El cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió hoy el Rito de Admisión de 19 candidatos al Diaconado Permanente celebrado en la Catedral de Valencia, en el transcurso de una Misa, en la que estuvo acompañado por el arzobispo emérito de Zaragoza, Manuel Ureña.

En su homilía el prelado agradeció y animó a los futuros diáconos permanentes a realizar la misión que se les encomiende, que es la misión de la Iglesia, en unos momentos tan especiales  “dificultades que atravesamos, vientos recios y contrarios, la pandemia, la pobreza, el alejamiento de Dios, conscientes de todo esto, vosotros recibíreis el orden del diaconado dispuestos a responder a la llamada, diciendo aquí estoy, mándame Señor”.

“Sois conscientes de vuestras limitaciones personales, de las dificultades, la cosa no es fácil, pero a pesar de todo estáis aquí… No tengáis miedo, demos gracias a Dios, porque El os elige y os llama. El está con vosotros, no podéis tener ningún miedo, pues éstos llenos de dificultades son sus necesitados. Estáis aquí presentes y dispuestos al envío a la misión que debéis realizar en el mundo”, señaló.

“Vais a preparar el camino para la llegada de Cristo,  servidores del evangelio, para llevarlo a los necesitados. Colaborar con Cristo en las salvación de los hombres. Con vosotros caminan vuestras esposas, hijos y familia. Es urgente evangelizar caminar. No os detengáis en situaciones divergentes de la misión”,  agregó.

Animó Cañizares  a los futuros diáconos a ser "austeros, pacíficos, no ingenuos, generosos, a actuar sin complejos de cobardía, sencillos, seguros, felices, alegres, haciendo el bien como Jesús, hablando como El anunciando y   testificando la buena nueva del Evangelio, atendiendo a los enfermos, proclamando la Palabra de Dios. Vuestra tarea es estar cerca de los hombres colaborando en la civilización del amor de una manera nueva, hecha por hombres nuevos, que son hermanos, hijos de Dios como buenos samaritanos”.

Finalmente les invitó a ser misioneros del Evangelio, de la paz y de la concordia. "Seguid preparándoos  en comunión con el Señor a ser evangelizadores. Los diáconos deben ser hombres de oración,  no prevenirse del mundo,  al contrario ser del mundo. No tengáis miedo al mundo, sed testigos del amor de Dios en el mundo”.

Finalizada la Liturgia de la Palabra se procedió al Rito de Admisión. Uno a uno fueron leyendo los nombres de los candidatos que acudían al prelado, sentado en su sede, quien les entregaba el documento acreditativo de su admisión a una ordenación que se prevé al término de los estudios que vienen realizando. Finalizada la Misa felicitó a los admitidos y sus familias subrayando que el diaconado no es una cuestión secundaria, sino un sacramento de una Iglesia evangelizadora para llevar la buena noticia de Jesús a los pobres.