Virtudes públicas en J. Ortega y Gasset
Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
Capítuo Primero
(Cont., viene de día 13)
Guerra contra la ciencia
Intereses inconfesados le han declarado frecuentemente la guerra a la ciencia en nombre de la religión. Galileo sabe mucho de esto, puesto que fue una de sus víctimas primeras: "En junio de 1633, Galileo Galilei, de setenta años, fue obligado a arrodillarse delante del Tribunal Inquisitorial, en Roma, y a abjurar de la teoría copernicana, concepción que hizo posible la física moderna".
Escena deplorable, comenta Ortega, debida más a intrigas de grupos particulares que a reservas dogmáticas de la Iglesia. En el fondo de la civilización contemporánea, que se caracteriza por la ciencia exacta de la naturaleza y de la técnica científica, late la figura de Galileo" (Galileismo de la historia V, 13ss).
Enrique Sánchez Motos ha reflexionado también sobre el caso desde sus orígenes en los siguientes términos: Aristarco de Samos (310-230 a.C.) fue el primero en decir que la Tierra gira en Torno al Sol. Poco más se sabe de sus escritos, pero tenemos conocimiento de su teoría, porque el científico y matemático Arquímides (287-21 a.C.) la menciona ridiculizándola.
Más próximo ya a nosotros, en 1543, Nicolás Copérnico afirmaba que todos los planetas, incluida la Tierra, giran en torno al Sol y que, aunque no hubiera evidencia de ello, con esa teoría se calculaba más facilmente el movimiento de los planetas. En unas décadas posteriores Galileo Galilei construyó un sencillo telescopio y lo enfocó al cielo.
Con él descubrió los satélites de Júpiter y las fases de Venus y esto le permitió avalar con argumentos empíricos que la Tierra gira en torno al Sol. Esta teoría contradice la Sagrada Escritura que dice que es el Sol el que se mueve (Josué, 10, 12-15). Su teoría se consideraba una herejía y el tribunal de la Inquisición le conminó a abjurar de ella .
Bertolt Brecht en su obra teatral Vida de Galileo Galilei dice por boca de su protagonista: "Yo sostengo que el único objetivo de la ciencia es aliviar los males de la humanidad".
Frase que el autor añadió años más tarde depués que Estados Unidos había lanzado las dos bombas atómicas sobre Japón (agosto 1945). Hay que hacer notar que Galileo aparece en la obra como "un ser benévolo y liberal, que asume posturas morales relativistas frente a los dogmatismos de los poderes públicos" .
La revolución genética ha vuelto a abrir en nuestros días el campo de batalla para la lucha contra la ciencia. Se cuestiona una vez más, en nombre de la religión, investigar con células madre embrionarias, únicas que pueden curar enfermedades tan frecuentes hoy como el Parkinson o el Alzheimer. ¿No estará siendo utilizada la Iglesia nuevamente? Porque si estos métodos artificiales suplen a los naturales donde estos no llegan ¿cómo pueden ser ilícitos? ¿No es éste un nuevo servicio de la ciencia a la vida?
En el Sínodo europeo de obispos un padre sinodal, Norbert Wrbs, obispo de Schwerin, en la antigua República Democrática Alemana, pidió que se dejara de distinguir en la moral católica entre formas naturales y artificiales de limitación de la natalidad. Ciertamente, la Iglesia ha de mantener altos los ideales, pero no debe hacerlo a base de intransigencia, dogmatismo o rigorismo moral, que tantas neurosis y angustias ha ocasionado. En definitiva, la moral no debe hacerse a golpe de autoridad .
Y Ortega añade algo más: el contenido de la moral no ha de ser nunca un cúmulo de fórmulas abstractas, sino que ha de concretarse en cada momento en tareas precisas que es necesario acometer puntualmente (Discursos políticos, 15). Así lo ven ya algunos obispos respecto al uso del preservativo para evitar el contagio del SIDA. Esperamos que pronto cambie también su postura cerrada a la investigación con células madre embrionarias, únicas que puden curar las graves enfermedades antes mencionadas.
De hecho los resultados que están dando ya con su utilización en la fecundación in vitro han sido muy satisfactorios para muchas parejas que de esta forma han conseguido tener hijos. Si Ortega viera esto lo consideraría como un servicio positivo de la ciencia a la humanidad. Asimismo sentiría gran satisfacción al saber que en el Vaticano II se dice que no hay oposición entre ciencia y fe (GS 36).
El investigador Pedro García Barreno ha hecho su ingreso el 29 de octubre de 2006 en la Real Academia Española, pidiendo una investigación sin censuras. Dijo en su discurso que "la imaginación es el único límite de las posibilidades tecnológicas". Pidió asimismo que no se censure la investigación científica en cuestiones "conflictivas" como la clonación humana o la ingeniería genética. Se centró particularmente en "las tecnologías perturbadoras" e hizo referencia a la revolución nanotecnológica .
En el mismo tono se ha expresado en oncólogo catalán Carlos Cordón-Cardó, director de la división de Patología Molecular del Memorial Sloan Kettering de Nueva York al ser investido doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona. En su discurso, dirigiéndose a los jóvenes dijo: "No se dejen llevar por la frustración...Atrévanse a pensar fuera del contexto convencional" .
Ver: Francisco G-Margallo: Teología de J. Ortega y Gasset. Evolución del cristianismo, Madrid 2012
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