Entrevista al padre José Otacio Oliveira Guedes, nuevo rector del Pontificio Colegio Pío Brasileño de Roma Del Amazonas al Pío Brasileño. "El papa tuvo razón: hay que hacer todavía un camino teniendo esperanza respecto a los Viri probati"
"La Conferencia Episcopal entendió que el Colegio no podía ser solo un puesto de estudio"
"Durante la pandemia elegimos no dejar sola a la gente e intensificamos las maneras de estar cerca a través de Internet y de la radio"
"Los sacerdotes pasábamos toda la jornada colaborando como hacían todos los demás: distribuyendo el almuerzo a las personas y conversando un rato con ellas"
"Traigo la esperanza que los estudiantes tengan esa sensibilidad pastoral"
"Nuestra oración está llena de nombres de la gente; cuando estudiamos nos preparamos porque pensamos en ellos; cuando nos preparamos integralmente como seres humanos lo hacemos para servir mejor"
"Los sacerdotes pasábamos toda la jornada colaborando como hacían todos los demás: distribuyendo el almuerzo a las personas y conversando un rato con ellas"
"Traigo la esperanza que los estudiantes tengan esa sensibilidad pastoral"
"Nuestra oración está llena de nombres de la gente; cuando estudiamos nos preparamos porque pensamos en ellos; cuando nos preparamos integralmente como seres humanos lo hacemos para servir mejor"
"Nuestra oración está llena de nombres de la gente; cuando estudiamos nos preparamos porque pensamos en ellos; cuando nos preparamos integralmente como seres humanos lo hacemos para servir mejor"
La inolvidable banda sonora de Ennio Morricone en la Misión (1986) recrea la novedosa labor pastoral del solitario padre Gabriel (Jeremy Irons) acompañado de una Biblia y un oboe entre los aborígenes. A una tal representación de la misión contribuye también la escenificación litúrgica de los indígenas en la basílica de san Pedro durante el reciente Sínodo de la Amazonía; pero realmente durante la pandemia por el Covid 19 en pleno siglo XXI, en la mayoría de las comunidades amazónicas en vez del oboe han servido los modernos medios de comunicación desde la radio, la televisión y plataformas digitales. Es cuanto testimonia el padre José Otacio Oliveira Guedes, 46 años, magister en teología bíblica de la Pontificia universidad Gregoriana y doctor de la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-RJ), a penas posesionado como nuevo rector del Pontifico Colegio Pío Brasileño a quien la Conferencia de los obispos del Brasil (CNBB) fue a llamar por zoom como a Francisco “casi al final del mundo”, en la Amazonía brasileña donde se encontraba desarrollando una misión en Porto Velho, estado de Rondônia lejano de su natal arquidiócesis de Niteroi. Siempre por Zoom nos ha concedido una entrevista para Religión Digital al día siguiente de su posesión canónica.
La noticia de su nombramiento hizo recordar cuando el papa Francisco dijo que “Los cardenales fueron a buscarlo al final del mundo”, ¿también para usted cuando estaba en misión en el Amazonas? ¿Cómo recibió su nombramiento?
Es verdad, tiene sentido. Efectivamente, cuando estaba en Rio de Janeiro era profesor en la universidad y tenía una visibilidad. Pero en la misión desde 2017, yo estaba en Rio Branco, es una diócesis importante pero estaba oculto; nadie nos ve en esos lugares. Me encontraba en ese momento en misión en la Amazonía.
Me pidieron la hoja de vida al final del año pasado; y pregunté entonces, para qué. Me dijeron que monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte, quien es el presidente, habría pedido mi Curriculum. Después pasó el tiempo. Luego mi obispo en el mes de mayo me dijo que la dirección de la Conferencia quería hablar conmigo. El presidente y el vicepresidente. Pensé que podía ser que como tenemos en Brasil sacerdotes que van a la Conferencia como asesores de determinados asuntos y este año está dedicado a la Palabra de Dios se trataría de algún servicio en la Conferencia. Luego cuando entré en la reunión on line, me di cuenta que estaban allí el presidente, el vicepresidente, mi obispo,… tanta gente, he dicho, ¡mamma mia! Qué pasará… después supe que había sido nominado por la Congregación para el Clero.
¿Cómo es la situación de las personas en la misión?
Esa región en Brasil fue el punto de inicio de la misión al final de los años 70. Hay aborígenes en regiones más grandes como Roraima. Pero en regiones como Rondônia no hay una población homogénea. La población no es sólo indígena.
Cuando llegó la pandemia no fue igual en todas partes. Fue difícil para Manaos la capital de Amazonas porque el sistema público de salud era pésimo. Como llegaron muchos casos se derrumbó el sistema. Murieron muchas personas. En otros lugares no hubo demasiados casos. Lo que causó mayor incertidumbre fue cuando el problema llegó también a los indígenas. Porque para ellos es más difícil el apoyo de la medicina, aunque finalmente lograron resolver el problema.
En todo el Brasil fue una situación difícil porque fallecieron muchas personas. Como sucedió en todo el mundo no se comprendió al inicio, pero nosotros encaminamos las cosas; por ejemplo permanecer en casa hasta que aparecieran los síntomas más graves fue un error porque la gente se quedaba en sus casas e iban al hospital cuando ya era una situación gravísima. Algunos errores en el manejo de la pandemia llevaron al derrumbe del sistema de salud en Manaos. Pero en los otros lugares tenemos un sistema de salud que es público y universal que se denomina S.U.S. y que a pesar de su fragilidad permite el acceso de todas las personas en forma gratuita.
"Tenemos un sistema de salud que es público y universal que se denomina S.U.S. y que a pesar de su fragilidad permite el acceso de todas las personas en forma gratuita"
¿Cómo fue la cercanía de la Iglesia con las personas en este tiempo?
La Iglesia siempre ha estado cerca de la comunidad. Elegimos no dejar sola a la gente; de modo que intensificamos las maneras de estar cerca. Por ejemplo a través de Internet y de la radio. Yo todos los días hacía un programa. Algunas veces hice programas a través del celular.
La arquidiócesis también apoyó en una parroquia el proyecto denominado Amar y servir; consistía en que a la hora del almuerzo se daba el alimento a los habitantes de calle y se les permitía lavar su ropa. Incluso había un lugar para que se ducharan. Allí también hubo personas que distribuyeron de parte del gobierno público una donación de 600 reales que es una cantidad significativa. Esa fue una gran ayuda en dinero de parte del poder público.
La Iglesia en Porto Velho capital de Rondônia, que era donde yo me encontraba, escogía todos los días una parroquia central. Los sacerdotes íbamos allá una vez por semana y pasábamos toda la jornada colaborando como hacían todos los demás: distribuir el almuerzo a las personas, conversar un rato con ellos. Fue una bella experiencia. Me parece que la Iglesia hizo bien esa labor y la continúa haciendo todavía. Creo que ese servicio continuará.
Sobre otra temática, ¿El año pasado cuando terminó el Sínodo de la Amazonía usted esperaba mayores cambios?
R/ La expectativa respecto a los Viri probati era grande, sin duda. Desde que recibimos el documento e hicimos todo el esfuerzo para acogerlo. Pienso que la Iglesia obró con sabiduría. Al final entendimos que el tema no se suprimió como posibilidad. Lo que personalmente observé es que la gente no estaba todavía preparada. De hecho, el papa tuvo razón. Hay que hacer todavía un camino teniendo esperanza respecto a este tema; verdaderamente fue el Espíritu Santo quien guió al Papa porque efectivamente éste no era el momento.
Cuando hicimos el trabajo para preparar el documento, pregunté a la gente ¿Qué podemos hacer para que las comunidades tengan la Eucaristía? Nunca su respuesta fue que ojalá los hombres casados pudieran ser ordenados. Percibí también un grupo grande que sentía algo extraño al respecto. En cambio, en el clero tal vez se esperaba más del Sínodo.
Padre Otacio, ¿qué desea compartir en Roma a sus estudiantes del Colegio Pío Brasileño?
Traigo conmigo la experiencia realizada durante estos años como formador del seminario, como párroco, también en la universidad como profesor y ahora la sensibilidad de la gente más sencilla que descubrí en la misión. Traigo la esperanza que los estudiantes tengan esa sensibilidad pastoral. Que nunca perdamos de vista la gente sencilla; finalmente todo lo que hacemos debe llegar a ella. Nuestra gente tiene necesidad de profundizar en la fe. La gente tiene el sensus fidei; captan el sabor, digámoslo así, de las cosas sobrenaturales. Pienso que muchos de mis compañeros sacerdotes que vienen al colegio también han hecho bellas experiencias y vamos a compartirlas.
¿Cuándo llegó a Roma?
Llegué el viernes 16 de octubre 2020; al día siguiente fue la ceremonia de posesión del nuevo equipo de formadores, vino monseñor Jorge Carlos Patrón Wong secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero. Estuvo presente el padre Geraldo dos Reis Maia quien se desempeñó durante siete años como rector. Así, he comenzado la misión. Tenía 16 años sin venir a Roma. Al aterrizar el avión en Fiumicino como hace 25 años cuando llegué por primera vez sentí emoción de regresar aquí. Con una responsabilidad grande de ayudar a los compañeros sacerdotes. Sé que de esta casa de formación saldrá la mayoría de nuestros futuros obispos, también profesores de las universidades católicas. Entonces es una responsabilidad bastante grande. El próximo martes iré a san Pedro a hacer mi profesión de fe.
El Colegio Pío Brasileño comenzó en el año 1934, fue dirigido por los padres jesuitas hasta el 30 septiembre 2013. ¿Por qué razón se dio este cambio en la dirección del Colegio?
Siempre ha habido relación con la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil. La CNBB tenía en los jesuitas la seguridad en la dirección del colegio, pero para tener ese sentido de diocesaneidad, debido a que los sacerdotes que estudian aquí son tales, se pensó que sería mejor si la dirección del Colegio pasase a sacerdotes diocesanos. Sin embargo, fue un cambio muy tranquilo. Los jesuitas entendieron. De todos modos, la CNBB es quien tiene la dirección, siempre ha sido así.
El punto fundamental es que la Conferencia entendió que el Colegio no podía ser solo un puesto de estudio. Debía ser para realizar la formación permanente. De modo que los sacerdotes que vienen aquí deben, además de estudiar, hacer una experiencia más fuerte para su formación. Con la dirección de sacerdotes diocesanos se espera que capten mejor “en el alma” (el espíritu diocesano).
Fue el mismo año del inicio del pontificado del papa Francisco. ¿Permanece algún jesuita en la dirección del Colegio?
Coincidencia, es verdad. Ahora todos somos diocesanos. Anteriormente eran cuatro sacerdotes en la dirección: el rector, el director de estudios, el director espiritual y un ecónomo. Ahora, la CNBB me pidió encargarme también del economato. Por lo tanto somos tres los formadores.
Como sacerdote, ¿cuáles son sus prioridades?
Siento que el objetivo de mi vida es dar a conocer a Jesús a través de la Palabra de Dios. La Biblia es central en mi vida. Por lo que mi objetivo es conocer personalmente, estudiar más profundamente y también de hacer conocer. Me da mucho gusto cuando puedo hablar de la Biblia. Ayudar a la gente al conocimiento más grande. Y sabemos que conocer la Palabra de Dios es conocer a Jesús.
También la presencia de María santísima es importante en mi vida. Antes de venir a Roma pasé por Fátima para hacer la cuarentena, una bella experiencia, una gracia especial. María es ícono de los que acogen la Palabra de Dios, la conservan en el corazón y luego la presentan a los demás. Esa Palabra es Jesús. María es escuela y es Madre.
Del magisterio del papa Francisco ¿qué aspectos quisiera usted implementar en el Pío Brasileño?
Me gusta mucho su sensibilidad y cercanía a las personas que él llama “pastor con olor de oveja” que debería marcar nuestro ministerio. Que seamos capaces de estar cercanos como el buen samaritano. Ésto toca todos los espacios de nuestra vida: nuestra oración está llena de nombres de la gente; cuando estudiamos nos preparamos porque pensamos en ellos; cuando nos preparamos integralmente como seres humanos lo hacemos para servir mejor.
En otros colegios existe el problema que sacerdotes que estudian en Roma no regresan a sus diócesis a trabajar y permanecen en Europa, ¿sucede lo mismo en el colegio Pío Brasileño?
R/ Son poquísimos casos. Lo que percibo es que todos quieren regresar inmediatamente al Brasil; “no ven la hora de regresar”; hay casos en los que algunos permanecen más tiempo aquí cinco, seis, diez años para hacer el doctorado pero no porque se quieran quedar definitivamente. Éste no es un problema aquí. Todos quieren regresar a sus países. Este año tenemos 57 estudiantes brasileños y sólo un sacerdote africano de Cabo verde. Aunque normalmente serían 100 estudiantes en el colegio, este año por la pandemia sólo llegaron 13 nuevos estudiantes.
¿Cómo se desarrollarán las clases en las universidades romanas para el año académico 2020-2021?
Algunos van a la universidad para tomar las clases; por ejemplo a la Santa Croce es posible ir, también a la Gregoriana. En otras universidades van un día de por medio.
Finalmente, ¿Quisiera dejar algún mensaje para los lectores de Religión Digital?
El Colegio cumple una labor importante para el futuro de la Iglesia. Pido una pequeña oración para que podamos hacer lo que Dios quiera y que sea su Espíritu quien nos guíe.
Etiquetas