La diócesis le permite trabajar en teatro, o coro, pero "no enseñar la fe cristiana en nombre de la Iglesia” El Obispado de Menorca cesa a una catequista por casarse con otra mujer
"Respetamos, aunque no compartimos, su decisión de contraer matrimonio civil con otra persona del mismo sexo"
La diócesis valora "muy positivamente" el trabajo llevado a cabo por Carmen Mascaró hasta la fecha, y trata de hablar de “coherencia y principios” y “no de penas ni de exclusiones”
La ex catequista lamenta que "fruto de casarme civilmente se me consideraba persona non grata para hacer hacer catequesis"
La ex catequista lamenta que "fruto de casarme civilmente se me consideraba persona non grata para hacer hacer catequesis"
Les respalda el Catecismo, y el Derecho Canónico... pero tal vez suspendieran en la asignatura de ‘Entrañas de Misericordia’. El Obispado de Menorca acaba de confirmar, en un comunicado, el cese de Carmen Mascaró como catequista del Centre de San Miquel de Ciutadella. ¿La razón? Haber contraído matrimonio civil con otra mujer.
La diócesis no deja margen a la duda, en eso hay que reconocerles la claridad. “Desde el Obispado -apunta la nota- valoramos muy positivamente la tarea que Carme Mascaró realiza tanto en el Centre de Sant Miquel como en Cáritas Diocesana, donde está contratada como técnico» y a continuación manifiesta que "respetamos, aunque no compartimos, su decisión de contraer matrimonio civil con otra persona del mismo sexo”.
Ejemplaridad de vida
“No existe un derecho previo a ser catequista. Corresponde a la Iglesia valorar las cualidades que debe tener un catequista antes de confiarle o retirarle esta misión, sin que ello suponga discriminación ni exclusión”, recalca el comunicado, que afirma que la Iglesia “valora mucho la ejemplaridad de vida que ha de ser un referente claro para los demás”.
“No existe un derecho previo a ser catequista. Corresponde a la Iglesia valorar las cualidades que debe tener un catequista antes de confiarle o retirarle esta misión, sin que ello suponga discriminación ni exclusión”
“Todos estamos llamados a la santidad y a vivir en comunión en el seno de la Iglesia, pero a la hora de incorporarse a una asociación o de ejercer algún cargo de mayor responsabilidad se pide un plus de credibilidad a la persona que ha de asumir una función específica, de manera que la misión que se encarga sea fructífera y que la persona en concreto no pueda suscitar ningún tipo de escándalo entre los fieles”, añade la diócesis, que trata de hablar de “coherencia y principios” y “no de penas ni de exclusiones”.
“Decir a una persona que no puede ser catequista o presidente de una cofradía no significa que se les considere separados de la Iglesia, ya que a pesar de sus circunstancias particulares siguen formando parte de la familia eclesial como bautizados, y como tales pueden y han de participar”, añade el comunicado.
“Decir a una persona que no puede ser catequista o presidente de una cofradía no significa que se les considere separados de la Iglesia, ya que a pesar de sus circunstancias particulares siguen formando parte de la familia eclesial como bautizados, y como tales pueden y han de participar”
No puede enseñar en nombre de la Iglesia
“Nos sentimos responsables de garantizar a los fieles que la doctrina impartida en nuestras catequesis se corresponde con el pensar y sentir de la Iglesia. Los fieles tienen derecho a pedirnos que los catequistas estén bien formados y que sean coherentes con lo que enseñan”, finaliza la nota, que insiste en que quieren que Macaró sigan participando en otras funciones que se realizan en el centro. Ninguna de ellas relacionada con la fe: Teatro, coro, tiempo libre... “y en todo aquello que no suponga enseñar la fe cristiana en nombre de la Iglesia”.
Por su parte, Carmen Mascaró se despedía el pasado 17 de octubre con un artículo en la hoja del centro en la que mostraba s alegría por haber contraído matrimonio con su pareja. A la par, su tristeza porque “fruto de casarme civilmente se me consideraba persona non grata para hacer hacer catequesis. No quisiera pensar que, además, es porque mi compañera de camino es una gran mujer. Desgraciadamente, no tenemos otra opción que permita casarnos”.
¿Cómo participar en una institución tan incoherente y excluyente?
“Tenemos claro que el amor siempre debería ser un regalo, una bendición, nunca motivo de rechazo ni de exclusión”, afirma la ex catequista, que insiste en que“en muchas ocasiones, me han preguntado cómo puedo participar de una institución como la Iglesia, que históricamente ha hecho tanto daño y que tiene una doctrina tradicional, muchas veces, incoherente y excluyente. No puedo negar que hay muchas manifestaciones y formas de ella que no me gustan y que, si pudiera, cambiaría. Pero… que tire la primera piedra aquel que esté libre de pecado. ¿O es que uno mismo no tiene luz y sombras? ¿Toda familia no tiene bueno y malo? ¿Riqueza y pobreza? ¿De qué me serviría juzgarla desde fuera? ¿Cómo podría trabajar para renovarla si no lo hiciera desde el amor, el conocimiento y el perdón?”
Pero recuerda que hay una “iglesia esperanzada y encarnada en la justicia social, que se hace pobre con los más pobres, que defiende con pasión los derechos de toda persona pisada, despreciada y vulnerada. Esta es la iglesia que soñó incansablemente Jesús, y que el Papa Francisco nos recuerda constantemente. Una iglesia en salida, que llegue a los márgenes, de puertas abiertas, para anunciar a todas las personas la buena noticia de Jesús. Donde todas tienen cabida, donde serán acogidas, queridas y valoradas por lo que son y lo que hacen. Donde nunca serán rechazadas, excluidas ni oprimidas porque son hijos e hijas del Dios del Amor”.
Hay iglesia esperanzada y encarnada en la justicia social, que se hace pobre con los más pobres, que defiende con pasión los derechos de toda persona pisada, despreciada y vulnerada. Esta es la iglesia que soñó incansablemente Jesús, y que el Papa Francisco nos recuerda constantemente