Pregón de la Reserva, romería, comida de hermandad... Quesa celebra su refundación como pueblo Fiesta de la Reserva Eucarística
"Siempre que en un pueblo hay una fuerte devoción a la advocación de un Cristo, remite a que fue muy islámico. Era el esfuerzo pastoral de la Iglesia para sustituir la fe en Mahoma por la fe en Cristo"
El pueblo, con su cura al frente, revestido de capa pluvial, como corresponde a las grandes solemnidades litúrgicas, encabeza una romería a Bicorp, distante 7 kilómetros de Quesa, para traerse el Santísimo en custodia al pueblo
Quesa es un pueblo enclavado en una orografía dura, a los pies de la inmensa e inacabable Muela de Cortes. Lo conocí por primera vez un legendario verano de calor de hace cincuenta años. Los agricultores que arañaban la tierra salían muy temprano de casa, hacían sus labores, y se volvían a media mañana, para proseguir caída la tarde la jornada. No se podía aguantar el rigor del clima.
Montaña y clima han forjado el espíritu de los quesinos, resistentes, valientes, capaces de hacer frente a la mayor de las adversidades y dificultades de la vida. Son como nadie a la hora de trabajar y sacar partido a los riscos. Hasta minas de hierro han tenido. Han sufrido y aguantado de todo, desde que los moros fueron expulsados de sus casas a principios del XVII en contra de las voluntades del poder civil, que veían cómo iba a derrumbarse la economía, pues eran los únicos que trabajaban y lo hacían de verdad.
Hoy la huella morisca está presente por doquier en Quesa, la trama urbana, la red de acequias, la canalización de las fuentes, el sistema de bancales. Hasta su depósito de tradiciones religiosas. Siempre que en un pueblo hay una fuerte devoción a la advocación de un Cristo, remite a que fue muy islámico. Era el esfuerzo pastoral de la Iglesia para sustituir la fe en Mahoma por la fe en Cristo.
El declive
En la Muela de Cortes y en los alrededores de Quesa, los moros expulsados de sus casas y tierras en el Reino de Valencia se hicieron fuertes, resistieron lo suyo, lo indecible. Los cristianos tuvieron que emplearse a fondo contra los que no abandonaron la fe mahometana y se convirtieron, falsamente, al cristianismo.
Se hundió Quesa, pues no había quien trabajara la tierra forzados al exilio los moriscos. Fue repoblada. El siglo XVII tuvo un balance económico desastroso. Se trajo cristianos de otros sitios para repoblar el desolador vacío demográfico. Y cuando estos comenzaban a levantar cabeza, sobrevino una epidemia de peste negra aterradora. Los pocos habitantes que tenía el pueblo murieron. Se salvó un muchacho, Diego García, que no quiso abandonar el pueblo. Quesino de pro, se enfrentó a la soledad y la tragedia, con entereza, como son todos ellos. Él fue el germen humano de la recuperación.
Cuando todo fue mortandad, el Santísimo Sacramento fue llevado de la Iglesia de Quesa a la de Bicorp, de la que dependía eclesiásticamente. Allí estuvo cinco años, sin que la familia superviviente de Quesa, los García, pudieran tener acceso al consuelo eucarístico. Cinco años más tarde, el 14 de febrero de 1694, hace 330 años, ya con algunos habitantes en el pueblo, el Santísimo fue llevado de Bicorp a Quesa, reanudándose la actividad en el templo parroquial.
Fiesta de la Reserva
Este fin de semana, sábado y domingo, más el día 14, el pueblo hace memoria histórica de este hecho espiritual importante, convertido en seña de identidad del pueblo. La refundación religiosa, tras la refundación civil. El “continuum” de la vida de un pueblo que se resistió heroicamente a desaparecer. Es la Fiesta de la Reserva, como se llama en los pueblos a las celebraciones litúrgicas donde el protagonista es el Santísimo.
El pueblo, con su cura al frente, revestido de capa pluvial, como corresponde a las grandes solemnidades litúrgicas, encabeza una romería a Bicorp, distante 7 kilómetros de Quesa, para traerse el Santísimo en custodia al pueblo, donde es recibido con todos los honores y alegría, más el repicar del bello sonido de las campanas de Quesa, que aquí tienen un acento especial.
Tras lo religioso, recreaciones teatrales del suceso, feria popular, paellas y todo tipo de agasajo lúdico. Es la fiesta por antonomasia de un pueblo, entrañable recordatorio, identificación de una fuerte y arraigada personalidad. Preciosa tradición de los tesoros históricos y de la religiosidad popular de nuestras gentes.
La llamaron Queixen, que traducido quiere decir “azotado por los vientos del poniente”. En 1609, el Rey ordena la expulsión de los moriscos, y el conde escribe al Rey, pidiéndole tenga a bien conceder el indulto a los moros residentes en la Villa, ya que constituían un volumen importante de la población y eran los que trabajaban las tierras. El favor no solo no se concede, sino que los dominios del conde, junto con las tierras de la Muela de Cortes, se convierten en el último reducto de resistencia mora en España, sufriendo las posesiones del conde, un importante expolio a cargo de los sublevados que muestran una dura resistencia haciéndose fuertes en la partida de Las Pedrizas.
El 1 de agosto de 1898 cayó un meteorito octahedrita, de hierro, de 10,75 kilogramos.
Quesa también es reconocido por sus preciosos charcos naturales donde mucha gente de la provincia y de otros lugares de España van a bañarse.
Entre sus actos se realiza la representación teatral de la historia de Quesa (La Recreación), llevada a cabo por el Grupo de teatro local y un gran número de actores locales, que ponen en escena esta parte de nuestra historia. La obra está basada en datos históricos; la mayoría de los nombres son reales y han sido extraídos de los censos de la época, así como las fechas, referencias y las costumbres sociales.
Se realiza en la Plaza de la Iglesia, y su duración es de 1 hora, con dos sesiones: a las 19:00h y a las 20:00h. Basada en datos históricos, la obra se enriquece cada año con nuevas escenografías y efectos especiales.
Una história que ha marcado un antes y un después
Fue en el año 1604 cuando el Rey Felipe III crea el condado y lo otorga a D. Luis de Castellar y Vilanova, descendientes de la familia de Ramón de Castellá, venidos desde Lleida de la mano de Jaime I en su conquista. Se unen de esta manera a su mandato, los dominios de Bicorp, Benedriz y Quesa, que quiso bautizar como Villa Castellar en honor a su apellido, pero tras el posterior declive y ruina del condado, los foráneos le volvieron a llamar Quesa, que es el nombre que en la actualidad conserva la población, recuperando el de sus orígenes moros que la llamaron Queixen, que traducido quiere decir “azotado por los vientos del poniente”.
Además de la representación teatral y durante todo el fin de semana, se realizan diferentes actividades:
PREGÓN de La Reserva por las distintas calles de nuestro municipio.Romería hasta la localidad de Bicorp. Almuerzo de hermandad entre los dos pueblos y retorno de la Sagrada Reserva a Nuestra Parroquia.Pasacalle de Autoridades acompañados de la Banda de Música de la Unión Musical de Quesa, para la apertura del mercado de época: bisutería, artesanía......Feria de Atracciones.Diferentes stands de festeros, comercios y comparsas con degustación de platos típicos, a beneficio de las fiestas patronales.Reparto de panes y paella para todos los vecinos y visitantes. Pasacalle de Autoridades para bendecir los panes en la iglesia.Talleres para los más pequeños.Danzas, espectáculos....
El fin de semana de “La Reserva”, Quesa puede llegar a duplicar la población de residentes gracias a la afluencia de visitantes, que en los últimos años se ha considerado superior a 2000 personas a lo largo del fin de semana festivo.
¡¡¡Os invitamos a conocer parte de nuestra historia!!!
Textos históricos y fotos cedidas por Abel Bas Baldó, Director de la Recreación de la historia de la Reserva. Por esta labor le ha sido otorgado el premio de Repoblador de Quesa 2016, galardón municipal, que reconoce el trabajo en la promoción de la cultura y la tradición del pueblo de Quesa. Grupo de teatro "sin Tablas"
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