Hay necesidad de filtrar lo que circula por las redes sociales
El asunto no es nuevo. Goebbels o Stalin lo manejaron con gran soltura. Pero hoy Internet hace que el impacto sea infinitamente mayor y más rápido.
Hablo de noticias falsas difundidas por máquinas dirigidas desde la Rusia de Putin o de sitios dedicados al spam que lo hacen sólo para obtener más ingresos publicitarios. Y es fácil que, ante muchas de esas desinformaciones, los ciudadanos caigan presa de relatos emocionales y populistas.
La difusión en las redes sociales de afirmaciones completamente falsas (como que el Papa apoyaba a Donald Trump para que fuera presidente), han sido capaces de influir en una parte importante del electorado.
Una sociedad madura y responsable debe prepararnos para saber filtrar las noticias que nos llegan. Hacer que los análisis rigurosos y basados en datos tengan más difusión. Impulsar proyectos tecnológicos que ayuden a buscar, identificar y filtrar las noticias falsas.
Hay que apoyar a aquellos periódicos dispuestos a velar por su reputación manteniendo su credibilidad en internet.
Los gigantes de internet como Google, Facebook o Twitter, han sido reacios a asumir su gran responsabilidad ante este asunto. Pero algo está empezando a cambiar. Recientemente Zuckerberg escribió en Facebook que “somos un nuevo tipo de plataforma para el discurso público, y eso significa que tenemos un nuevo tipo de responsabilidad, la de construir un espacio en el que la gente pueda informarse”.
Es de esperar que esa responsabilidad se concrete en la creación de medios para denunciar noticias falsas. Y evitar que las noticias falsas se aprovechen para obtener ingresos publicitarios. Es lo que desde una sociedad madura y responsable debemos reivindicar.