¿A qué vas a hacer a misa, a oír al cura que dice cosas, muchas veces, sin preparar y otras lee unas hojas sin mirar a la gente?, me dijo un amigo que se dice católico no practicante. Cada domingo me reúno con un montón de amigos que vamos a participar de un banquete. La misa es la conmemoración, el recuerdo y la memoria de la última cena que Jesús celebró con sus discípulos antes de ser entregado a la pasión; es una celebración festiva que celebra la presencia del Resucitado entre los suyos; es la exaltación de un viviente cuya presencia sentimos entre nosotros. Después, muchos de los que asistimos vamos juntos al bar, al grupo de misa se unen otros amigos que no han podido ir o que no van a misa, tomamos un café, comentamos lo que dijo el cura sobre el evangelio, las noticias de la parroquia y la actualidad. La misa no es motivo de separación sino un motivo de comunidad y comunicación