VIVIR EN LA FRONTERA


De próxima aparición en la editorial "Nueva Utopía"
Anticiparán éste y los próximos posts algunos pasajes del libro. Hoy, un párrafo del capítulo sobre convivencia de religiones:

PLURALISMO RELIGIOSO INTERACTIVO

Con motivo de la publicación, en colaboración con el Dr. Kotaró Suzuki de unas conversaciones cristiano-budistas he recibido preguntas de quienes ven con recelo el pluralismo religioso, por miedo a lo que llaman “excesos de comparativismo” y “condescendencia al relativismo”.
Cuando nos embarcamos en encuentros interreligiosos es fácil el atractivo de las comparaciones superficiales que acercan posturas al precio de difuminar diferencias. Hay que ir más allá de los comparativismos superficiales...

Las posturas exclusivistas (“sin salvación fuera de la propia religión”) e inclusivistas (que ven la otra religión como si fuera la propia en anonimato) están superadas. Ni basta apostar por un pluralismo superficial que dijese: ”todas las religiones son iguales y eliges la que mejor te va”.

Cuando en las conversaciones con el Dr. Suzuki en Tokyo compartíamos mutuamente creencias y expresiones, nos preocupaba ir más allá de la multiculturalidad o yuxtaposición de culturas. Aspirábamos a la interculturalidad o transformación mutua de las culturas dialogantes.

Entendemos ambos el pluralismo como interrelación, insistiendo en el prefijo “inter” y no “multi”; es decir, que los encuentros conduzcan a una transformación mutua de las identidades participantes. Esta manera de entender y practicar los encuentros interreligiosos en un marco de pluralismo interactivo presupone una filosofía de la cultura que ponga las identidades en la meta, no en el punto de partida; meta de un camino de intercambios, en el que pasamos del “multi” al “inter”, sin que ninguna de las partes tenga el monopolio del punto de llegada.

La meta es un misterio, pero sus nombres son variados. El punto de llegada es una convergencia de caminos, pero se llega por muchas peregrinaciones. La realidad última es una, pero las apariencias son varias. De una luz única brotan reflejos múltiples. De una vida única hay diversas epifanías.

Cuando desde la fe cristiana nos dejamos impactar por la “escucha budista de la voz del Dharma” o Verdad última, redescubrimos lo que significa para la conciencia cristiana “respirar en el Espíritu”. La fe budista experimenta una transformación semejante. Ambas, al pasar por la interacción, nos redescubrimos a la vez que nos autocriticamos y podemos decir: soy, en un sentido, más creyente que antes y, en otro sentido, menos creyente que antes con relación a mi propia religión.

Conozco mejor mi propia lengua, a la vez que la relativizo, cuando estudio una lengua extranjera. Algo semejante ocurre en el intercambio del pluralismo religioso interactivo. Esta es una asignatura pendiente para las iglesias y teologías en las próximas décadas. Otra cosa es que las iglesias y teologías, sobre todo en ciertas latitudes y cúpulas dirigentes, no parezcan preparadas para conseguir el aprobado...
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