Parece que el obispo de Alcalá, Reig Pla, quiere volver a los titulares. Esta vez contándonos a todos que se puede cambiar la homosexualidad. Y como según él se puede cambiar, le animo al obispo a que de el paso y cambie el primero, porque ciertos gestitos y amaneramientos del señor obispo, por no hablar de su obsesión enfermiza por estos temas, no dice nada bueno de él. Algo aplumado anda, y no le veo que digamos mucha virilidad a este obispo.

Y si le molesta lo que digo, que se hubiese pensado mejor el insultar de esta forma a tantas personas que solo desean vivir en paz. A muchos homosexuales les ha costado aceptarse tal y como son, y esto les ofende. Y otros que se han dejado llevar por siquiatras aquilinianos bastante ofendidos se sentirán con el obispo, pues fueron engañados no solo ellos con las terapias duras, sino hasta las que fueron sus mujeres.