Dios hoy
Teología de la Ciencia
Volvamos a Parménides que está tan de moda como Penrose (al menos para los que quieran pasearse con Sócrates y Lao-Tse). De la nada no puede salir el ser. Como variación del tema podemos preguntarnos con Parménides ¿puede salir de la nada consciente/sentiente el ser consciente/sentiente?
Ya tiene carta de ciudadanía en la República del
Conocimiento la filosofía de la Ciencia, en la que Karl
Popper no es un Papa infalible(aunque algunos popperianos
sean más papistas que Popper). ¿Puede justificarse una
ciencia o nueva área de investigación que se denomine
Teología de la Ciencia?. Leamos un párrafo del astrónomo
Carl Sagam en la introducción a Breve Historia del Tiempo: "este es un libro que trata además de Dios".
Teología es precisamente tratar o tratado de Dios. Define, pues Sagan este libro como un tratado de teología, y, por tanto, califica y clasifica a Stephen Hawking como teólogo. Carl Sagan da en el clavo teológico. Leamos todo el párrafo
de Carl Sagan y concluya el lector si mi traducción de ese also es satisfactoria.
"Este, es, además, un libro sobre Dios...o quizá sobre la ausencia de Dios. La palabra Dios llena estas páginas.
Hawking se embarca a la búsqueda de una respuesta a la
famosa cuestión de Einstein si Dios tuvo elección alguna al crear el Universo.
Hawking intenta, como él mismo dice abiertamente,
comprender la mente de Dios. La conclusión de este esfuerzo resulta inesperada, al menos por ahora: un Universo que no tiene límite alguno en el espacio, que no tiene ni principio ni fin en el tiempo, le deja al Creador sin nada que hacer...
Teología pura. ¿Teología de la Ciencia?. Ciento por ciento. No han estudiado Carl Sagan ni Stephen Hawking ni teología ni filosofía, pero entre los agujeros negros, mirando con telescopio a las estrellas y con microscopio las últimas partículas, que como Dios son invisibles, desde las premisas de la ciencia pura y dura han desembocado en la Teología.
Han dado a luz estos científicos modernos una nueva criatura académica: la Teología de la Ciencia.
Yo aplaudo su atrevimiento como aplaudió Platón a Gorgias, a quien llamó el más atrevido de los filósofos por aventurarse a a defender estas tres proposiciones metafísicas: 1/ Nada existe; 2/ si algo existiese, no podría conocerse; 3/ si algo pudiese conocerse, no podría comunicarse. No elimina Platón a Gorgias del diálogo, el logos compartido o repartido como una tarta entre todos los comensales. Al contrario, rinde un homenaje a Gorgias dando su nombre a uno de sus diálogos. Invita Stephen Hawking al diálogo a científicos, filósofos y al pueblo liso y llano.
Ya era hora de iniciar este diálogo ecuménico entre científicos, filósofos y el pueblo liso y llano. Pero debió añadir además a los teólogos. Ahora que se ha eliminado de nuestras aulas el estudio de la Teología como algo poco
serio, poco científico o poco académico, Carl Salgan y
Stephen Hawking escriben teología en sus laboratorios revestidos con las estolas de los científicos que también llevan o pueden llevar hábito. Les deseamos larga vida.
Ver: José Antonio Jáuregui, Dios hoy
Ediciones NOBEL