Testigo silencioso de las visitas apostólicas de Pablo VI en 1968 y de Juan Pablo II en 1986 a Colombia, el templete eucarístico de Bogotá ubicado en el parque metropolitano Simón Bolívar, contrasta por su abandono con el clima festivo y de reactivación económica informal después de los años álgidos de la pandemia del Covid 19.

La maleza avanza hacia el centro de la estructura, mientras los desechos orgánicos de los pájaros manchan los solideos de las esculturas en bronce de los dos pontífices que alguna vez pisaron ese lugar sagrado. Allí, el 22 de agosto de 1968 san Pablo VI ordenó 161 sacerdotes y 61 diáconos; de los 161 presbíteros ordenados en aquella memorable ocasión, 4 de ellos, años más tarde serían consagrados obispos: Flavio Calle Zapata, Eulises González Sánchez, Jorge Leonardo Gómez Serna, O.P., y Luis Antonio Nova Rocha †. Allí también el papa Pablo VI bendijo 24 matrimonios el 24 de agosto de 1968.

En 2017, también el papa Francisco visitó el parque pero por motivos logísticos la eucaristía que presidió allí, sobre el mismo altar histórico de las visitas apostólicas de sus antecesores, se desarrolló en otros espacios del inmenso parque.

De acuerdo a los servicios de vigilancia del parque Simón Bolívar, las puertas del templete, que es (des)atendido pastoralmente por la parroquia de Santa María del Cenáculo, se cerraron desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.

Pero a pesar de que todas las parroquias de Bogotá abrieron sus puertas y han ido levantando progresivamente las medidas estrictas de bioseguridad, las eucaristías, que regularmente se celebraban entre semana y los domingos a las 11 de la mañana, no han vuelto a celebrarse. La demora en la reactivación del servicio litúrgico en el templete después de la pandemia no se entiende toda vez que se trata de una estructura sin paredes con excelente ventilación. Rejas de hierro y un foso separan el recinto celebrativo del ambiente exterior del parque.

La “obra construida totalmente en concreto, diseñada por Gabriel Serrano Camargo, está caracterizada por una sencilla estructura portante que se integra a losas horizontales y a una cúpula de 40 metros de diámetro formada por unidades prefabricadas y postensadas”[1]. Su diseño sobrio y elegante utiliza el simbolismo bíblico de las doce columnas coronadas por una cúpula gigante que parece ser la parte menos afectada tras dos años de olvido. En el piso, sobre una losa se reconoce aún el famoso logo de la visita de Pablo VI Colombia diseñado por Dicken Castro, con el tema eucarístico de los cinco panes y dos peces.

En el sótano del templete se encuentra el museo de las visitas de los papas, con una exposición permanente de fotografías históricas y la primera piedra del lugar “traída al lugar desde la basílica de san Pedro”, que se alcanzan a ver por entre las rejas y la maleza.

Ante la desolación del lugar, no se entiende si su mantenimiento dependa de la arquidiócesis de Bogotá o de la alcaldía de Bogotá que controla todos los parques públicos de la ciudad. No obstante, urge el diálogo y una intervención rápida de las autoridades civiles y religiosas para que este símbolo nacional no termine en ruinas.

En 1968, “la razón inmediata que atrajo la presencia de Pablo VI a Colombia fue la celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional, que bajo el lema "Vínculo de amor", constituyó una fuente de renovación para la Iglesia colombiana y en particular para la arquidiócesis de Bogotá”[2]. Debido a esta primera visita de un papa a Latinoamérica, se dice jocosamente que Pablo VI ha sido el mejor alcalde de Bogotá, pues gracias a su visita el gobierno nacional adelantó importantes obras de infraestructura de la ciudad como la ampliación de la carrera 30 y de la avenida 68, así llamada precisamente por la visita del pontífice. Lo mismo se dice de Juan Pablo II en Chiquinquirá y en Tumaco por las importantes obras de infraestructura relacionadas con su visita. De la reciente visita apostólica del papa Francisco en 2017 quedó la iluminación eléctrica de todo el parque Simón Bolívar. Valgan estas anotaciones para desmentir a quienes rechazan la realización de las visitas de los pontífices y de eventos de diversa índole porque terminan impulsando realmente el progreso de las ciudades y de los pueblos. Es el caso del templete eucarístico de Bogotá en 1968 con motivo de la visita de Pablo VI que es anterior a la construcción del parque metropolitano Simón Bolívar para el aprovechamiento lúdico de un extenso lugar al noroccidente de la capital colombiana.

Familias, deportistas jóvenes y ancianos, personas de todos los estratos sociales, encontrarían nuevamente el alimento espiritual de la Palabra y de la eucaristía en la misa dominical que podría celebrarse nuevamente en el templete eucarístico del parque Simón Bolívar, lugar donde pendones recuerdan: “Más que un templo somos 50 años de historia”. En el día de descanso, al lado del lago (artificial), bajo el sol y la lluvia, como en los pasajes evangélicos podrían encontrar allí también el refrigerio espiritual.

[1] https://arquibogota.org.co/centro-de-informacion/articulos/templete-eucaristico

[2] https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-117/visita-del-papa-pablo-vi-colombia-agosto-22-24-de-1968