Los Santos fueron seres humanos
Un pueblo oprimido y reprimido
S. Ignacio de Loyola
Nació, llamándose Íñigo de Loyola, en Guipuzcoa. A los dieciséis fue enviado para servir como paje en el reino de Castilla. En la en la corte, desarrollaría un gusto por el juego, los duelos y sobre todo por las mujeres
Era un militar arrogante y orgulloso, con deseos de gloria, pero amante de su país y con una voluntad de hierro. En 1521, defendiendo a la ciudad de Pamplona del asedio de los franceses, fue herido en una pierna por una bala de cañón, un hecho que sería trascendental en su vida. Los franceses, admirados por su valor en la batalla, lo devolvieron para que fuera curado.
Aburrido durante su larga convalecencia, pidió que le deiesen libros y le prestaron uno sobre la vida de Cristo y otro con vidas de santos. Después de leer estos libros de espiritualidad se sintió en paz y satisfecho. Meditando sobre esto, decidió abandonar sus antiguos objetivos y cambiar de vida. Desde ese momento sería un caballero de Cristo.
San Francisco Javier
Las misiones cuentan con santos como éste Francisco nació en el castillo de Javier, en Navarra, en 1506. A los diecinueve años partió a la Universidad de París a continuar su aprendizaje. Allí entabló amistad con un compañero de estudios,
Pedro Faber, a través del cual conocería a San Ignacio de Loyola. San Ignacio, tras una larga insistencia logró que Francisco realizara los Ejercicios Espirituales que provocaron en él una gran transformación.
Y así tantos y tantos santos y santas...No importa lo que sucedió en el inicio de sus vidas; todos los santos optaron por seguir a Jeús. Y ese hecho no anuló su condición de seres humanos con sus flaquezas y grandezas. "Convertíos y creed en la Buena Nueva".
Esto es lo que hicieron todos los santos. Metanoia (Mc 1, 14), que quiere decir cambio de mentalidad. Se trata de la revisión del propio modo de actuar a la luz de los criterios evangélicos, valores que, con frecuencia, contrastan con lo que está de moda en el mundo.
Ver: Ver: José Manuel Coviella Corripio
Los santos fueron seres humanos
S. Melchor de Quirós
Ediciones CyC