Enhorabuena al Dr. Montes y Educacion para Polifonia (EPP) a los obispos

Aunque llega tarde el sobreseimiento del mal llamado “caso Leganés” (llamado “caso Lamela”, por la actuación improcedente de la Consejería de Sanidad), damos la enhorabuena al Dr. Montes y equipo, acompañándoles en el sentimiento por lo irreparable del daño recibido. Dicen los manuales clásicos de moral que la difamación, el falso testimonio y la calumnia son como paja derramada al viento: una vez esparcida, ya no es posible recogerla,la reparación de la fama vulnerada es muy difícil.

Si la sentencia se hubiese dado antes de las elecciones, habría servido para abrir los ojos a votantes, pero tanto la sentencia como la dimisión de Lamela han llegado demasiado tarde.

Este caso invita a recordar la necesidad de evitar malentendidos en bioética por razones de ideología política o religiosa. Es chocante que algunas instancias eclesiásticas y políticas, que aunaron sus fuerzas en este caso para protestar, confundiendo la sedación con la eutanasia, también cayeran en el equívoco de confundir, en el caso de Inmaculada Echevarría, la limitación del esfuero terapéutico con la eutanasia.

En vista de eso, parece que vamos a necesitar una nueva asignatura. No basta con que el alumnado curse Educación para la ciudadanía (asignatura que obviamente debemos apoyar todos, sobre todo, los católicos que defienden los derechos humanos), sino que hará falta otra asignatura para obispos y políticos, que se podría titular “Educación para la Polifonía”: a ver si aprenden de una santísima vez a escuchar la polifonía de voces de la pluralidad democrática, de la laicidad, de la ciencia y de la conciencia...
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