Dentro de los sectores más golpeados por la pandemia de coronavirus, sin lugar a dudas, estuvo el turismo mundial. Pero es la misma actividad la que puede convertirse en una de las palancas de la recuperación, como ya se está viendo en muchos países. En ese marco, el Vaticano no quiso quedar ajeno a los mensajes para la Jornada Mundial del área que se celebra este año y que invita a "repensar" la actividad.

"El turismo ha sido una de las actividades humanas más gravemente afectadas por esta crisis, sin embargo, paradójicamente, puede convertirse ahora en uno de los motores de la reconstrucción de un mundo más justo, sostenible e integral. La Iglesia, por tanto, tiene la mirada puesta también en el renacimiento y la renovación del turismo, una mirada llena de esperanza", planteó Czerny en el mensaje dado a conocer hoy por la oficina de Prensa vaticana.

Para el purpurado, responsable del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la actividad debe sin embargo pensar en un renacimiento "según principios de equidad y de transformación social". 

"Esto ocurre, por ejemplo, cuando se respetan los derechos laborales de quienes trabajan en el sector, a todos los niveles y en todos los países, y cuando el turismo mismo, como actividad de ocio y de recreo, se desarrolla respetando plenamente los derechos fundamentales y la dignidad de las personas. Justicia, significa también repartir los beneficios de forma equitativa, superando una lógica depredadora, sobre todo en lo que respecta a las poblaciones y zonas geográficas especialmente afectadas por las múltiples crisis que afligen al mundo contemporáneo", sostuvo.

El impacto del turismo sobre el medio ambiente

Pero el relanzamiento turístico pospandemia debe tener una mirada aún más amplia, según el Vaticano. "Volver a empezar significa también no olvidar que el impacto que el turismo tiene sobre el medio ambiente es muy importante", planteó Czerny en esa dirección y aseguró que "el paradigma imperante de la maximización de los consumos puede llegar a desfigurarlo de manera rápida y feroz".

"Hoy día, las políticas locales pueden replantearse profundamente, en términos de hospitalidad y calidad de vida para los habitantes históricos, los recién llegados y los vecinos más inmediatos"; insistió luego el purpurado, en línea con las iniciativas de distintos países para desarrollar las pequeñas localidades, sus gastronomías y circuitos.

En ese marco, "la sostenibilidad del turismo, de hecho, se mide no sólo en términos de contaminación, sino también en el impacto sobre la biodiversidad de los ecosistemas naturales y sociales: se necesita una sensibilidad que amplíe la protección de los ecosistemas de una forma concreta, para garantizar un paso armonioso de los turistas por entornos que no les pertenecen, como tampoco pertenecen a una única generación", según el mensaje de hoy. 

"Por otra parte, el cambio climático, en una perspectiva a medio plazo, puede afectar negativamente al atractivo de numerosos destinos tradicionales, con el riesgo de penalizar aún más, también desde este punto de vista, a regiones ya de por sí económicamente frágiles", profundizó el mensaje, que consideró "repensar" entonces la coexistencia del nuevo turismo con "la protección de la biodiversidad y el estupor ante las maravillas de la creación". 

Ecología integral

Para Czerny, en definitiva, "el turismo también está llamado a abrazar la perspectiva de la ecología integral". Un turismo al estilo Laudato si' que, para el cardenal "puede apoyar la capacidad de “regeneración” de una comunidad, favoreciendo el diálogo entre los lenguajes culturales locales y los estilos de vida de los visitantes". 

"La acogida turística se convierte entonces en una forma de transformar los espacios cívicos, el ambiente social y urbano, en la valorización de las identidades en el justo equilibrio entre la conservación de las raíces y la oferta de servicios", convocó finalmente.

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