Hacerse mayor con dignidad y calidad de vida

Hacerse mayor forma parte de la vida. Y conforme avanza la edad se produce una evolución de la que nadie puede escapar. Vivir en condiciones dignas es todo un reto familiar, social y político.

Tradicionalmente ha sido la familia quien ha asumido la atención de las personas mayores, conforme su salud se ha ido deteriorando. Pero distintos cambios sociales, y especialmente la incorporación de la mujer al trabajo, han dado lugar a que la atención a los mayores se haya deteriorado.

Una encuesta realizada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales revela que el 91% de los mayores españoles viven solos durante todo el año. Entre los que dicen tener dificultades para realizar alguna de las actividades básicas, un 38% afirma contar con el apoyo de las hijas, un 22% con el del cónyuge, un 10% con el de los hijos y un 9% con el de una empleada del hogar.

Más de la mitad de los mayores encuestados considera que los hijos cuidan peor a sus padres que generaciones anteriores.

La solución no es fácil. Pero eso no quiere decir que adoptemos la postura del avestruz y nos desentendamos del problema.

Tuvimos padres que fueron personas dependientes. Tenemos padres que son o serán personas dependientes. Seremos personas dependientes.

¿Cómo cuidar de las personas mayores que se van haciendo dependientes?

¿Cómo hacerse mayor con dignidad y calidad de vida?

¿Cómo responder desde la política, la sociedad, la familia o la Iglesia a esos interrogantes?
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