Entrevista al obispo de la diócesis de Rubiataba-Mozarlândia, Goias, Brasil Francisco Agamenilton Damascena:"El camino sinodal emprendido por el papa Francisco ha traído entusiasmo, ha renovado el oxígeno"

Francisco Agamenilton Damascena
Francisco Agamenilton Damascena

Esperamos que quienes venzan las elecciones sean capaces de unir el Brasil alrededor de los problemas comunes y juntos encontrar las soluciones.

Se puede promover la justicia y la paz a partir del esfuerzo fatigoso de mediación.

Ser obispos en el hoy de la Iglesia es ser obispos sinodales que caminan junto al pueblo de Dios.

El papa Francisco llegó caminando al encuentro con los nuevos obispos; Se veía que estaba bien aunque todavía tenga el problema en su rodilla.

Se veía que el papa está muy lúcido. Sabe muy bien lo que dice y que entiende bien cómo va el mundo y cómo va la Iglesia.

Dom Francisco Agamenilton Damascena

En desarrollo del encuentro mundial de nuevos obispos realizado en Roma a finales de septiembre 2022, el joven obispo de la diócesis de Rubiataba-Mozarlândia, Goias, en la Amazonía brasileña, Francisco Agamenilton Damascena, 47 años, concedió una entrevista para Religión Digital en la que habló entre otros temas sobre las conclusiones del encuentro mundial de obispos y las elecciones presidenciales del Brasil.

Estimado monseñor, usted es obispo de la diócesis de Mozarlandia rubiataba en Brasil desde diciembre de 2020, ¿qué nos puede decir sobre la realidad social y eclesial de su diócesis?

Mi diócesis tiene la misma extensión territorial de Haití. Con 120.000 personas, 22 ciudades y 15 parroquias. Contamos con 22 sacerdotes, 4 seminaristas, 2 institutos religiosos y dos nuevas comunidades formadas por laicos. Nuestra diócesis es joven y tiene 43 años de fundación. Los primeros fueron los padres redentoristas quienes comenzaron con un templo de la prelatura y luego colaboraron en la creación de la diócesis; colocaron los fundamentos de la estructura material y sobretodo de la estructura humana formando diversos grupos. De modo que recojo los frutos del trabajo de los misioneros redentoristas.

Soy el cuarto obispo de la diócesis desde hace un año y nueve meses; he encontrado un clero pequeño. Estamos al límite, pero todas las parroquias, gracias a Dios, tienen su párroco. Tenemos la ayuda de dos diócesis con sacerdotes misioneros y una nueva comunidad llamada Obra de María que también nos ayuda con un sacerdote.

El sacerdote más anciano tiene 70 años; el más joven 26 años. Tenemos sacerdotes del lugar y otros nacidos en otras partes del Brasil. Es un clero excelente; me acogieron muy bien. Son sacerdotes que consumen su vida en las parroquias con mucha intensidad, fidelidad y logran caminar bien junto al pueblo. La gente está muy contenta con nuestros sacerdotes.

Presbiterio de Rubiataba Mozarlandia

Además, nuestra diócesis tiene muchos grupos de pastoral, destaco el Encuentro de las parejas con Cristo, en Brasil llamado “Encontro de casais com Cristo” un trabajo bellísimo de servicio de formación de  parejas de esposos para participar en la pastoral de la parroquia. Subrayo también el trabajo con los jóvenes, el movimiento “Sígueme”, que forma jóvenes para la vida y para el inserción en la vida parroquial. También, tenemos pastoral de la oración, pastoral familiar, animación vocacional y muchos otros grupos.

Nuestra gente es en la gran mayoría del contexto rural. Nuestra diócesis es rural, al interior del Brasil. Entonces tenemos esta relación con la tierra, la agricultura, la ganadería bovina; ambiente rural donde además está muy presente la piedad popular. Subrayo la Novena perpetua a Nuestra señora del Perpetuo socorro; una herencia de los padres redentoristas. Es muy fuerte entre nosotros la denominada “Folía do Divino Espírito Santo” que se hace por la fiesta de Pentecostés, es muy específica allí; esta fiesta tiene más de doscientos años. Es muy presente y muy fuerte esta reunión. Todas estas expresiones populares tienen un signo fuerte de la familia, esto es bello; refuerza la unión de las familias.

Desde el punto de vista social tenemos grandes desafíos: sea por el estudio para los jóvenes; puestos de trabajo, el problema de la droga que es el problema número uno. Y luego, yo digo que en nuestra diócesis tenemos más vacas que gente. Grandes territorios para la cría de vacunos y entonces el trabajo gira en torno a esta realidad. Gracias a Dios no tenemos grandes problemas ligados a la cuestión de la tierra. El segundo obispo de la diócesis, llamado José Carlos de Oliveira, redentorista, obispo emérito que vive todavía, tiene el gran mérito de haber ayudado a ubicar las familias en la tierra dentro de la reforma agraria sin derramamiento de sangre. Hubo momentos de fuerte tensión, pero él con su habilidad y con su carisma, logró dialogar, hacer de mediador entre las partes y así promover la justicia social; la entrega de la tierra a tantas familias.

En nuestra diócesis tenemos dos tribus indígenas. También aquí destaco el trabajo del segundo obispo de la diócesis José Carlos, que logró gestionar la toma de posesión de la tierra por parte de los indígenas sin derramamiento de sangre.  Esto es justo decirlo y agradecer al Señor. Un ejemplo de cómo se puede promover la justicia y la paz a partir del esfuerzo fatigoso de mediación.

Dom Jose Carlos de Oliveira

¿Cuáles son las principales necesidades de la gente en su diócesis y en Brasil ahora?

Después de la pandemia se acentuaron los problemas. El primer problema es el del hambre. Lamentablemente, ha crecido el número de personas sin acceso a alimentos en el Brasil. Ésto da vergüenza porque tenemos el agronegocio fuerte en Brasil, logramos exportar grano a tantos continentes pero hay nacionales que sufren el hambre. El segundo problema es el del trabajo; no hay trabajo para todos. Decir trabajo es decir también formación, educación. El desafío es la falta de un proyecto que desarrolle políticas públicas de estado para la educación: formar a las personas para que manejen su propia vida e historia, porque no es suficiente el tipo de política en la que el Estado simplemente da dinero al pueblo sin promover al mismo tiempo su crecimiento.

Además está el problema de la droga que está en todas partes. En mi diócesis el problema social número uno es el de la droga. Tristemente, hasta los pequeños pueblos, hasta los campesinos ha llegado la droga. También en mi diócesis, los jóvenes, lamentablemente, se van a la ciudad porque no tienen posibilidades de trabajo ni de estudio en la universidad y nuestros pueblos se convierten en pueblos de ancianos y pensionados, destino vacacional.  

La carrera por la presidencia de Brasil está en marcha; ¿cuál es el papel de la Iglesia en este momento de la elección del nuevo presidente?

El 2 de octubre 2022 se realizaron las elecciones del presidente de la república, del parlamento nacional, y de los gobernadores y el parlamento de las provincias. Ahora avanza la campaña por la segunda vuelta presidencial. Considero que el rol de la Iglesia en todo el proceso electoral es el de iluminar las conciencias con los valores evangélicos en este tiempo de polarización y de radicalización de derecha e izquierda. Ayudar a la gente a vivir este momento en paz, respetando la opinión de cada uno. El rol de la Iglesia es el de ayudar a los brasileños a vivir esta campaña electoral a la medida de la persona humana en la verdad, el respeto, el diálogo, en la escucha de las ideas de cada uno; favorecer un ambiente de paz en un ambiente de radicalismos en el que son frecuentes la violencia y el choque. La Iglesia surge como una mediadora de paz. Esperamos que quienes venzan las elecciones puedan ayudar al Brasil a crecer en la justicia, en la paz, en la solidaridad. Que sean capaces de unir el Brasil alrededor de los problemas comunes y juntos encontrar las soluciones. Esperamos que los vencedores no cierren las puertas, las ventanas y vayan solos dejando la otra parte afuera, excluida; que los vencedores sean capaces de promover la unidad nacional en la diversidad alrededor del bien común.

Recientemente, usted participó en una reunión de los nuevos obispos en Roma, ¿qué nos puede decir sobre esta reunión?

Durante el mes de septiembre 2022 el Dicasterio para los obispos latinos organizó el Curso para los nuevos obispos nominados entre los años 2019, 2020, 2021 y algunos del primer semestre 2022. Somos los “obispos de la pandemia” y también “obispos de la pospandemia”. Este curso se organizó en dos grupos porque somos muchos. En el primer grupo participaron más o menos 140 obispos y en el segundo éramos 179 obispos.

Encuentro de nuevos obispos en Roma 2022

El Dicasterio promovió este encuentro entre nosotros. Tuvimos conferencias sobre distintos argumentos, momentos de oración, momentos de convivencia y de fraternidad; esto fue lo mejor. Llegábamos al curso con un poco de experiencia, pero la mayor contribución de este curso es promover la experiencia concreta de la colegialidad episcopal universal.

En nuestro curso que tuvo lugar del 9 al 19 de septiembre 2022, éramos de más de 30 nacionalidades diferentes; por supuesto una oportunidad inmensa de encontrar obispos de otras naciones, de contextos eclesiales y sociales diversos, pero unidos en la misma fe y en la misma misión; sentirnos un colegio, una familia episcopal. Esta fue el gran aporte de este curso.

Curso de nuevos obispos en Roma 2022

Durante los primeros días éramos un poco tímidos, pero el tiempo se encargó de acercarnos y así intercambiar los desafíos, las realidades, las alegrías y las esperanzas en la misión. También, ver que mi problema, mi dificultad es una dificultad similar a la de mi hermano y saber que estamos juntos, cada uno en su diócesis pero hacemos parte del mismo colegio. Esto fue bellísimo.

mons Damascena en el encuentro mundial de nuevos obispos

Para concluir la reunión tuvimos la Audiencia con el papa Francisco y la Eucaristía en la Basílica de san Pedro, un momento fuerte de expresión afectiva y efectiva de colegialidad, de comunión con el sucesor de Pedro; de sentirnos llamados por el mismo Señor para una única misión que se desarrolla en modos diversos pero en unidad; este fue un signo fuerte para nosotros.

Como conclusión de este curso queda para nosotros, obispos de la pandemia y la pospandemia, ser obispos significa ser servidores del Evangelio y por lo tanto servidores del pueblo. Ser obispos en el hoy de la Iglesia es ser obispos sinodales que caminan junto al pueblo de Dios. Ser obispos que promueven la sinodalidad, este caminar juntos, pastor y rebaño, juntos con el Señor; escuchando el uno al otro, escuchando a todos; escuchando principalmente al Espíritu Santo. Ejercitando nuestro carisma dado por el Señor que es el de ser pastores, sucesores de los apóstoles.

Papa Francisco y monseñor Damascena

¿Qué dijo el Santo Padre a los nuevos obispos?

El papa Francisco nos acogió en una de las aulas del palacio vaticano; nos acogió como padre y hermano mayor, con una alegría inmensa. Llegó caminando. Se veía que estaba bien aunque todavía tenga el problema en su rodilla. Nos dio mucha libertad. No hizo un discurso oficial. Nos dio la palabra de bienvenida y luego nos dejó libres para plantear las preguntas sobre cualquier argumento. En un clima de familia; de hermanos juntos en la libertad del Espíritu; sin mediaciones. Una relación directa con mucha sencillez y serenidad.   

Las preguntas que hicieron los obispos permitieron que el papa nos diera líneas, orientaciones para el desarrollo de nuestro ministerio apostólico. Se habló de la vida espiritual del obispo, sobre cómo llevar adelante la misión, los desafíos que tenemos, las presiones que de vez en cuando sufrimos desde el interior o desde el exterior de la Iglesia. Hablamos sobre argumentos como el acompañamiento de los sacerdotes, la formación sacerdotal de los seminaristas; hablamos sobre la cuestión de los abusos; sobre la conferencia de Aparecida; el papa subrayó que el contenido de Aparecida no ha sido vivido todavía en su totalidad; de modo que Aparecida tiene todavía mucho para dar a la Iglesia. Falta colocar en práctica grandes intuiciones de esta conferencia. Respecto a la sinodalidad hablamos de la comunión entre nosotros obispos; hablamos del internet y de los medios de comunicación. Comentamos sobre los desafíos del tradicionalismo en la Iglesia. Estos fueron los grandes argumentos tratados.

Al final, nos queda siempre la gran ternura del papa, su bondad, su corazón abierto, su simplicidad. Se veía que el papa está muy lúcido. Sabe muy bien lo que dice y que entiende bien cómo va el mundo y cómo va la Iglesia.

Usted realizó su formación en Roma desde los primeros años en el seminario hasta el doctorado en filosofía, ¿cuál es su percepción de lo que ha cambiado en Roma en los últimos años?

Estudié en Roma desde al año 1994 al 2000 en el Ateneo Regina Apostolorum y viví en el Pontificio Colegio María Mater Ecclesiae de los Legionarios de Cristo, en el siglo pasado antes del internet. Luego regresé a Roma para hacer el doctorado en filosofía; viví en el Colegio Juan Pablo II y estudié en la Universidad Lateranense, desde el año 2013 hasta el 2016. Pasaron entonces 12 años en los que no viví en Italia. Luego regresé en 2020 y 2022.  

Desde 1994 hasta 2022, puedo concluir que el pueblo italiano es un pueblo fuerte, “un popolo bravo”, lleno de riquezas religiosas, morales y culturales inmensas. Además de que Italia y en particular Roma, es siempre bella. Pueden pasar muchos años sin visitarla pero cuando se regresa es siempre bella.

monseñor Damascena padre Delton y padre Arivaldo

Desde el 94 hasta el presente percibo inmediatamente en Roma el aumento de la mendicidad incluso de italianos. Hay una crisis económica. Además la política siempre es preocupante y compleja. Acaban de salir también de un proceso electoral.

Respecto a la Iglesia, desde la pequeña realidad que conozco, veo un despertar. El camino sinodal emprendido por el papa Francisco ha ayudado a las parroquias y diócesis italianas, escuchando a los obispos italianos en el Curso, ha traído entusiasmo, ha renovado el oxígeno, una recuperación. Aunque sea compleja la realidad, encuentro la dificultad en todos estos años vividos en Italia: siempre menos sacerdotes; disminución de las vocaciones sacerdotales. Uno de los obispos participantes en el Curso comentó que desde hace 10 años no tienen siquiera un seminarista; y era afligido a causa de ésto pero al mismo tiempo tenía su confianza en el Señor.

En conclusión, Italia tiene sus problemas y desafíos como todo país pero es siempre una nación bellísima. Siempre digo que salí de Italia pero que Italia no ha salido de mí. Siempre es un placer, una alegría regresar allí.   

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Volver arriba