Participantes del Sínodo dedicado a la Amazonía pidieron hoy la discusión "sin miedo" de la posible ordenación de hombres casados, aunque dejando en claro que esto no significa "diluir" el valor del celibato para la Iglesia.

Con 179 padres sinodales en el Aula, durante la novena congregación general se pidió "emprender el discernimiento y la reflexión sin miedo sobre el tema del sacerdocio, escuchando también la hipótesis de ordenar a las personas casadas, sin nunca diluir el valor del celibato".

"De hecho, hace falta tener siempre presente el drama de las poblaciones que no pueden celebrar la eucaristía por la falta de presbíteros o que reciben el Cuerpo de Cristo solo una o dos veces al año", agregaron los participantes, según el resumen diario que entregó la oficina de prensa del Vaticano. 

En ese ámbito, sin precisar ni quiénes ni cuántos, el Vaticano agregó que se hizo una sugerencia "de reflexión sobre un eventual aggiornamieto de la Carta Apostólica "Ministeria Quaedam" de Pablo VI. 

La Eucaristía, una realidad más próxima

En ese marco, durante el tradicional encuentro con la prensa al mediodía, el obispo de Vescovo di Castanhal (Brasil) Carlo Verzeletti planteó "la importancia de poder ordenar hombres casados para el ministerio sacerdotal, para que la eucaristía pueda volverse una realidad más próxima a nuestras personas, a nuestras realidades, para que puedan acompañar la vida de nuestras comunidades y pueblos". 

"Pero al hablar de padres casados no estoy pensando en padres de segunda categoría, sino personas preparadas que tengan una vida ejemplar", advirtió de todos modos Verzeletti.

Antes, Verzeletti había trazado un panorama complejo por la falta de sacerdotes en muchas comunidades y los problemas que provoca: "No podemos ofrecer un cuidado pastoral constante. El sacerdote se convierte así en un distribuidor de sacramentos algunas veces al año. A esto se agrega el secularismo y la indiferencia religiosa".

Denuncias en el plano ecológico

Además, en el plano de las propuestas ambientales, el resumen cotidiano agregó que está "avanzada la idea de crear comunidades cristianas eco-interculturales abiertas al diálogo interinstitucional y interreligioso que enseñen nuevos estilos de vida orientados al cuidado de la Casa Común".

"Las empresas explotación de petróleo y madera dañan el medio ambiente y socavan la existencia de los pueblos. De hecho, los nativos no obtienen ningún beneficio de la extracción de recursos, silvicultura y minería de sus tierras", denunciaron los participantes del Sínodo.

"Por lo tanto, es necesario desenmascarar con fuerza la corrupción desenfrenada que alimenta disparidad e injusticia e interrogarnos sobre lo que dejaremos a las generaciones futuras. Incluso la gran amenaza constituida por el narcotráfico debe ser enfrentada, junto con toda connivencia que la alimente"

En ese marco, hubo también espacio para la discusión sobre la soberanía alimentaria, y los participantes plantearon que "todas las personas tienen derecho a elegir qué cultivar, qué comer y cómo garantizar el acceso a los alimentos respetando los ecosistemas".

En ese contexto, fueron especialmente críticos con el mundo farmacéutico, "donde las plantas y los ingredientes activos han enriquecido a las multinacionales farmacéuticas, sin devolver nada a la gente".

Durante el encuentro con la prensa, Verzeletti agregó en esa dirección que  "la Iglesia ofrece pautas para garantizar los derechos de los pueblos amazónicos. No debemos destruir más. El negocio agrícola no da bienestar a los nativos sino solo a los que ya son ricos".