Bruno Musaró (Egipto) y Luigi Bonazzi (Canadá) completan la lista de candidatos Celestino Migliore o Bernardito Auza ganan enteros para ser el nuevo Nuncio en España
La Santa Sede consensuará con el Gobierno un embajador que prime la actividad social de la Iglesia y la voluntad de acuerdos frente a la confrontación
La opción preferida por muchos, la de un laico (Andrea Riccardi era el preferido) se desinfla por la de un diplomático con amplia experiencia internacional
La duda está en si Roma nombrará al sucesor de Fratini este verano o esperará a la conformación del nuevo Gobierno y al fallo del Supremo sobre la exhumación de Franco
La duda está en si Roma nombrará al sucesor de Fratini este verano o esperará a la conformación del nuevo Gobierno y al fallo del Supremo sobre la exhumación de Franco
La "bomba Fratini" continúa dejando su rastro, diez días después de sus polémicas palabras poniendo en duda que Franco fuera un dictador y acusando al Gobierno de 'resucitar' al Generalísimo, y cuando la Santa Sede, en una decisión inusitada, hizo público en el Bolletino su cese el mismo día en que la embajadora de España en Roma, Carmen Peña, entregaba a monseñor Gallagher la carta de protesta del Ejecutivo.
Con Fratini ya en Italia, sin intención alguna de volver a aparecer por nuestro país, y una vez superada la primera fase de cabreo gubernamental, los obispos españoles están tratando de limar asperezas con el Ejecutivo en funciones, dejando caer que las opiniones de Fratini fueron a título personal, y subrayando que, en el futuro, no habrá injerencias de ese tipo. Mucho menos desde Roma, cuya diplomacia trabaja a destajo para el nombramiento de uno de los embajadores papales más relevantes del mundo.
Es el propio Papa, bien asesorado por sus asesores, quien está llevando a cabo la criba entre los numerosos nombres que han llegado a su despacho, tanto desde Secretaría de Estado como desde la Casa de la Iglesia. Alguno, incluso, ha sido sugerido desde Moncloa.
El sueño de Riccardi se desinfla
Aunque algunos de estos consejeros han sugerido a Francisco un nombramiento simbólico -un laico como el fundador de la Comunidad de Sant Egidio, Andrea Riccardi- para España, lo cierto es que, a día de hoy, cuatro hombres aparecen en la terna de la que saldrá el futuro embajador de la Santa Sede para nuestro país.
El mejor colocado, según distintas fuentes, es el que menos ha sonado de los tres: el arzobispo Celestino Migliore, actual nuncio en Rusia y Uzbekistán, y que durante años fue Observador Permanente ante Naciones Unidas. El único pero es que, a día de hoy, el Papa tiene un ojo puesto permanentemente en Moscú.
El otro gran candidato, también experto en relaciones internacionales, es Bernardito Auza, actual Observador Permanente de la Santa Sede en la ONU.
Los otros dos nombres, que ya habían sido adelantados por RD, son personas que conocen la Nunciatura y la realidad socio-política de nuestro país. Especialmente el nuncio en Egipto, Bruno Musaró, que además goza de la total confianza del Papa Francisco. El otro nombre que se baraja es el del embajador en Canadá, Luigi Bonazzi, muy del agrado de Bergoglio pero que no ha sido capaz de arreglar la situación de los indígenas canadienses, lo que ha provocado roces con el Gobierno canadiense.
Con Franco en el horizonte
Sea como fuere, en Roma hablan de dos posibles fechas: una, de forma inmediata (como muy tarde, en agosto), para cerrar de una manera definitiva la crisis con el Gobierno de España. La otra, más factible teniendo en cuenta la realidad política en nuestro país, cuando se conforme el nuevo Ejecutivo y, si es posible, con la sentencia sobre la exhumación de Franco -que tanto dolor está trayendo a la Iglesia española- publicada por el Tribunal Supremo.
En todo caso, la decisión del Papa contará con el plácet del Ejecutivo, con quien se está en permanente contacto para hallar a la persona elegida para alojarse en el palacio de la Avenida de Pío XII.