¿Es posible que la oración de la fe de la Iglesia excluya a los preferidos de Dios? Agrelo, el Papa y el ‘Credo’ de la Iglesia de los pobres

Santiago Agrelo, con el Papa Francisco
Santiago Agrelo, con el Papa Francisco Agencias

¿Por qué no meter en el credo a los pobres? Y le digo exactamente dónde: ‘Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, ungida y enviada a la evangelizar a los pobres, la comunión de los santos...”

“Él con mucho humor me respondió diciendo: ‘A propósito de eso, lo consultaré con gente fiable’”

"El criterio de autenticidad de la misión de Jesús es que los pobres son evangelizados. Supongo que ese es también el criterio de autenticidad de la misión de la Iglesia"

Un profeta no puede evitar serlo, por más que lo intente. La profecía sale a borbotones, como la fuente de la que brota un río. O como una conversación animada sobre la fraternidad. Así lo hizo el pasado jueves el arzobispo emérito de Tánger, el hermano Santiago Agrelo. Recordando una “locura” que compartió con el Papa Francisco, en uno de nuestros últimos ‘Jueves de RD’, Agrelo confesaba a la audiencia que había escrito al Papa, pidiéndole incluir a los pobres en el ‘Credo’ de la Santa Iglesia (vean el vídeo a partir del minuto 31).

“¿Por qué no meter en el credo a los pobres? Y le digo exactamente dónde: ‘Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, ungida y enviada a la evangelizar a los pobres, la comunión de los santos...”...

Y prosiguió, porque Francisco acusó recibo. “Él con mucho humor me respondió diciendo: ‘A propósito de eso, lo consultaré con gente fiable’”.

“Es un hecho que los pobres tienen que entrar en nuestra predicación, en nuestra fe. Jesús fue ungido por el espíritu para evangelizar a los pobres”, nos amplía la conversación. Y uno acaba preguntándose: ¿Es posible que la oración de la Iglesia excluya a los preferidos de Dios?

- ¿Por qué le propusiste al Papa que introdujera a los pobres en el Credo?

Hermano mío: la vida de un creyente le depara innumerables sorpresas; un creyente es, más o menos como tu hijo pequeño, un niño que cada día va descubriendo cosas en el misterio que lo envuelve. Los pobres, desde que tuve ocasión de entrar en contacto con ellos, estuvieron metidos en mi vida, y, al calor de la vida, me fui haciendo también una visión cristiana de mi relación ellos. No necesité teología para acercarme a ellos, y eso es algo que nunca agradeceré bastante –ya salió tu apellido- a nuestro Padre del cielo: que me haya dado ojos para ver y corazón para involucrarme ante cualquier situación de necesidad. Luego viene la reflexión, y uno cae en la cuenta de una montaña de cosas: que tenemos una deuda de justicia con los pobres; que hay un mandato divino que nos reclama que nos ocupemos de los pobres; que el Hijo de Dios se hizo pobre para ser buena noticia –evangelio- para los pobres; que el único criterio por el que se va a juzgar nuestra vida parece que va a ser el del cuidado que hayamos tenido o no tenido con los pobres. Entonces uno se pregunta por la misión de la Iglesia con relación a los pobres.

Monseñor Agrelo junto a migrantes africanos
Monseñor Agrelo junto a migrantes africanos

Y el corazón me dijo que la Iglesia no podía tener con los pobres una relación distinta de la que tuvo Jesús. El fue ungido por el Espíritu para evangelizar a los pobres. Y si lo fue la cabeza, Cristo, entiendo que lo es también el cuerpo, es decir, la Iglesia. Sobre eso no tengo dudas. Cosa distinta es que esa certeza entre en el Credo de nuestras celebraciones. Si como locura se lo propuse al Papa Francisco, es porque me pareció una locura luminosa: un recordatorio permanente de que la Iglesia está llamada a ser un evangelio para los pobres, como lo fue Jesús.

Si como locura se lo propuse al Papa Francisco, es porque me pareció una locura luminosa: un recordatorio permanente de que la Iglesia está llamada a ser un evangelio para los pobres, como lo fue Jesús.

- ¿Podemos entender la fe, el Evangelio, sin los pobres?

Creo que la respuesta a esta pregunta queda ya dada. El criterio de autenticidad de la misión de Jesús es que los pobres son evangelizados. Supongo que ese es también el criterio de autenticidad de la misión de la Iglesia.

- ¿Qué te contestó el Papa? Él, que desde el principio, se comprometió a una Iglesia pobre y para los pobres.

El Papa me agradeció las sugerencias y, creo que con discreta absolución, me dijo que las haría estudiar por gente “confiable”. Lo dicho: me dio una discreta absolución.

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