Solemnidad de Todos los Santos y Conmemoración de todos los fieles difuntos "Para los cristianos, la muerte no tiene la última palabra"

"Para los cristianos, la muerte no tiene la última palabra"
"Para los cristianos, la muerte no tiene la última palabra"

"La semana próxima celebraremos la Solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de todos los fieles difuntos. Estos días la Iglesia nos recuerda que, para los cristianos, la muerte no tiene la última palabra"

"Los santos han experimentado esta esperanza, Son aquellos que se sienten pobres y frágiles ante Dios. Que no apartan la vista ante aquellos que sufren. Tienen un corazón limpio, transparente"

"Si tratamos de vivir como Jesús seremos luz que alumbre a nuestros hermanos y sal que de sabor a la vida de los más necesitados"

La semana próxima celebraremos la Solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de todos los fieles difuntos. Estos días la Iglesia nos recuerda que,para los cristianos, la muerte no tiene la última palabra. Cristo ha resucitado y nos ha prometido que nosotros también resucitaremos y estaremos con Él. Esta es nuestra gran esperanza.

Sermón de la montaña
Sermón de la montaña

Los santos han experimentado esta esperanza, porque han vivido plenamente el mensaje del Evangelio. Ellos han puesto en práctica las bienaventuranzas que Jesús predicó en el Sermón de la Montaña. Las bienaventuranzas son una guía para la santidad. Son, como dice el papa Francisco, «el carnet de identidad del cristiano» (Gaudete et exsultate 63). Si queremos llegar a ser santos pongamos por obra el mensaje que contienen.

Jesús nos dice que seremos felices si somos humildes y pobres de espíritu. Los santos son aquellos que se sienten pobres y frágiles ante Dios. Es por ello que son capaces de acoger el amor de Dios y darlo a los demás. Solo cuando reconozcamos nuestra fragilidad, Dios podrá entrar en nuestro interior y transformar nuestra vida.

Las bienaventuranzas nos proponen un estilo de vida basado en la misericordia. Los santos son aquellos que no apartan la vista ante aquellos que sufren. Tratan de aliviar su dolor o al menos de acompañarlos, especialmente, a los que la vida ha dejado al borde del camino. Ojalá pudiéramos llevar siempre a la práctica la exhortación que nos hace san Pablo: «Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran» (Rom 12,15).

Los santos son los que tienen un corazón limpio, transparente. No andan con doblez, con doble vida; no engañan, sino que se dejan mirar por Dios y se abrazan a Él.

Emaús
Emaús

Jesús nos anima a trabajar por la paz y la justicia, a responder a la violencia y al odio con amor y a tratar de construir un mundo más humano y más fraterno. Vivir de esta manera solo es posible si acogemos la paz de Cristo. Él es nuestra paz y nos pide que seamos portadores de reconciliación allí donde nos encontremos.

Las bienaventuranzas nos muestran cuál es la manera de vivir de Jesús. Describen cómo es su corazón y a qué valores daba más importancia. Él es pobre, humilde, pacífico y misericordioso. Si tratamos de vivir como Jesús seremos luz que alumbre a nuestros hermanos y sal que de sabor a la vida de los más necesitados. Seamos como los santos y tengamos los mismos sentimientos de Jesús (cf. Flp 2,5).

Queridos hermanos y hermanas, María es la primera bienaventurada. Ella acogió como nadie en su corazón el mensaje de Jesús y lo puso en práctica. Pidámosle a ella, reina de todos los santos, que nos ayude a seguir las huellas de Jesús y a recorrer el camino de las bienaventuranzas.

Camino
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