Las hoy exclarisas de Lerma.
Es rotundamente falso que todo el mérito sea debido a Sor Verónica Berzosa, alguno tiene, pero no tanto como se dice. No se explica que las jóvenes acudan a ese monasterio en una población de pocos habitantes cuando rehuyen casi por entero a la prensa y cuando encima son monjas de clausura. La explicación no siempre reside en Dios o en una persona como nos quieren hacer creer, siempre hay un caldo cultivo o unas personas más que son las que consiguen ayudar decisivamente al éxito. Si nadie sabe que el convento existe, ¿como es que está lleno de novicias y monjas jóvenes de toda España? Pues muy sencillo, existe una promoción del convento desde parroquias de España, hasta el punto que se hacen excursiones a Lerma para ver a las exclarisas y comprar sus tartaletas.
Esta promoción sin duda se debe a los contactos de Sor Verónica y al trato preferencial que otorgan las religiosas a los sacerdotes que traen a sus jóvenes parroquianos al convento. Tratos que se ven recompensados con dulces y tartaletas que están muy exquisitas. Mientras me cobraban por una caja de tartaletas 6 u 8 €, los curas salían con una bolsa llena. De hecho la forma de hacer la transacción comercial es muy curiosa, se hace en un torno y nunca ves la cara de la vendedora y la vendedora no ve la cara del comprador. Los curas directamente pasan dentro del convento, saludan a las monjas y se llevan lo que les regalan.
He ido dos veces a Lerma como ya he dicho a ver a las Clarisas, las dos veces he visto el mismo panorama y el mismo proceso. La idea de estos viajes es la captación. Si un par de chicas en una parroquia con un cura amigo de las exclarisas se plantean una posible vocación religiosa, siempre se las lleva a Lerma y se las invita a pasar unos días en la comunidad. De hecho uno de los curas que me llevaba a Lerma se jactaba de haber metido a su hermana y dos o tres amigas de la hermana. A la hermana la conocí antes de meterse en Lerma, porque venía a cantar en el coro del grupo de jóvenes. Ya entonces sabíamos que andaba buscando una congregación o convento que la convenciera.
Lo que han hecho las exclarisas de Lerma es una putada a la orden de Santa Clara. Se han valido no solo de la orden y sus instalaciones para sus fines, sino que cuando les tocaba tener que aportar algo al resto de la congregación se negaban en rotundo a cualquier forma de traslado. En una orden o congregación religiosa todo lo que se hace es por la comunidad, por Dios y por la humanidad. Las de Lerma pasaron olímpicamente de la congregación, decidieron aislarse del resto de clarisas y eso es en mi opinión muy egoísta por su parte. Además, andaban ya por aquel entonces del 2003 o 2004 juntando dinero para un posible nuevo convento que yo no se si es ese que dicen de La Aguilera. Si lo hacen sin duda es por prejuicios al resto de la congregación, por temor a acabar sus días acompañando a monjas envejecidas necesitadas de cuidados especiales lejos de las amigas de su edad de la congregación.
Más raro me ha sonado que pretendan ahora no ser de clausura, en aquel entonces defendían con uñas y dientes su encierro y aislamiento, daban argumentos a su favor y parecian de lo más encantadas. Con el nivel de estudio que tienen algunas hermanas, no sería de extrañar que fundasen hasta un colegio. Pero la pregunta de siempre, ¿para que se hacen todas ellas monjas de clausura? ¿para años después liquidar de esa forma el carisma de su congregación? ¿por qué entonces cuando yo fui promocionaban con fervor y tanta convicción el maravilloso estado de enrejadas? Lo lógico sería en mi opinión seguir como están. Ahora bien, todo parece indicar que a la abadesa le dejó de gustar la clausura y se vio respaldada por el resto de hermanas. Para eso mejor se hubieran ido a otra congregación.
PD: Lo que me hace gracia del tema, es cuando recuerdo a ese sacerdote que nos llevaba a Lerma y nos contaba las maravillas de la clausura y la importancia que esta tiene para que haya alguien que perpetuamente rece por nosotros. Me parece que sus argumentos se los ha llevado el viento, y más cuando algunos de la parroquia opinabamos en aquel momento que más les valía a las monjas salir a predicar que quedarse allí. Recuerdo las largas y acaloradas discusiones, me encantaría ver que opina ahora, porque algunos son capaces de defender lo que sea.