Una reforma constitucional que nace muerta.

Y no lo digo porque el pueblo no pueda votarla, que también, lo digo porque si los políticos se saltan la constitución y los tribunales como está ocurriendo en Cataluña con el asunto de la inmersión lingüística, ¿no se la van a saltar con el asunto de legislar el endeudamiento de las administraciones públicas?

Si para reunirse una docena de jueces y debatir un estatuto de autonomía pasaron tres años, si para una ley de matrimonio homosexual han pasado seis, y para debatir la ley del aborto han pasado ya dos años. ¿Qué nos cabe esperar? Pues que me endeudo hoy y dentro de 5 años el tribunal ya fallará lo que tenga que fallar.

Nos están tomando el pelo, si se quiere imponer por ley un techo de endeudamiento, la primera reforma que necesitaría antes este país es una reforma judicial.
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