Destacado sacerdote SS.CC: Falleció Javier Cerda, amigo de Jesús, impulsor de Vaticano II y fundador de "Los Perales"
Sergio Silva, ss.cc. destacó de su hermano religioso y compañero de generación la amistad cultivada con todo el mundo y su talento de gran consejero para decisiones importantes de la vida.
El provincial Sandro Mancilla, escribió una semblanza y dijo: "Javier fue un hermano que, sin duda, marcó no solo la vida de nuestra Congregación sino también la vida religiosa en Chile".
Formó el Conjunto Los Perales que aportó a la renovación de la liturgia chilena post conciliar mediante introducción de la música folclórica.
Formó el Conjunto Los Perales que aportó a la renovación de la liturgia chilena post conciliar mediante introducción de la música folclórica.
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile.
Francisco Javier Cerda Fernández, religioso de los Sagrados Corazones de Chile, dejó una huella significativa en su familia religiosa y, en general, en la vida consagrada y en el clero chileno al que sirvió profesionalmente como sicólogo. Falleció el 3 de enero de 2024, a la edad de 82 años. Su pascua ha sido un momento de muchos recuerdos con gratitud por su servicio y dedicación a la Iglesia chilena.
Javier fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1968, en el templo del colegio de los Padres Franceses de Santiago de Chile, por el entonces cardenal arzobispo, Raúl Silva Henríquez. Formó parte de la llamada "Generación de los '60" en su congregación, junto a Javier Macaya, Enrique Moreno y Sergio Silva. Este último es el único que sobrevive a dicho grupo y en la homilía de la misa de despedida, este 4 de enero, en la parroquia San Pedro y San Pablo, Silva descató de Javier Cerda el valor de la amistad cultivada con todo el mundo y su talento de gran consejero para decisiones importantes de la vida.
La eucaristía de despedida fue presidida por el superior general de los Sagrados Corazones, Alberto Toutin y celebrada por hermanos y hermanas de congregación, numerosa familia y vecinos de la parroquia San Pedro y San Pablo.
"Javier fue un hermano que, sin duda, marcó no solo la vida de nuestra Congregación sino también la vida religiosa en Chile. Fue un formador de varias generaciones, serio, atento y profundo, capaz de poner sus cualidades al servicio de la Iglesia en el acompañamiento personal y comunitario. Supo combinar la seriedad de su bagaje intelectual con la sencillez de su alma huasa y el amor por la música y la guitarra", escribió el superior provincial de los Sagrados Corazones, Sandro Mancilla Troncoso, en la semblanza de su hermano recientemente fallecido.
Como sicólogo aportó significativamente a todo el clero chileno, y en particular a muchas congregaciones religiosas. Las Hermanas del Sagrado Corazón, hasta hoy agradecen y reconocen su aporte y compañía para asumir el Concilio Vaticano II en su institución.
Su hermano de sangre, Carlos Cerda, un destacado ministro de los Tribunales de Justicia en Chile por su defensa de los derechos humanos, al cumplir Javier sus 50 años de sacerdocio, en 2018, señaló que “Javier ha sido una persona que ha dedicado su vida con felicidad a servir en los mandatos y los caminos que el Señor le ha puesto. Yo he estado muy cerca de él. Como familia hemos visto en él un testimonio de lo que el Señor quiere”. En la misa fúnebre, Carlos volvió a dar testimonio de la amistad generada por su hermano.
En la misma ocasión, Javier se manifestó muy alegre y con la humildad que lo caracterizaba respondió: “Yo soy muy inseguro de mí mismo, siempre pienso que no sé hacer las cosas lo suficientemente bien, o adecuadamente. Pero el cariño de la gente estos días, a uno le borra esos pequeños defectos que tenemos y le da más energía para hacer lo que tenemos que hacer en cada momento. Estoy muy contento porque en estos años he ido viendo cómo pasan las cosas”.
Los Perales
Una de sus facetas cultivadas de Javier Cerda fue la música y especialmente con sentido pastoral. Formó el Conjunto Los Perales que aportó a la renovación de la liturgia chilena post conciliar mediante introducción de la música folclórica. Una de las canciones más reconcidas en el mundo de habla hispana, es el tema "Peregrino de Emaús". Y como Javier Cerda tenía un particular gusto por el folclor campesino chileno coincidió con estos nuevos aires de frescura que impuso en las misas el Concilio Vaticano II, por lo que su música fue acogida con calidez y creciente interés en parroquias y espacios de retiros espirituales.
Este Conjunto Los Perales fue fundado por cuatro seminaristas de la congregación de los Sagrados Corazones: Fernando Etchegaray, Andrés Opazo, Gonzalo Valdivieso y Javier Cerda. El nombre del grupo musical aludía al que entonces era el lugar del seminario y noviciado, que se ubicaba entre las ciudades de Santiago y Valparaíso.
Entre 1959 y 1962, Los Perales grabaron tres discos de larga duración para el sello Philips, en su mayoría con letras escritas por el padre Esteban Gumucio, quien fue su maestro de novicios y que hoy está en proceso de canonización en Roma.
El grupo se disolvió más tarde, y tres de sus cuatro integrantes (todos, excepto Javier) decidieron renunciar al sacerdocio. Aunque su contacto posterior fue esporádico, en 1997 decidieron reingresar juntos a un estudio de grabación para grabar un nuevo disco de canciones antiguas. Luego de la edición de "Los Perales, 35 años después", el conjunto se mantuvo en actividad con nuevos integrantes mujeres y jóvenes que lanzaron nuevos temas, hasta hace un año que dieron por finalizada su era.