.
El segundo versículo da otras reglas de vida cristiana:
- “no os amoldéis a este mundo”: renuncia a acaparar, dominar, deslumbrar, vivir par sí..., con sus secuelas de empobrecidos, esclavos, humillados...
- “transformaos por la renovación de la mente”: “convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). “Dejaos llevar por el Espíritu de Dios” (Rm 8,14): dar y compartir, aminorar todo sufrimiento, fraternidad... con sus secuelas de alimento y salud para todos, igualdad de derechos básicos, trabajo por la paz...
- “que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto”. Algunos ven aquí las tres maneras de humildad (llamadas también “maneras y grados de amor de Dios”) de Ignacio de Loyola.[EE 165-167] Lo “bueno” sería lo preciso para no romper la relación vital con el Bien (no pecar mortalmente). Lo “que le agrada” sería la actitud de indiferencia ante pobreza y riqueza, honor y deshonor, vida larga o corta... “Lo perfecto” sería la identificación por amor con Cristo pobre, lleno de oprobios, vano y loco (en vez de sabio y prudente en este mundo). Lo importante es que seamos capaces de autoexaminarnos mirando desde lo profundo del corazón y compararnos con el evangelio y la vida de Jesús. Así veremos mejor la voluntad de Dios.
Oración: “Os exhorto por la misericordia de Dios” (Rm 12,1-2)
Jesús pobre, no violento y de corazónhumilde :
escuchamos hoy a un misionero tuyo, Pablo de Tarso;
invita a una comunidad a seguir tu camino;
un hermano que “anima” desde “la misericordia de Dios”;
tiene en su corazón tu Espíritu, tus entrañas;
no “exhorta” para pagar una deuda o cumplir una orden;
nos “asiste” por el amor gratuito que le habita;
como tú, cuando “tenías que ir a Jerusalén y padecer...” (Mt 16,21);
Nos invita, Jesús de todos, a una vida como la tuya:
“a que presentemosnuestros cuerpos
como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios;
este es nuestro culto espiritual”, razonable, lógico.
“Nuestros cuerpos”, Cristo Jesús, son nuestras personas:
“Por medio de ti (en tu Espíritu), ofrecemos continuamente a Dios
sacrificios de alabanza: fruto de unos labios
que confiesan su nombre.
No nos olvidamos de hacer el bien y de ayudarnos mutuamente;
esos son los sacrificios que agradan a Dios” (Hebr 13,15-16).
Así intuimos tu vida a la luz de la oración (Sal 40,7-9):
“Por eso, al entrar él en el mundo dice:
`Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas,
pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad´”(Hebr 10,5-7).
Desde la misericordia del Padre, Pablo nos anima:
- “Y no os amoldéis a este mundo”:
dominado por el egoísmo que acapara, domina,
vive para los más fuertes, miente, empobrece,
esclaviza, humilla, impide la realización de todos...
- “transformaos por la renovación de la mente”:
“convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15);
“dejaos llevar por el Espíritu de Dios” (Rm 8,14),
que ama y comparte, aminora el sufrimiento,
vive en fraternidad, alimenta, cura,
iguala en derechos básicos, trabaja por la paz...
- “que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios,
qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto”.
Jesús, misionero del Amor divino:
que tu Espíritu nos capacite para ver lo profundo del corazón;
de verdad nos compare con tu evangelio y con tu vida;
nos dé a sentir tu amor y alegría consecuente;
nos mueva a identificarnos contigo,
a ser “paráclitos”, “asistentes” de todos.
Preces Fieles (D. 22º TO A 2ª Lect. 03.09.2023)
Pidamos “ofrecer continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre. Y no olvidemos de hacer el bien y de ayudarnos mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios” (Hebr 13,15-16). Oremos diciendo: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por la Iglesia:
- que su vida manifieste las entrañas misericordiosas de Dios;
- que “haga salir el sol y bajar la lluvia” del amor divino sobre todos (Mt 5, 45).
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por las intenciones del Papa (septiembre 2023):
- que “no existan personas marginadas, en condiciones de vida infrahumanas”;
- que “no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por las víctimas de desastres naturales:
- que seamos solidarios con su desgracia, acudiendo en su ayuda;
- que acepten las limitaciones y crean en el Amor del Creador.
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por el cese de la violencia:
- que crezca el respeto a la vida, el cuidado de los más débiles;
- que se corrijan sus causas: hambre, fanatismo, dictaduras...
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por la libertad religiosa:
- que “la libertad religiosa sea protegida con tutela eficaz jurídica” (DH 15);
- que a nadie se obligue ni impida su religión, respetuosa con los derechos humanos.
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Por esta celebración:
- que sintamos el amor de Dios, sentido de nuestra vida;
- que nos “incite a estar cerca”, sobre todo de los más débiles.
Roguemos al Señor: “Señor, danos coraje para vivir tu amor”.
Queremos, Señor, vivir el amor a todo ser humano. Aunque nos lleve a la cruz, como te llevó a ti. Queremos curar toda dolencia, promover la vida digna, dar sentido y alegría a todos. Que tu Espíritu nos ayude a vivir como tú , por los siglos de los siglos.
Amén.