(Archimadrid).- El Congreso de Vocaciones «¿Para quién soy?», se ha inaugurado este viernes en el pabellón Madrid Arena donde se han dado cita más de 3.000 personas en sus distintas realidades: diócesis, vida consagrada y movimientos. Ya por la tarde comenzaba la acogida de participantes, que llegaban de las 70 diócesis españolas con la alegría de ser peregrinos, de compartir, de vivir desde el comienzo, personal y comunitariamente, los retos que plantea este Congreso: que sea un encuentro que ayude a reconocer que el Señor sigue llamando a la vida, a la fe y a la misión.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha acogido con su saludo a todos los participantes en Madrid, con unas palabras y un deseo: que nos escuchemos unos a otros. «Lo mejor que a alguien le puede ocurrir en la vida es poder conducir su libertad a su horizonte más amplio y eso solo se hace si es capaz de formular a las preguntas fundamentales. Nada es tan obvio que no merezca ser interrogado. Nuestro tiempo presenta una grieta peligrosa y es la falta de preguntas», ha advertido el arzobispo de Madrid.
.@CardenalCobo inaugura #CongresoVocaciones#ParaQuienSoy recalcando la grieta que hay en la sociedad si no somos capaces de preguntarnos qué es lo que llevamos dentro. pic.twitter.com/huK4yDSF6Z
— Of. Información CEE (@prensaCEE) February 7, 2025
En este sentido, se ha remontado al año 2004, cuando se hizo una investigación con un grupo de adolescentes para determinar las características de la personalidad de los jóvenes contemporáneos. «Una de las conclusiones fue que estamos empeñados en construir una personalidad online», ha señalado el arzobispo de Madrid. Esta labor, ha añadido Cobo, «todo ese esfuerzo, resta energías para hacernos las preguntas sobre la vida», lo cual puede conducirnos a «perder la identidad real. Hay que hacerse las preguntas concretas».
Junto con el impulso a hacerse las preguntas correctas, el arzobispo de Madrid ha invitado a dejarnos «sorprender por el Dios que nos llama por nuestro nombre». De lo contrario, “acabaremos vagando por un mundo deshumanizado y seremos seres deshumanizados. Pero si cultivamos la capacidad del asombro seremos capaces de ver a Dios». «Despertad es la llamada. Despertad de la dormidera para poder hacer en el corazón las preguntas fundamentales. Para percibirnos creados y amados por Alguien desde siempre. La revelación es así: la historia de un coloquio amoroso entre Dios y el hombre. Debemos apostar por la cultura del encuentro: que incorpora el otro y a los otros. La revelación es la que da sentido a nuestra vida. Hay que sentarse a escuchar y estar juntos», ha subrayado el cardenal Cobo.
![Congreso Vocaciones 1](https://www.archimadrid.org/images/Images_Destacadas/2025/Febrero_2025/Congreso_Vocaciones_1.png)
El cardenal Cobo ha advertido de otro gran «divorcio» entre la fe y la vida diaria: «Es una grieta y limita nuestra capacidad de vivir la fe en todos los aspectos de la vida. Puede llevar a que los cristianos no reconozcamos la vocación bautismal. El reto que se nos propone aquí es integrar la fe en la vida cotidiana y así poder cumplir, cada persona, su misión en el mundo. Él no nos propuso solo un ideal, Él se encarna. Nos propuso un encuentro con Él, vino a nuestro lado. «Maestro, ¿dónde vives?, y la respuesta nos lleva a la primera experiencia: “ven, y sígueme”».
Asimismo, el cardenal José Cobo ha destacado que «nuestra vida tiene futuro, nuestra vida tiene sentido porque depende de la llamada de Dios. Y no solamente somos llamados; somos co-llamados en la asamblea que es la Iglesia. Nuestra vocación es el bautismo, que luego despega en diversas formas dentro de la Iglesia».
Por ello, «estar juntos nos da alas, para vivir más arraigados, haciendo uso de nuestra libertad. Nos hace caminar y aprender juntos. Dios nos saca de nuestras ideas que polarizan la convivencia, que no acepta a los otros. Todas las vocaciones deben ser acompañadas, presentadas y cuidadas. La vocación es una llamada, la llamada del Maestro para seguirle. El Espíritu Santo nos empuja a descubrirnos como Pueblo de Dios. Todos somos discípulos de Cristo en misión. Vocación única que nos iguala a todos. En la comunidad todos nos sentiremos valorados. Pongámonos en camino y preguntémonos «¿Para quién soy yo?».
Al final de su intervención, el arzobispo de Madrid ha pedido desterrar «esa forma de ver las vocaciones en la Iglesia como algo» que tiene que ver «con el reparto de estructuras» o el carrerismo. Para acabar, el cardenal José Cobo ha pedido a los participantes al Congreso de las Vocaciones «poner nuestros cimientos en el agua del bautismo. Ayudemos los jóvenes a descubrir que son vocación. No quiénes son, sino para quiénes son».
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