Conferencia Episcopal entregó documento pastoral sobre migraiones Una Mirada Cristiana a la Migración: Acogida y Desafíos en Chile
Episcopado chileno entregó para la reflexión un extenso documento pastoral sobre el fenómeno migratorio en el país y que suele abordarse de mal forma en medios de comunicación y otros espacios.
Se recuierda que "El Evangelio lleva en sus entrañas una apuesta por la fraternidad, así como por el respeto y la promoción de la dignidad humana".
"La migración incide profundamente en la vida de las personas y de la sociedad, es fundamental reconocerla como una realidad acuciante", indican los obispos.
"La migración incide profundamente en la vida de las personas y de la sociedad, es fundamental reconocerla como una realidad acuciante", indican los obispos.
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile dio a conocer un documento que, según expresó su secretario general, Mons. Sergio Pérez de Arce, "quiere contribuir a una mirada cristiana del fenómeno migratorio en la sociedad chilena actual".
En el acto de entrega pública del documento, se explicó que el tema es una preocupación permanente de la Iglesia para aportar a la realidad social desde la fe, sino también porque los obispos han percibido la evidencia de que entre los chilenos ha crecido, en el último tiempo, una opinión desfavorable hacia los migrantes.
El acto tuvo lugar en un simbólico lugar, la Parroquia Latinoamericana de Santiago, donde son atendidas personas de distintas nacionalidades del continente y sede de Incami (Instituto Católico de Migraciones). Comentaron el documento Juan Pablo Ramaciotti, abogado, director ejecutivo del Centro de Políticas Migratorias; Felipe Harboe, abogado y exparlamentario; y el ingeniero Francisco Jiménez, integrante de la Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC.
El documento de 56 páginas se titula "Fui forastero y me recibieron. Una Mirada Cristiana a la Migración" y se publica en este un contexto global marcado por la movilidad humana, y en Chile, en medio de una realidad nacional en que la opinión pública asocia con superficialidad migrantes y delincuentes, sin perjuicio de los hechos delictuales reales cometidos por extranjeros y chilenos que en algunos casos son de gravedad extrema.
Se señaló también que con este texto se busca ofrecer una perspectiva basada en el Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia. Este texto es una invitación a reflexionar sobre la migración desde una óptica cristiana, promoviendo actitudes de acogida y solidaridad.
El documento comienza con una cita bíblica que resume su espíritu: “Fui forastero y me recibieron” (Mt 25, 35). Esta frase encapsula la misión de la Iglesia de acoger a los migrantes con los brazos abiertos, reconociendo en ellos a hermanos y hermanas en busca de un futuro mejor. La Conferencia Episcopal subraya que, aunque no se puede hablar de una xenofobia mayoritaria en Chile, existe una tendencia adversa hacia la migración, influenciada por preocupaciones sobre seguridad.
En este sentido, el documento destaca que “la migración, una realidad apremiante”, es un fenómeno de gran envergadura e impacto en la sociedad chilena actual. Las cifras indican que en Chile residen aproximadamente 1.625.074 personas extranjeras, concentradas mayoritariamente en la Región Metropolitana, cifra que probablemente cambiará porque hay un censo de población en curso. Los migrantes, en su mayoría jóvenes, buscan mejores condiciones de vida y oportunidades laborales que les permitan sustentar a sus familias.
La migración también plantea desafíos significativos. Por un lado, la presencia de bandas delictuales y el aumento de la criminalidad han generado una percepción negativa entre la población chilena. Sin embargo, la Conferencia Episcopal insiste en que no se puede asociar la migración con la delincuencia, afirmando que "nadie comete un delito debido a su origen" y llamando a una comprensión más integral y justa del fenómeno migratorio.
El documento también aborda la problemática del empleo entre los migrantes. A menudo, se enfrentan a dificultades legales para regularizar su situación laboral, lo que los expone a condiciones de trabajo precarias y explotación. La Iglesia aboga por una mejor coordinación entre el Estado y el sector privado para desarrollar políticas migratorias que garanticen los derechos de los trabajadores migrantes y faciliten su integración en la sociedad chilena.
Otro aspecto crucial es la situación jurídica de los migrantes. Aunque se ha avanzado con la implementación de una nueva legislación, el proceso de regularización sigue siendo complicado y muchos migrantes se encuentran en una situación de vulnerabilidad. La Iglesia llama a seguir ajustando la normativa para ofrecer soluciones claras y justas a quienes han ingresado al país de manera irregular.
La Conferencia Episcopal también destaca la importancia de la interculturalidad y el enriquecimiento mutuo que trae consigo la migración. Las comunidades cristianas en Chile han sido testigos de nuevas expresiones de fe y han integrado a nuevos fieles que aportan su cultura y tradiciones. Este intercambio cultural es visto como una oportunidad para crecer en fraternidad y solidaridad.
En su mensaje final, el documento se dirige tanto a los chilenos como a las autoridades y a los inmigrantes, pidiendo un esfuerzo conjunto para afrontar los desafíos de la migración. La Iglesia reafirma su compromiso de acompañar a los migrantes y de trabajar por una sociedad más justa y acogedora, en consonancia con los valores del Evangelio.
El Comité Permanente concluye su reflexión con un llamado a la acción, instando a todos los cristianos a participar activamente en la promoción de la dignidad humana y la fraternidad. En un mundo cada vez más globalizado, la migración es un fenómeno inevitable, pero también una oportunidad para construir una sociedad más inclusiva y solidaria.
Y aunque en la mesa de las presentaciones no hubo una mujer que entregara su visión del tema y tampoco presencia de organismos especializados y de comunidades de migrantes en Chile, el obispo de Arica y presidente de Incami, Moisés Atisha, al ser consultado por RD acerca del impacto del documento, subrayó el foco en los gestores de políticas públicas pero a la vez explicó que contiene una pauta de reflexión para las personas y grupos.
Con este documento el episcopado chileno retomó su voz en asuntos sociales lo que fue bien comentado en la audiencia presente; además, se sincroniza con otros documentos que abordan el fenómeno migratorio como la Asamblea Eclesial Latinomaricana organizada por el Celam en 2022 y con documentos episcopales de Estados Unidos y Canadá.