Un sector de la prensa tituló los informes sobre el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI con calificativos despectivos que lo muestran como un personaje oscuro y calculador detrás del pontificado de Juan Pablo II y como el sucesor conservador intransigente que renunció al papado debido a las intrigas de palacio y al multiplicarse por el mundo las denuncias de abusos cometidos por sacerdotes.

La BBC tituló: “Muere Benedicto XVI, el "rottweiler de Dios" que sacudió la historia de la Iglesia al renunciar como Papa”[1]; “Joseph Ratzinger, el pastor alemán”, tituló el Diario de Argentina[2]. “Las polémicas de Benedicto XVI, un papa conservador y cuestionado”[3], comentó El Tiempo, de Colombia. Calificativos de todos los colores abundan en la prensa internacional.

Un eclesiástico muy culto, curtido en las más complicadas disputas teológicas, pero incapaz de relacionarse tranquilamente con personas comunes y corrientes es la imagen que de Benedicto XVI proyecta Anthony Hopkins en la película “Los dos papas” donde se contrapone la estudiosidad y cultura del papa alemán a la espontaneidad y humanismo del papa argentino. La película del 2019, dirigida por Fernando Meirelles y escrita por Anthony McCarten, contrapone intencionalmente rasgos estereotipados de las personalidades de Benedicto XVI y de Francisco.

Efectivamente, en el prólogo del libro que inspiró la película, Anthony McCarten escribe lo siguiente: “Consideramos primero a Benedicto, antiguo cardenal Joseph Ratzinger, un intelectual alemán, suspicaz ante el humor, introvertido, degustador de lujos un poco dandi en el vestir […]. Aunque sincero en sus deberes sagrados, era un hombre completamente carente de don de gentes. Teólogo introvertido, carecía de experiencia alguna sobre el terreno…”[4].

El vaticanista Marco Politi, citando a monseñor Rino Fisichella, presenta una visión diferente de la personalidad de Benedicto XVI: “Joseph Ratzinger es un gentleman, es tímido, respetuoso, se acerca a las personas mirándolas a los ojos, se hace fuerte en su sencillez”; y comenta, “entre el personal de Curia Ratzinger cardenal es recordado constantemente por la tímida gentileza y la disponibilidad a la escucha con que trata a sus interlocutores. Pero su cortesía se revela a veces también una impalpable barrera para distanciarse”[5].

La discusión sobre la personalidad del papa emérito Benedicto XVI seguirá siendo motivo de discusión con motivo de su fallecimiento. A propósito, fuimos muchos los estudiantes en las universidades romanas quienes pudimos encontrarnos con él debido a su largo servicio en la curia.

No era difícil encontrarse con el cardenal Ratzinger atravesando la plaza de san Pedro porque seguía su rutina diaria desde el cuarto piso de un edificio en la Piazza della Città Leonina cercana a Borgo Pio hasta su oficina en el palacio de la Congregación para la doctrina de la fe de la que era prefecto. Vestía una sotana negra con boina y un maletín. Para turistas y peregrinos podía pasar como un sacerdote más de los miles que viven en Roma.

Fue en horas de la mañana del sábado 28 de octubre  de 1995 la primera vez que lo saludé mientras caminaba por la Plaza de san Pedro. Junto a otros seminaristas de la diócesis de Girardot (Colombia) que estudiábamos en Roma tuvimos oportunidad de conversar brevemente con él. Inmediatamente nos dimos cuenta de su humildad y amabilidad.

Cardenal Ratzinger – le dije–, me gustaría discutir con usted algunas cosas de teología.

Claro, ponte de acuerdo con mi secretario y programamos una entrevista –me respondió.

Pasaron cinco años, y aunque en diversas ocasiones le volví a ver y a saludar, nunca osé acordar la entrevista. Estando en Roma me fui dando cuenta de la grandeza del pensamiento y de la persona del cardenal Ratzinger que contrastaba con su timidez y humildad. Pude comprobar, como se afirma a propósito de su fallecimiento, que el cardenal Ratzinger era respetuoso de cada interlocutor que encontraba en su camino; como si en ese momento sólo le interesara la persona que tenía frente a él. “Benedicto XVI era así, nunca bromeaba en las preguntas, no se evadía en las respuestas. Era un hombre que se tomaba a todos en serio”, así lo recordó Andrea Riccardi fundador de la Comunidad de San Egidio en el especial de la RAI “A sua immagine” del 31 diciembre 2022.

De todas formas, Benedicto XVI, seguirá siendo motivo de discusión, análisis, controversia y estudio después de su muerte. Seguramente, desde la fe, era el papa que necesitaba la Iglesia después del largo pontificado de san Juan Pablo II. Un hombre tímido pero sabio. Mano derecha del papa polaco que entró al cónclave de 2005 como papable y que sin embargo sorprendió a propios y extraños cuando fue anunciado por el cardenal protodiácono Medina Estévez de Chile y al aparecer en la logia central de san Pedro revestido como el nuevo papa; así lo afirma el documental "El papa de la razón": “el mito periodístico de perro guardián de la doctrina comenzó a desvanecerse en el momento en el que se hizo visible al mundo entero”.[6]

[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-64108659

[2] https://www.eldiarioar.com/mundo/joseph-ratzinger-pastor-aleman_129_9836170.html

[3] https://www.eltiempo.com/vida/religion/las-polemicas-de-benedicto-xvi-un-papa-conservador-y-cuestionado-730263

[4] McCarten, Antony. Los dos papas. Rocaeditorial. Barcelona, 2019. Pág. 11.

[5] Politi, Marco. Joseph Ratzinger crisi di un papato. Editori Laterza. Roma, 2013. Pág. 45.

[6] https://www.youtube.com/watch?v=eC8KViEum_s