Disputas teológicas con la virginidad de Maria y un despropósito.

Dos colegas blogger, Bruno Moreno y Juan Masia, han entrado en una disputa teológica. Todo sobre la virginidad de María. A mi lo que no me cabe ninguna duda es que concibió siendo virgen, lo que pasase después del parto entre ella y San José eso yo no lo sé. La verdad es que no cambiaría nada la Fe de nadie si mañana se dijera que Jesús tuvo hermanos.

A mi la verdad es que me importa tres pepinos, lo que importa es Cristo, y el debate es tan parecido como aquel que pretende clasificar el sexo y el color de los ángeles. Tengo bien presente que a la virgen nadie le hizo un examen sobre su virginidad, no hay documento ninguno que pruebe que se mantuvo virgen después, y la Biblia no dice casi nada sobre la familia de Jesús. Se habla de unos hermanos que tienen más pinta de ser primos hermanos que hermanos de padre y madre. A San José se le da prácticamente por desaparecido, y tal vez la madre de nuestro señor pasó gran parte de su vida viuda.

Los padres de la Iglesia defendieron la virginidad de Maria, no creo que fuera porque ella proclamó que San José nunca la toco, cosa que ni me la imagino o muchos menos a Jesúcristo contando las intimidades de su madre. En cualquier caso, nunca he comprendido porque no les bastó a algunos que Maria concibiese virgen que tuvieron que debatir o escribir las intimidades de la madre y familia de nuestro señor durante siglos. A mi personalmente me parece que podría ser que si fuese virgen toda su vida, pero como ya dije en intimidades matrimoniales y familiares que los evangelistas prefirieron ni contar ni me meto.

Yo la seguiré conociendo como la Virgen Maria, porque virgen concibió, lo que pasase después tres pepinos debe importarnos, si virgen fue el resto de su vida o no lo fue no cambia nada. Ni es peor madre de Dios ni es mejor, ni se volvería pecadora, ni impura ni nada si todo fue cristianamente en su matrimonio.

Yo desde luego no me voy a meter en el correctísimo debate de Masiá y Bruno para aportar teológicamente algo. Lo mío no es la teología, cuyos debates no comprendo, yo tengo una Fe sencilla y es lo que he querido exponer inicialmente en este post.

Hay una cosa que quiero resaltar, y es el grandísimo rencor que es capaz de exhibir Luis Fernando Pérez Bustamante hasta el punto de plantear denunciar al padre Masía ante la Comisión para la Doctrina de la Fé de la Conferencia Episcopal Española, y si la cosa no le sale como quiere, pues a Roma. Lo hace todo con la expresa idea de que tomen medidas contra Juan Masiá Clavel sea como sea, y sea quien sea. Ya le falló Rouco con las San Carlos Borromeo y ahora está decidido a poner a una comisión de obispos y a una congregación vaticana tras él.

Sé que es lo que pretende Luis Fernando, que se busque suspenderlo como sacerdote, que se le aplique un duro castigo, silenciarlo. No nos engañemos pensando que busca un bien para la Iglesia.

La vida de Masiá está en la Iglesia, no sé si llevará el hombre unos 47 años, echarle de su ministerio o de la Iglesia es un despropósito, y mayor despropósito es hacerle callar como sea.

Si tanta razón cree tener Luis Fernando que haga como Bruno Moreno Ramos, refútele y vivamos todos en paz, pero llevar en extremo esa intransigencia hasta el punto de buscar liquidar eclesialmente al prójimo es únicamente propio de malas personas, de dictadores y de gente con muy mala leche. No me callaré viendo su empeño por destruir a una persona.
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