El abogado de la víctima va a presentar un recurso de casación ante el Supremo Un año y medio más de “calvario judicial” para la víctima del cura de Toledo
El sacerdote de Toledo, presunto abusador, condenado en primera instancia, pero absuelto en segunda por el Tribunal Superior de Castilla y León, porque considera que se vulneró su derecho a la Tutela Judicial Efectiva
El abogado de la víctima reconoce que pudo cometerse "algún defecto procesal en la fase de instrucción, que en modo alguno puede conllevar una absolución en segunda instancia”
El abogado está preparando ya el recurso de casación ante el Tribunal Supremo, basándose en la “vulneración de la tutela judicial efectiva" de su defendido
El abogado está preparando ya el recurso de casación ante el Tribunal Supremo, basándose en la “vulneración de la tutela judicial efectiva" de su defendido
“Hemos ganado la primera parte y hemos perdido la segunda. Ahora, estamos en la prórroga y pensamos ganar el partido”. Con este símil futbolístico trata de explicar José María Pedregal, abogado defensor de la víctima del sacerdote de Toledo, presunto abusador, condenado en primera instancia, pero absuelto en segunda por el Tribunal Superior de Castilla y León, porque considera que se vulneró su derecho a la Tutela Judicial Efectiva
En efecto, esta segunda sentencia considera que se ha quebrado el derecho de defensa del sacerdote, asi como el derecho que le asistía a utilizar las mismas armas procesales que la contraparte.
El abogado de la víctima reconoce que pudo cometerse "algún defecto procesal en la fase de instrucción, que en modo alguno puede conllevar una absolución en segunda instancia”. Porque, “además -añade- no es un motivo suficiente para absolverle, porque no se le ha generado indefensión al acusado, dado que en primera instancia sus abogados pudieron interrogar al acusador y a los peritos que testificaron a su favor”.
El caso es que, en primera instancia, el juzgado consideró probado que la víctima, un seminarista menor, había sufrido abusos continuados durante dos años, que le provocaron un trastorno ansioso depresivo. En segunda instancia, un error procesal ha acabado con la absolución del cura, aunque la sentencia no ha modificados los hechos probados, en otro defecto procesal más, según Pedregal.
El abogado está preparando ya el recurso de casación ante el Tribunal Supremo, basándose en la “vulneración de la tutela judicial efectiva, según el artículo 852 de la Ley de enjuiciamiento criminal” y está “convencido de que se ganará el caso”. Para lo cual ayudaría que también recurriese la sentencia el propio ministerio fiscal, que “probablemente lo haga”.
Una vez presentado el recurso de casación, el Supremo decidirá si lo admite a trámite o no. En este segundo caso, sería el final del proceso en la vía ordinaria y a la víctima sólo le quedaría recurrir al Constitucional en recurso de amparo. “El porcentaje de admisión de recursos de amparo por el Constitucional es sólo de un 0,25%. Pero estoy convencido de que se va a casar la sentencia por el Tribunal Supremo”, explica el letrado.
Tanto es así que el abogado del abusado está firmemente convencido de que va a ganar el caso, entre otras cosas, “porque no comparto ni de lejos la fundamentación de la segunda sentencia” que, a su juicio “no tiene razón alguna”.
Eso sí, será un año y medio más de pelea judicial, lo que, sin duda, va a aumentar el “calvario” que está viviendo su defendido, aliviado, sin embargo, por el apoyo explícito que le están mostrando sacerdotes, obispos y hasta algunos cardenales. Y también le puede aliviar a la víctima saber que el proceso canónico sigue abierto en Roma, donde su caso está denunciado ante diversas instancias, que, sin duda, terminarán haciendo justicia. Mientras, en el clan de Toledo aumenta la preocupación: saben que el ojo de Roma les escudriña.
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