Si les digo la verdad, no lo esperaba. Firmado por Ezequiel Collado, la revista de PPC suelta unos cuantos mandobles al movimiento dirigido por Kiko Argüello. Les recomiendo su lectura. Eso sí, sentados, sobre todo si son kikos: porque no dejará indiferente a nadie. Bajo el título "El camino de purificación de los neocatecumenales", su autor desgrana qué ha cambiado, y qué no, en el Camino Neocatecumenal tras la aprobación definitiva de sus estatutos. Y por qué se llegó a la solución. Y lo hace tildando a las asambleas "kikas" de "comunidades sin compromiso (palabra que rechazan) alguno de otro tipo que el espiritualista y excluyente". ¿Valiente o temerario?

No me invento nada. Lo pueden encontrar en el número de esta semana de Vida Nueva, donde Ezequiel Collado acusa al Camino de haber "desobedecido sistemáticamente" las normas litúrgicas de la Santa Sede, hasta el punto de que Kiko Argüello tuvo "algunos forcejeos" con numerosos obispos, "incluso con el cardenal Raztinger, prefecto de la Doctrina de la Fe, y con su Dicasterio". El autor también alude a los episcopados que se han mostrado críticos con el Camino Neocatecumenal.

No pongo una palabra más que otra. Así, en el apartado de "aspectos positivos", Collado relata que "son múltiples: gran estima de la Palabra de Dios, si bien, a veces, su interpretación es demasiado tradicionalista; fuerte sensibilidad eucarística (aunque en la celebración de sus misas excluyen a quienes no son neocatecumenales e, inclusive, no todos los neocatecumenales tienen acceso a las celebradas por las comunidades más adelantadas, cuando hasta en la iglesita más apartada, en el convento de monjas más retirado, a la hora de la eucaristía se abren siempre las puertas para que puedan participar todos); gran entrega a la evangelización por miembros de las comunidades y familias enteras en países lejanos y difíciles, con la prioridad de crear comunidades neocatecumenales; enorme unidad entre sí más habitual del distanciamiento de otras realidades eclesiales; absoluta obediencia al fundador y al Camino, cosa que les honra seguramente, y posición despectiva para con responsables de otros estamentos eclesiales; sincera dependencia del Camino y sus estamentos, por quienes se sienten verdaderamente salvados; y desconfianza de todo lo que no sea neocatecumenal".

En definitiva, un artículo demoledor. Que, sinceramente, no esperaba en una publicación como Vida Nueva. Y que en los aspectos polémicos seguramente superará el enfado que los kikos manifestaron tras la publicación de otro reportaje sobre el iniciador, en El País Semanal. Veremos. El que esto escribe, desde la playa (hay que despedir el verano), no pone una coma sobre otra. Que es muy fácil que alguna bala "perdida" nos alcance. Y ya van muchas.