¿De qué Jesús estamos hablando exactamente?
(19-11-2020; 1148)
Foto: el “David” De Miguel Ángel (Wikipedia)
Me temo que quizás sea un poco de desvío al tema de la cristología angélica, siguiendo el pensamiento de Richard Carrier sobre sus afirmaciones acerca de lo que pensaban sobre Jesús “los cristianos” (primitivos) porque mis lectores se van cansar. Pero creo que no. Para aligerar un poco y no cansar al lector, me salto algunas páginas del libro de Carrier “Jesus from the outer space” (“Jesús desde el espacio exterior” idea central: Jesús no existió, sino que es un mero mito literario) y voy a al p. 16 en un capítulo, el primero, cuyo título es “Which Jesus are we talking about exactly?”, que podría traducir como “¿De qué Jesús estamos hablando exactamente?”. Dice así:
“Entra Jesús. Éste se convierte en el anti Satán de esta saga. Él (Jesús) como Satán, era un arcángel que existía desde la alborada de los tiempos. En esta caso literalmente: incluso desde el principio; que él era la primera cosa que Dios había creado nunca y que fue Jesús a quien Dios encargó luego la tarea de crear todo lo demás”
De nuevo me pasa lo mismo con Carrier, a saber, que hay aquí una generalización indebida por parte de nuestro autor. Como base de su argumentación aporta este los textos siguientes
1 Corintios 8,6: “Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros”.
Filipenses 2,6-9 (que he traducido en la postal anterior, y cuya idea esencial es que existía en forma de Dios; que no consideró un robo ser igual a Dios; que se anonadó, tomó forma de esclavo llegando a ser semejante a los hombres, y al encontrarse en condición de hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz”
y Romanos 8,3 (+ v. 4): “Pues lo que era imposible a la Ley, en cuanto que estaba debilitada por la carne, Dios, tras enviar a su propio Hijo en semejanza de la carne pecadora y por el pecado, condenó al pecado en la carne, 4 para que la justicia de la Ley se cumpla en nosotros que caminamos no según la carne, sino según el espíritu”.
Y entonces añade Carrier: “Así pues, Jesús existió antes de Adán y Eva, y vivió toda su vida a través de toda la historia bíblica –también como Satanás– residiendo por lo general en las lejanas riquezas del espacio exterior, en su caso en el templo celestial de Dios, en donde Jesús actuó se sumo sacerdote a cargo de la estructura divina, de la que el templo terrenal de Jerusalén no es más que una mera copia” (he procurado hacer una traducción literal, lo cual –se puede argumentar– no es traducción verdadera, pero que aquí vale).
Apostillo:
- Admito que los tres textos citados podrían entenderse como lo hace Carrier, a saber, Jesús nunca existió sino que fue un mero constructo literario teológico inventado totalmente. Pero esta intelección puede tener una explicación más sencilla, como digo a continuación.
- en apoyo de este modo de entender me pregunto: ¿Por qué no hace Carrier aquí la diferenciación fundamental entre Jesús y Jesucristo? Una cosa es preguntar históricamente por Yeshúa ben Yosef, es decir, por Jesús de Nazaret, y otra cosa diferente es preguntar por “Jesús-Cristo”, es decir, “Jesucristo”. “Jesús” se refiere a alguien razonablemente datable en el siglo I en Israel, es decir, un personaje como Jesús de Nazaret, pero el segundo, Jesucristo, es un nombre que tiene una segunda parte, Cristo, que es una entidad mental conocido como el Cristo eclesiástico
Este puede entenderse como una especie de avatar de un Dios cósmico que se encarna y baja a la tierra para expiar mediante su pasión, muerte y resurrección los pecados de la humanidad pasada y presente (Véase mi obra “Aproximación al Jesús histórico, 4ª edic. 2020, p. 26). Siempre he defendido que es muy razonable defender la existencia histórica del primero, y que el segundo no es histórico ya que al nombre Jesús se le añade un constructum mental teológico, que una creación humana.
- ¿Acaso no sería posible entonces entender estos textos citados arriba del modo siguiente: sobre la base de una persona histórica se hace una interpretación magnificadora y engrandecedora? Me parece perfectamente posible
- Por último, teniendo en cuenta que, según Carrier, los primeros cristianos defendían que Jesús existió antes de Adán y Eva, y que esta aserción la toma de texto de Pablo de Tarso…, ¿cómo explica nuestro autor otro texto del mismo Pablo, a saber el siguiente?:
“Pablo, esclavo de Cristo Jesús, llamado, apóstol, separado para el evangelio de Dios, 2 que había ya prometido por sus profetas en las Escrituras sagradas 3 acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, 4 constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad a partir de resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 1,1-4)
Aquí Pablo afirma que Jesús ––no Jesucristo que solo existe tras la resurrección––, nació del linaje de David según la carne…
Por tanto también según los primeros cristianos, Jesús, no Jesucristo, no existió antes de Adán y Eva… (si es que he entendido bien a Carrier…).
¿Qué pensáis sobre esta argumentación?
Saludos cordiales de Antonio Piñero
http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html