Laudato Si.'Carta encíclica del Papa Francisco
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sobre el cuidado de la casa común
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN
Y ACCIÓN
III. DIÁLOGO Y TRANSPARENCIA
EN LOS PROCESOS DECISIONALES
182. La previsión del impacto ambiental de los emprendimientos y proyectos requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente.
183. Un estudio del impacto ambiental no debería ser posterior a la elaboración de un proyecto productivo o de cualquier política, plan o programa a desarrollarse. Tiene que insertarse desde el principio y elaborarse de modo interdisciplinario, transparente e independiente de toda precisión económica o política. Debe conectarse con el análisis de las condiciones de trabajo y de los posibles efectos en la salud física y mental de las personas, en la econonmía local, en la seguridad.
Los resultados económicos podrán así deducirse de manera más realista, teniendo en cuenta los escenarios posibles y eventualmente previendo la necesidad de una inversión mayor para resolver efectos indeseables que puedan ser corregidos. Siempre es necesario alcanzar consensos entre los distintos actores sociales, que puedan aportar diferentes perspectivas, soluciones y alternativas. Pero en la mesa de la discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes locales, quienes se preguntan por lo que quieren para ellos y para sus hijos, y puden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato.
Hay que dejar de pensar en "intervenciones" sobre el ambiente para dar lugar a políticas pensadas y discutidas por todas las partes interesadas. La participación requiere que todos sean adecuadamente informados de los diversos aspectos y de los diferentes riesgos y posibilidades, y no se reduce a la decisión inicial sobre un proyectos, sino que implica también acciones de seguimiento monitorización constante. Hace falta sinceridad y verdad en las discusiones científicas y políticas, sin reducierse a considerar qué está permitido o no por la legislación.
184. Cuando aparecen eventuales riesgos para el ambiente que afectten al bien común pressnte y futuro, esta situación exige "que las decisiones se basen en una comparación entre los riesgos y los beneficios hipoéticos que comportan cada decisión alternativa posible". Esto vale sobre todo si un proyecto puede producir un incremento de utilización de recursos naturales, de emisiones o vertidos, de generación de residuos, o una modificación significativa en el paisaje, en el hábitat de especies protegidas o un espacio público.
Algunos proyectos, no suficientemente analizados, pueden afectar profundamente la calidad de vida de un lugar de vida o cuestiones tan diversas entre sí como una contaminación acústicas no prevista, la reducción de la amplitud visual, la pérdida de valores culturales, los efectos del uso de energía nuclear. La cultura consumista, que da prioridad al corto plazo y al interés privado, puede alentar trámites demasiado rápidos o consentir el ocultamiento de información.
185. En toda discusión acerca de un emprendimiento, una serie de preguntas deberían plantearse en orden a discernir si aportará a un verdadero desarrollo integral: ¿Para qué? ¿Por qué?¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿Para quién? ¿Cuáles son los risgos? ¿A qué costo? ¿Quién paga los costos y cómo lo hará?. En este examen hay cuestiones que deben tener prioridad. Por ejemplo, sabemos que el agua es un recurso escaso e indespensable y es un derecho fundamental que condiciona el ejercicio de otros derechos humanos. Eso es indudable y supera todo análisis de impacto ambiental de una región.
186. En la Declaración de Río de 1992,se sostine que "cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces" que impidan la degradación del medio ambiente. Este pricipio precautorio permite la protección de los más débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irreflutables.
Si la información objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier proyecto debería detenerse o modificarse. Así se invierte el peso de la prueba, ya que en estos casos hay que aportar una demostración objetiva y contundente de que la actividad propuesta no va a generar daños graves al ambiente o a quienes lo habitan.
187. Esto no implica oponerse a cualquier innovación tecnológica que permita mejorar la calidad de vida de una población. Pero en todo caso debe quedar en pie que la rentabilidad no puede ser el único criterio a tener en cuenta y que, en el momento en que aparezcan nuevos elementos de juicios a partir de la evolución de la información, debería haber una nueva evaluación con participación de todas las partes interesadas. En resultado de la discusión podría ser la decisión de no avanzar en un proyecto, pero también podría haber una nueva evaluación con participación de todas las partes interesadas. El resultado de la discusión podría ser la decisión de no avanzar en un proyecto, pero también podría ser su modificación o el desarrollo de propuestas alternativas.
188. Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente donde es difícil alcanzar consenso. Una vez más expreso que la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común.
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
sobre el cuidado de la casa común
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN
Y ACCIÓN
III. DIÁLOGO Y TRANSPARENCIA
EN LOS PROCESOS DECISIONALES
182. La previsión del impacto ambiental de los emprendimientos y proyectos requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente.
183. Un estudio del impacto ambiental no debería ser posterior a la elaboración de un proyecto productivo o de cualquier política, plan o programa a desarrollarse. Tiene que insertarse desde el principio y elaborarse de modo interdisciplinario, transparente e independiente de toda precisión económica o política. Debe conectarse con el análisis de las condiciones de trabajo y de los posibles efectos en la salud física y mental de las personas, en la econonmía local, en la seguridad.
Los resultados económicos podrán así deducirse de manera más realista, teniendo en cuenta los escenarios posibles y eventualmente previendo la necesidad de una inversión mayor para resolver efectos indeseables que puedan ser corregidos. Siempre es necesario alcanzar consensos entre los distintos actores sociales, que puedan aportar diferentes perspectivas, soluciones y alternativas. Pero en la mesa de la discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes locales, quienes se preguntan por lo que quieren para ellos y para sus hijos, y puden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato.
Hay que dejar de pensar en "intervenciones" sobre el ambiente para dar lugar a políticas pensadas y discutidas por todas las partes interesadas. La participación requiere que todos sean adecuadamente informados de los diversos aspectos y de los diferentes riesgos y posibilidades, y no se reduce a la decisión inicial sobre un proyectos, sino que implica también acciones de seguimiento monitorización constante. Hace falta sinceridad y verdad en las discusiones científicas y políticas, sin reducierse a considerar qué está permitido o no por la legislación.
184. Cuando aparecen eventuales riesgos para el ambiente que afectten al bien común pressnte y futuro, esta situación exige "que las decisiones se basen en una comparación entre los riesgos y los beneficios hipoéticos que comportan cada decisión alternativa posible". Esto vale sobre todo si un proyecto puede producir un incremento de utilización de recursos naturales, de emisiones o vertidos, de generación de residuos, o una modificación significativa en el paisaje, en el hábitat de especies protegidas o un espacio público.
Algunos proyectos, no suficientemente analizados, pueden afectar profundamente la calidad de vida de un lugar de vida o cuestiones tan diversas entre sí como una contaminación acústicas no prevista, la reducción de la amplitud visual, la pérdida de valores culturales, los efectos del uso de energía nuclear. La cultura consumista, que da prioridad al corto plazo y al interés privado, puede alentar trámites demasiado rápidos o consentir el ocultamiento de información.
185. En toda discusión acerca de un emprendimiento, una serie de preguntas deberían plantearse en orden a discernir si aportará a un verdadero desarrollo integral: ¿Para qué? ¿Por qué?¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿Para quién? ¿Cuáles son los risgos? ¿A qué costo? ¿Quién paga los costos y cómo lo hará?. En este examen hay cuestiones que deben tener prioridad. Por ejemplo, sabemos que el agua es un recurso escaso e indespensable y es un derecho fundamental que condiciona el ejercicio de otros derechos humanos. Eso es indudable y supera todo análisis de impacto ambiental de una región.
186. En la Declaración de Río de 1992,se sostine que "cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces" que impidan la degradación del medio ambiente. Este pricipio precautorio permite la protección de los más débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irreflutables.
Si la información objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier proyecto debería detenerse o modificarse. Así se invierte el peso de la prueba, ya que en estos casos hay que aportar una demostración objetiva y contundente de que la actividad propuesta no va a generar daños graves al ambiente o a quienes lo habitan.
187. Esto no implica oponerse a cualquier innovación tecnológica que permita mejorar la calidad de vida de una población. Pero en todo caso debe quedar en pie que la rentabilidad no puede ser el único criterio a tener en cuenta y que, en el momento en que aparezcan nuevos elementos de juicios a partir de la evolución de la información, debería haber una nueva evaluación con participación de todas las partes interesadas. En resultado de la discusión podría ser la decisión de no avanzar en un proyecto, pero también podría haber una nueva evaluación con participación de todas las partes interesadas. El resultado de la discusión podría ser la decisión de no avanzar en un proyecto, pero también podría ser su modificación o el desarrollo de propuestas alternativas.
188. Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente donde es difícil alcanzar consenso. Una vez más expreso que la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común.
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco