Cuadernos

2. ASPECTOS DEL MATRIMONIO CRISTIANO
José Ignacio González Faus.


Propiamente, el último fundamento de la indisolubilidad del matrimonio es la Encarnación, la cual supera la afirmación del Génesis:"serán una sola carne". Con la Encarnación, usando una distinción de muchos Padres de la Iglesia la "imagen" de Dios camina hacia la "semejanza".

2.1. Significado de la
sacramentalidad del matrimonio


En efecto, la Encarnación fue vista por la primera iglesia como "boda de Dios con la humanidad". Se cumplía así el anuncio de Isaías(54,5):"tu creador se convertirá en tu esposo". Y se cumplia a nivel de toda la humanidad, no sólo de un pueblo pequeño (el cual, aun en su pequeñez, se veía como ejemplar de la humanidad final). Por eso la carta a los Efesios(5, 25-32) habla del amor entre el hombre y la mujer como "un gran misterio que simboliza el amor de Dios a la humanidad (o a la Iglesia como primera realización de esa humanidad redimida).

Ahora bien, el amor de Dios a la humanidad no tiene vuelta atrás. Dios no se arrepiente de él ni aunque la humanidad le traicione. Esto, que habian contado los profetas del Antiguo Testamento con metáforas conyugales (Oseas 2, Jeremías 3) es lo que debe significar el amor de cada cristiano a su mujer (y viceversa).

No estamos ya simplemente en "lo que fue al principio" (Mt 19,4.8) sino en ese "fin de los tiempos" que es el amor de Dios manifestado en Jesucristo"(Rom 8,39). Ese carácter visibilizador explica la dimensión pública que la Iglesia quiso dar siempre al matrimonio.

Como se ve, se trata de algo muy serio que la Iglesia ha de procurar conservar. Y aquí comienza el problema entre ese final de la historia anticipado ya en ella, pero todavía no definitivamente presente.

Ver: José I. Gonzalez Faus
Cuadernos 192.
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